No ha sido fácil sobrevivir a las nuevas propuestas musicales, a las ordenanzas municipales o a las protestas de los vecinos, pero ahí siguen, convertidos en auténticas leyendas y ruidosos como no podría ser de otro modo. ¿Acaso hay otro modo de sentir el rock? Al emprender esta ruta canalla por toda la geografía española, nos hemos topado con muchos garitos que han sucumbido a otras modas y algunos que han ido cayendo como castillos de naipes. Pero otros siguen en pie.
Donde ayer había un bar de rock en estado puro hoy te hacen virguerías de manicura o te encuentras a fieles orando. Es el caso de Devizio, en Zaragoza, por cuyo escenario pasaron bandas como Mano Negra o Barón Rojo. Ahora es una iglesia evangélica. El barrio madrileño de Vallecas asistió el año pasado al cierre de Hebe, la sala que tantas veces animaron durante casi cuatro décadas Obús, Mago de Oz o Ska-P y otras estrellas del rock.
Os dejamos esta lista con bares míticos de rock donde el sonido, al menos de momento, sigue conservando intacto el espíritu del rock and roll, liberando tensiones y como remedio infalible contra el estrés.
Nació en 1979 en una vieja carbonera y vivió como ninguno la movida madrileña, convirtiéndose en lugar de peregrinaje de artistas e intelectuales alternativos. Este legendario es hoy un local ecléctico que conserva las paredes empapeladas con pósters de músicos, mesa de billar y decoración ochentera. Es uno de los bares de copas más concurridos de Malasaña. Abierto hasta las 3 h.
Su nombre está sellado al de Johnny Cifuentes, pianista y único superviviente del grupo original de Burning, la banda legendaria de rock en España, formada en 1974. Lo fundó en 1988 y en él rememora cada noche tocando el cielo y el infierno. Un auténtico museo del rock and roll que suma el privilegio de disfrutar de la presencia de Johnny.
Sin duda, el garito más carismático de Usera. Ha resistido vientos y mareas sin perder la esencia de su lema 'Usera Kañera'. Buen lugar para pasar una tarde de rock, futbolín, dardos y cerveza.
Histórico garito en el corazón de Malasaña y lugar de peregrinaje para muchas generaciones. Multiplicó su culto a partir de que Nacha Pop lo mencionara en su canción 'La chica de ayer', en 1980.
Fue inaugurada por The Cynics, una poderosa banda de ‘garage rock’ formada en Pittsburgh (Pensilvania) en 1983, que tuvo como telonero el rock punk de Los Cretinos. Esta sala de conciertos con tres barras y dos espacios hoy completa su programación rockera con actuaciones de teatro y música de diferentes estilos y otros eventos musicales.
Uno de los templos del rock de la capital, próximo a Ventas. Promete rock de todos los tiempos hasta casi el amanecer. Dos barras, dos plantas y actuaciones en directo. Aquí han presentado sus discos artistas como Antonio Orozco y han actuado Super Skunk, Strawberry Hardcore, Doggo y muchas bandas más.
Se definen como el rock club por excelencia. Es un local muy frecuentado por la generación upper apasionada por el rock de siempre. Una de sus salas está decorada al más puro estilo Gaudí. Se abrió en 1976 y lleva desde mediados de los 90 viviendo con fuerza una segunda juventud con una programación canalla y pistas de baile en las que suena el rock clásico para un público sin edad.
Uno de los bares musicales más emblemáticos de Barcelona desde finales de los 80. Con actuaciones en directo y una decoración genuina con discos de vinilo y carteles vintage que invitan a un recorrido por la historia. Su ambiente cálido sugiere que aquí casi nadie llega de paso, por casualidad.
Centro neurálgico del rock en Andalucía desde su apertura, en 1987, a pesar de su tamaño discreto. Por él han pasado Los Enemigos, Sex Museum, Savage o Pata Negra. La mejor descripción es la de José Luis en la página web: "Fun Club sigue abierto. Y hay gente que sigue subiéndose al escenario para tocar. Ya no hay tanto tránsito de amateurs que buscan una primera tocata y el abanico de estilos ha crecido. Los equipos de sonido son mejores. La decoración, a base de recuerdos de todos estos años, es insuperable y uno podría pasarse una vida entera languideciendo sobre las paredes de la Zona Abdon identificando músicos. Las copas son iguales. Hay cosas que no cambian ni falta que hace".
El pub que da el punto rockero a la noche de esta ciudad. Es pequeño, pero bien ambientado con estética heavy (futbolín incluido). No faltan actuaciones en directo, casi siempre a cargo de grupos locales.
Otro bar rockero, con calaveras en la barra, que ha vivido noches gloriosas desde que abrió, en 1991, con directos de bandas como The Devil Dogs. Continúa ofreciendo conciertos en vivos.
Es una de las míticas salas de concierto de rock que han sobrevivido desde hace más de tres décadas. “Todo un clásico y se nota”, dice un usuario en Facebook. Además de música en directo, organiza festivales y otros eventos culturales, sin olvidarse de su esencia rockera.
Uno de los santuarios de rock más veteranos, seguramente de toda España. Abrió en 1983 como referente del jazz. Hoy podría describirse como uno de esos garitos de toda vida que permite un divertido equilibrio entre el pop y el rock. Una de sus últimas actuaciones fue la de Mr. Kilombo, fue ejemplo de fusión musical.
Pasión por el rock duro. Por algo tomó el nombre del título del tercer álbum de estudio de la banda de rock Extremoduro, publicado en 1992. Sus paredes están forradas con camisetas de Tierra Santa y Judas Priest. Heavy metal y power metal épico, sin ambages.
La cueva para los viejos rockeros y la señal de que los viejos rockeros nunca mueren. Tiene una larga historia. Empezó en Lavapiés en plena movida ochentera y poco después se trasladó a Atocha, donde la fiesta era interminable. En su siguiente etapa tomó el testigo de la mítica sala TNT. En 2001 inició su vida como VKaos, en pleno barrio de Vallecas que entonces estaba en plena expansión rockera. Hoy es un referente de los bares de rock de la capital.
Desde 1992, rock mestizo y ritmo trepidante. Es el local escogido por Eskorzo para despedir, este mes, su gira Alerta Caníbal después de un centenar de conciertos durante dos años. Y en febrero de 2020, Barón Rojo tiene aquí una de las citas con las que está poniendo punto final a su carrera de cuatro décadas.
Desde 1988, esa sala de conciertos con estilo propio que acoge a bandas emergentes de rock internacional.
La historia de esa vieja sala de conciertos, epicentro de conciertos de rock, punk y metal desde 1987, contará con su propio documental con una recopilación de entrevistas con personas que pasaron por aquí dando paso a una cultura diferente y transgresora.
Desde 1992 no ha dejado de ofrecer directos de artistas de prestigio. En su programación aparecen las sesiones 'Welcome to the Jungle', dedicadas al rock. "En mayúsculas y sin complejos". Rock de ayer y de hoy, para bailar hasta desfallecer. "Rock en estado puro para un público heterogéneo que no concibe una noche de fiesta sin baterías".