La fiesta, los movimientos culturales (o contraculturales) y la música estaban en plena efervescencia tras el final del franquismo. La Movida, ese espacio de tiempo que permanece en la memoria de varias generaciones, les hizo estallar. Nuevas formas de expresión, verbales y estéticas, se paseaban libremente por los locales, bares, salas y antros.
Uno de aquellos templos fue la sala Rock-Ola que, pese a estar solo cuatro años en activo, se erigió como uno de los centros neurálgicos de este movimiento. En sus escenarios tocaron bandas patrias, como Siniestro Total o Loquillo y los Trogloditas; e internacionales como Iggy Pop y Simple Minds. Aunque la ruta no termina aquí y tampoco entonces; hay lugares de aquella época que todavía mantienen la llama de la Movida viva. Puedes verlo en el vídeo.
En aquellos bares coincidieron figuras relevantes de aquellos tiempos como Ouka Lele, Pérez Minguez, García Alix, Almódovar, Los Secretos, Nacha Pop o Burning.