El primero en abrir el melón fue Bob Dylan. Durante toda su carrera había sido muy fiel a su discográfica, Columbia. Ni siquiera eso evitó que vendiera su catálogo de más de 600 canciones hace ahora un año a Universal Music Group; por él obtuvo la cifra de 265 millones de euros. Le siguieron Neil Young, algunos miembros de Fleetwood Mac, Debbie Harry (Blondie), y Chryssie Hynde (The Pretenders). Podían elegir entre ofrecer su colección de canciones a una editorial discográfica o a un fondo de inversión. Eso sí, a cambio de sumas multimillonarias.
Ahora ha llegado el turno del Boss, Bruce Springteen, que ha vendido los másters y los derechos de publicación musical a Sony Music en un acuerdo por valor de unos 442,5 millones de euros. ¿Por qué se produce este fenómeno? Hay varios motivos que puedes descubrir en el vídeo.
Este tipo de operaciones abundan en el mercado anglosajón, no tanto en España. Expertos de la firma legal especializados en la industria musical, Sympathy for the Lawyer, opinan que tardará en llegar a nuestro país por las características del mercado editorial español, mucho más inmovilista y no es posible comerciar con el total del repertorio.