La banda sigue en pie o cómo volver a los ensayos en tiempos de pandemia
Gel hidroalcohólico, distancia de seguridad o limpieza continua de los instrumentos, mesas de grabación o altavoces, son algunos de los nuevos requisitos que practican las bandas de música durante el uso de los locales de ensayo en la “nueva normalidad”
Paco (vocalista y guitarra), Cristóbal (guitarra), José Luis (batería) y Eduardo (bajista) integran el grupo Alien in Love, una banda que se gestó en 1994, pero que no daría el salto a los escenarios hasta noviembre de 1998. El grupo ha retomado sus ensayos en el local Taller 57 después de, casi, tres meses de confinamiento por la COVID-19. Durante este tiempo algunos de sus miembros han aprovechado para componer nuevas canciones. Actualizar el repertorio. Un tiempo de aislamiento en el que todos han echado de menos disfrutar de la música y de la camaradería forjada años atrás.
Ahora, la nueva normalidad ha cambiado su forma de proceder. La espontaneidad con la que el grupo campaba por el local de ensayo ha dado paso a la precaución. Desinfectan los equipos, gel a disposición, ensayan en un local más grande donde mantener la distancia de seguridad…etc. Cristóbal y Paco, ambos periodistas y fundadores de Alien in Love, José Luis (director de una oficina de Bankia) y Eduardo (propietario de una empresa de maquetación y diseño gráfico), reconocen el entusiasmo que sintieron cuando la Comunidad de Madrid entró en Fase 3. “Retomamos los ensayos en cuanto se anunció”, confiesa el vocalista.
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Desde entonces, afirma Paco, “mantenemos la misma dinámica de ensayos una vez por semana sin problemas, con tapeo en el bar de la esquina incluido”. Una nueva normalidad que han conseguido regularizar, no así el dueño del local, para quien esas semanas de cierre ha supuesto la cancelación de cursos, reducción de los alquileres de salas de ensayo por parte de grupos habituales antes de la pandemia… En definitiva, disminución de los ingresos.
Aprender a tocar de mayor
La afición por la música de sus componentes les hizo aprender a tocar los instrumentos de manera autodidacta o acudiendo a alguna academia durante algún tiempo, pero con una cierta edad ya. “Éramos ya mayores cuando empezamos a aprender. Normalmente, la idea de crear una banda suele aparecer durante la adolescencia, vinculado a los compañeros de colegio o a los amigos del barrio. En nuestro caso no fue así”, señala Cristóbal.
Recuerdan sus influencias musicales durante su niñez y adolescencia. En el caso de Paco, con raíces manchegas y un padre “tuno”, siempre había estado familiarizado con instrumentos como la bandurria, el acordeón o la guitarra. “Nunca se me ocurrió que yo podría tocar. Disfrutaba de la música como oyente, de adolescente y de joven, pero realmente no fue hasta que conocí a Cristóbal en el trabajo cuando me planteé iniciar esta andadura”, dice. En el caso de José Luis, su pasión por la música está asociada a un tío que era cantante y editó cuatro discos, coetáneo de Raphael, pero también a unos padres que disfrutaban con el cante y la copla: “la música siempre ha estado en mi vida”. Eduardo, perteneciente a una familia extensa (once hermanos), también ha estado muy vinculado a la música a través de su entorno más cercano, puesto que en su familia algunos de sus miembros pertenecen a bandas. Sin embargo, Cristóbal no tuvo influencias musicales cercanas que fomentaran en él el gusto por la música, “solo la afición y la pasión es lo que me ha hecho querer dar un paso más allá e intentarlo”.
Un tren perdido
Aunque tuvieron alguna repercusión reconocida en publicaciones especializadas como MondoSonoro, nunca consiguieron entrar de lleno en la industria musical. Ese salto depende de “querer y de poder”, asegura José Luis y, “por suerte o por desgracia, fuimos conscientes de que nuestro futuro no iba por ahí. Firmar con una discográfica por muy pequeña que fuera, suponía irse de gira largos periodos de tiempo y, teniendo una vida más o menos organizada, resultaba imposible. Cristóbal recuerda que, en aquella época, les pedían más temas, más conciertos. Porque todo suma. Paco apunta que, en esos primeros años de la banda, dadas sus situaciones personales paralelas al entorno musical, “probablemente, ya habíamos perdido ese tren de cuando eres muy, muy joven y no tienes nada que perder y te entregas”. De aquellos primeros años llegan a la memoria aquellos ensayos en el mismo local en el que lo hacía Modestia Aparte, o una sesión de grabación con Domingo Patiño, de “Domingo y los Cítricos”, una banda conocida de la escena madrileña de finales de los 80. También, aquella ocasión en la que estuvo es su estudio Herminio Molero, fundador y teclista de Radio Futura. Paco menciona que “entonces, actuamos en Sonorama o en el Villa de San Adrián, y grabamos casi a un nivel profesional. Nos sentimos en un mundo parecido al de las bandas que escuchábamos”.
Una válvula de escape
Ese tren pasó, pero la banda sigue en pie, no sin esfuerzos por parte de los miembros del grupo a lo largo de todos estos años. Ahora, durante el mes de agosto, sus miembros van a disfrutar de unas merecidas vacaciones, pero Paco asegura que “dada la situación actual, no nos planteamos dar conciertos a corto plazo. Hemos cancelado los que teníamos previstos para estos meses”. Aunque sí mantendrán los ensayos, asegura Eduardo (bajista) porque “son una válvula de escape, un desahogo. El momento en el que cruzas el umbral de esta sala y coges el instrumento entre las manos disipa los posibles problemas que hayamos podido tener durante la semana”.
La Esquina, herederos de La Movida
Una situación similar a la vivida por los miembros de Alien in love durante el confinamiento, describe JuanFe Jiménez (guitarra y voz) que, junto con Jorge León (batería), fundó La Esquina en 1988, una banda pop-rock heredera del sonido de la Movida madrileña y de los 80/90, de grupos como Nacha Pop, Los Secretos, Radio Futura, La Frontera o La Granja. Debutaron en The Milky Way en 1989. A lo largo de algunos años, la salida y entrada de componentes fue habitual. Y en este trasiego de músicos, el grupo participó en algunos programas de TVE, como el mítico Cajón Desastre, además de actuar en algunos locales emblemáticos de Madrid, como Siroco, El Sol, Revolver, Honky Tonk o El Pirata.
Vuelta a los ensayos
El estado de alarma, que propició el cierre de los locales de ensayo, entre otras muchas actividades culturales, deportivas, etc, también sumió a La Esquina en un absoluto letargo, con un parón total de sus ensayos. JuanFe dice que “no hemos realizado ningún ensayo durante los meses de confinamiento. Únicamente yo, de manera individual, he hecho algún concierto online (Instagram), pero sin la banda, de temas nuestros y algunas versiones”. Una situación que se normalizó a partir de junio. Momento en el que los miembros se unieron de nuevo para ensayar, manteniendo la higiene de manos, el distanciamiento aconsejado en el estudio en el que tocan, “pero sin mascarilla”, agrega el vocalista del grupo.
Juanfe recuerda sus inicios y apunta que “nuestra ambición era conseguir grabar un disco y, lo que todos soñamos, profesionalizarnos en el mundo de la música. Pero no hubo nadie que apostara en aquel momento por nosotros. Aunque tuvimos algún éxito, en el sentido de que tuvimos, por ejemplo, varios premios, salimos en la tele, en la radio, grabamos maquetas, etc. Pero no llegamos a tener una compañía que invirtiera en una promoción y en la grabación de un disco de verdad”. En aquella época, cada año se apostaba por una tendencia musical diferente, pero “nosotros nunca coincidíamos con la tendencia que era por la que apostaban las compañías”, señala JuanFe.
Retorno por el 50 cumpleaños
Con el tiempo, los miembros de la banda se fueron distanciando. Hasta que “en 2015, con motivo de mi cincuenta cumpleaños, reuní al grupo en una fiesta especial en Siroco”, dice JuanFe. Este encuentro propició que volvieran a reunirse y, además, grabaron un disco. “Contactamos con Ñete, quien fuera batería de Nacha Pop, a quien le habíamos conocido como una carambola del destino y que resulta que producía discos para gente con poco presupuesto. E hicimos El Sonido Violeta, que recogía temas antiguos que teníamos hace mucho tiempo en maquetas y no queríamos que se quedaran en el olvido. Hicimos un LP de seis temas, con la incorporación de Paco Musulén y Luis Élices, y con Ñete en los estudios”, explica JuanFe. El pasado año editaron un segundo disco, Choques en Cadena, un trabajo que recoge 10 temas y que han empezado a promocionar.
El inicio de la pandemia trastocó sus planes y todo se paró. Ahora, cinco meses después de la aparición del Covid-19 en el mundo, La Esquina ha retomado sus ensayos. Se reúnen un día por semana en un estudio para ensayar. Durante tres horas, la banda trabaja para que sus nuevas composiciones, algunas de ellas compuestas durante el confinamiento, logren el mejor sonido con el que presentarse ante sus seguidores el próximo cuatro de septiembre en la sala Rockville