Rock, pop, poesía, alma flamenca y vuelta a las raíces una y otra vez. A Lorca, a Granada y al Albaicín. Con tal alquimia es fácil entender por qué, a punto de cumplir 30 años, Los Planetas, además de continuar, ocupan números 1. Diez álbumes, más de 40 singles, tres recopilatorios y tres décadas de "hermandad y sustancia". El resto lo dicen ellos: "Lo que han sentido, pensado, callado y dicho, lo que han hecho sentir, pensar, callar y decir desde principios de los noventa hasta hoy. El exceso, la resistencia física y moral, la lucidez, el amor, la contradicción, la influencia, el éxtasis, el miedo, lo real, el mito, la estima y el desprecio. Un grupo de rock de una ciudad pequeña, Granada. Los Planetas. Nada más y nada menos".
Su último disco, 'Las canciones del agua', comenzó 2022 en lo más alto, situándose como el disco más vendido en España, según la lista oficial de Promusicae. El embrujo arranca con 12 minutos y 23 segundos a piano, guitarra y voz en un tema inspirado en un poema de juventud que compuso García Lorca en 1921, 'El manantial'.
Jota, vocal del grupo, lo descubrió hace nueve años y le gustó su musicalidad y su métrica viva. Cantarlo es tanto como encomendarse al santo que es para él el escritor granadino. A la voz de Jota y a la guitarra de Florent, se ha sumado el piano de David Montañés, un artista habituado a colaborar con otros grandes de la escena granadina del rock y del flamenco.
Con este arranque, el resto del álbum estaba ganado. Cuatro canciones dedicadas a la tierra, Granada, y cinco con temática crítica, centrándose en la sociedad que surge desde marzo de 2020, cuando irrumpió la pandemia en España. Una mitad es territorial, sentimental y de corazón; la otra mitad suena global, caótica como su visión de la sociedad e inestable como los acontecimientos. Es su propia interpretación del mundo y la que se aprecia en esa segunda parte del disco. Ironía cruda que suena a rock, pop, flamenco y psicodelia.
Los Planetas nacieron en los noventa, cuando el movimiento indie empezaba a dejar canciones de gran riqueza instrumental y lírica. Ellos y otros grupos, como Lagartija Nick, consiguieron que Granada fuese la capital de este fenómeno en España.
Jota (Juan Ramón Rodríguez, 1969), voz, cantante y compositor principal del grupo, y Florent (Florentino Muñoz, 1968) eran entonces dos estudiantes que se unieron para hacer música con un estilo muy genuino que, como puede verse ahora, conseguiría sobrevivir a crisis musicales y tendencias como una de las bandas más potentes y con sus propio sello de identidad.
Su consagración llegó con 'Una semana en el motor de un autobús', en 1998. En 'Encuentros con entidades', en 2002, unieron a Dios con el éxtasis y las revelaciones. En 2007, celebraron sus 15 años con 'La leyenda del espacio', un homenaje a Camarón y a su disco 'La leyenda del tiempo', en el que trabajaron tres años.
Ya entonces declararon que el sentido del grupo era "hablar de las cosas de la vida que nos importan y nos parecen importantes". Algunas de sus letras son himnos generacionales para la gente que ha crecido con ellos, a pesar de que su método de protesta en ocasiones les ha costado el veto en algunos festivales.
En 2017, una década después del punto de inflexión que supuso 'La leyenda del espacio', y coincidiendo con el 25 aniversario de la creación de la banda, publicaron 'Zona temporalmente autónoma', un trabajo en el que de nuevo conviven el pop y el flamenco sin renunciar a la psicodelia, marca de la casa. En él se olvidan del espíritu experimental y didáctico que había guiado a sus discos anteriores, aunque siguen hablando de amor, libertad y anarquismo.
La trayectoria de Los Planetas no sería tal sin el batería Eric Jiménez, también componente de Lagartija Nick, con quien grabó junto a Enrique Morente el legendario disco 'Omega'. Como músico influenciado por los sonidos americano y anglosajón, trasladó estas tendencias a las raíces de Los Planetas, siembre bajo la idea de independencia y el hechizo de la grabación en el instante y en ese directo en el que a las canciones se les da una vuelta más.
Muchas de sus vivencias con el grupo y de sus años de carretera en furgoneta las ha plasmado en sus dos libros autobiográficos, 'Cuatro millones de golpes' y 'Viaje al centro de mi cerebro'. Ambos contienen reflexiones sobre la industria musical con el mismo carácter mordaz, ácido y psicodélico de Los Planetas. En el último introduce cada capítulo con alguna canción e incluye además un diccionario "muy socarrón" que nos acerca aún más al temperamento del grupo.
Como viene siendo habitual en Los Planetas, 'Las canciones del agua' ha contado con la colaboración de varios artistas. Entre ellos, la del guitarrista flamenco Edu Espín, hijo de Carmen Linares, que participa en 'Alegrías de Graná', una canción de rock al compás de alegrías, con voz, palmas y guitarras.
En su letra vierte Jota ese tipo de cosas que le gustan o le parecen ingeniosas, como la frase "la madre que te parió se merece una corona y tú te mereces dos". El disco incluye también una canción de Carlos Cano, 'La Morralla', extraída de su disco 'A la luz de los cantares', de 1977. Jota tuvo ocasión de tocarla en un concierto homenaje y ahora se ha permitido repetir.
En su parte inspirada en la pandemia, destaca 'La nueva normalidad', compuesta sobre las imágenes que captaron su atención sobre los asaltos y saqueos por la muerte de George Floyd y el movimiento Black Lives Matter.
Hay otros temas, como 'El negacionista', 'El rey de España' o 'El apocalipsis zombie', en los que Los Planetas hacen denuncia social, con música más pop, pero igual de pegadiza. De nuevo, se abre paso esa honestidad con esa particular concepción del mundo que mantiene al grupo en pie desde hace casi tres décadas.