La fama es caprichosa. Quien amanece un día situado en lo más alto puede despertar al siguiente hundido en el pozo del olvido más profundo, y eso en Hollywood lo saben bastante bien. El mundo del espectáculo es sinónimo de inestabilidad. Ya sea en la pequeña o en la gran pantalla, existen miles de casos de actores que han pasado de dominar las portadas de las revistas más populares del mercado a aparecer en pequeños papeles en alguna serie o película de dudosa calidad.
Algunos desaparecen por las polémicas que han protagonizado, sucesos más o menos rocambolescos que han cambiado su percepción pública y alejado a marcas y publicistas. Otros, por sus decisiones profesionales, por la incapacidad para encadenar buenos papeles que mantuvieran su fama más allá de la serie o saga de éxito de turno. Y hay quien acaba completamente consumido por su propio ego.
Precisamente, esto último fue lo que le ocurrió a Philip Michael Thomas, el actor que interpretaba al policía Ricardo 'Rico' Tubbs en la famosa Corrupción en Miami. A diferencia de su compañero de reparto, Don Johnson, que tras su pasó por el serial policíaco pudo capear las turbulentas olas de la fama con relativa fortuna, la carrera de Thomas llegó a su fin poco después de que 'Corrupción en Miami' echase el cierre.
Durante las cinco temporadas que estuvo 'Corrupción en Miami' en antena, Thomas pudo presumir de ser uno de los rostros más conocidos de todo el mundo. Y lo hizo. El actor, que sabía que la serie le debía mucho a su carismática interpretación, creía por aquel entonces que su futuro estaría marcado por el éxito y la fama. Para él, tal y como confesó en una entrevista con la revista Rolling Stone en 1985, Corrupción en Miami era un trampolín, el primer paso hacia una carrera dorada que le colocaría junto a otras grandes estrellas.
El actor lo tenía claro. Su paso por 'Corrupción en Miami' le ayudaría a continuar con su carrera musical (durante los 80 sacó dos discos al mercado, aunque sin demasiado éxito), de ahí saltaría a la gran pantalla y finalmente recalaría en el teatro. Y todo, eso sí, con enorme éxito.
Tal y como recuerdan en el diario The Atlantic, Thomas fue quien popularizó el acrónimo EGOT para designar a aquellas personas que han ganado los cuatro premios más importantes de la industria: el Emmy, el Globo de Oro, el Oscar y el Tony, una hazaña reservada a tan solo 16 personas en toda la historia.
En el momento en el que inventó el término, Thomas estaba convencido de que él lograría hacerse con todos estos galardones. De hecho, este era su principal objetivo. “Con suerte, en los próximos cinco años habré ganado estos premios”, habría declarado en 1984, según Vanity Fair.
La realidad, sin embargo, fue mucho menos amable con el intérprete, que por su interpretación del detective Tubbs solo lograría una nominación fallida a los Globos de Oro. Tras el final de Corrupción en Miami, y pese a sus ambiciones, el actor fue incapaz de mantenerse en lo más alto de la fama y reculó en diversas películas y telefilms de serie B. Durante esta época, el actor también prestó su voz en 'Grand Theft Auto: Vice City’ y cedió sus derechos de imagen a la red esotérica y de adivinación ‘Physhic Reader's Network’, a la que acabaría demandando a principios de los 2000 por incumplimiento del contrato.
Tras estas experiencias, el actor siguió alejándose más y más de los focos. En 2006, abandonó definitivamente el mundo de la actuación y decidió centrarse en la espiritualidad, un concepto que siempre había ocupado un papel importante en su vida, y en su numerosa familia (tiene once hijos, cinco con su ex-esposa y seis de relaciones anteriores). Actualmente, sigue fuera de la industria, pero parece que los premios ya no le preocupan ni lo más mínimo y que disfruta de la paz y tranquilidad de una vida alejada de las cámaras.