¿Qué fue de Eva Nasarre, la encargada de poner en forma a España en los años 80?
Eva Nasarre puso a mover el esqueleto a casi toda España en los ochenta a través de un programa de tele al estilo del presentado por Jane Fonda en Estados Unidos
Tras ese éxito abrumador desapareció de la vida pública pero una causa de gran relevancia ha hecho que vuelva a reclamar la atención del público
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En los años ochenta, si tenías la “fortuna” de faltar al colegio y quedarte en casa, podías hacer gimnasia y aeróbic siguiendo a Eva Nasarre por televisión. La intención de la presentadora era que toda la familia se levantara del sillón para ponerse en forma siguiendo sus clases mientras ella sonriendo y sin sudar una gota ni esfuerzo aparente dirigía cada movimiento contando: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… Desde Uppers hemos querido recordar qué fue de Eva Nasarre y cuál ha sido su trayectoria desde entonces.
La aparición de Eva en el programa Puesta a Punto en La 2, el segundo canal de la televisión pública de la época (RTVE) supuso toda una revolución. Se emitió por primera vez el 3 de octubre de 1983 y se mantuvo en antena durante 1984. Eran 15 minutos diarios de emisión de lunes a viernes en los que primero se enseñaba cómo hacer los ejercicios y después se repetían al ritmo de la música.
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Toda España se puso a mover el cuello de izquierda a derecha, a subir los hombros de uno en uno, a correr en el sitio y a tumbarse boca arriba para elevar ambas piernas con la fuerza del abdomen. Eva Nasarre dio las claves sobre cómo calentar, cómo moverse siguiendo el compás de una canción, cómo estirar la musculatura y cómo relajar el cuerpo para terminar la clase. La audiencia, que era casi toda la población de nuestro país, se levantó del sillón y quedó prendada con su dulce voz, sus consejos sobre la importancia de hacer ejercicio, su envidiable figura y sus maillots, con medias y calentadores a juego. En 1986 la clase de gimnasia se pasó a llamar En Marcha y se incluyó dentro del programa matinal Buenos Días de La 1. Duró muy poco tiempo y el aerobic y Eva desaparecieron.
Todo empezó cuando Eva Nasarre tenía 22 años, había nacido en Lleida en 1960 y contaba que llegó a presentar el programa de televisión por casualidad. En La 2 querían seguir la estela de los programas de gimnasia por la televisión americana de la actriz Jane Fonda. En un principio se contrató a la gimnasta Sagrario Aguado, pero una lesión que sufrió justo antes de empezar a rodar Puesta a Punto le impidió llevar a cabo el trabajo. La cadena seleccionó a Eva Nasarre que tenía experiencia porque su marido era dueño de un gimnasio y enseguida la cámara se enamoró de ella.
Tras el éxito, Eva Nasarre desapareció
Esa exposición televisiva diaria la convirtió en una celebridad en España, pero a los pocos años y tal vez abrumada por el éxito tomó la decisión de alejarse de la vida pública. Sin embargo, sus circunstancias personales han vuelto a colocarla en primera línea ya que desde hace tiempo es la portavoz por los derechos de las personas dependientes a través de la Plataforma en defensa de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha.
Eva Nasarre se había casado con Chema Álvarez y eligieron la población catalana de Caldes de Montbui, en Barcelona, para llevar otra vida en la que ella empezó a trabajar como asistente social. Desde ese momento volvió a la televisión en contadas ocasiones. Las cosas no han sido fáciles para Eva porque en 1999 informó de que le habían diagnosticado artritis reumatoide grave, un trastorno inflamatorio crónico y degenerativo que afecta a las articulaciones y puede generar problemas de piel, en los ojos, en los pulmones, en el corazón y en el sistema circulatorio. Un año antes se había divorciado de Chema Álvarez y su vida seguía siendo privada. No obstante, en 2004 su exmarido y el hijo de la pareja Joan Marc iniciaron una batalla mediática contra ella hasta que la presentadora zanjó la polémica y las suposiciones en un plató de televisión.
Durante mucho tiempo no se supo nada de Eva hasta que en 2016 una revista publicó una imagen suya en una silla de ruedas. Denunció la publicación y el Tribunal Supremo obligó al medio a indemnizarla económicamente por el delito de violación de la intimidad. Ahora vive en Madrid y tras declarar públicamente su enfermedad y perder la movilidad utiliza Twitter para defender los derechos y las necesidades de las personas dependientes, la sanidad pública y otros temas de política social.