¿Qué fue de Rita Irasema, la televisiva hija de Miliki?
Hace bastantes años decidió dar un giro radical a su vida para apartarse del mundo artístico y público y apoyarse en otra bandera que la ha hecho más fuerte y feliz
Rita Irasema, hija de Miliki y hermana de Emilio Aragón, nos ha acompañado décadas en la tele, en el teatro y en el circo con una extensa producción musical y teatral
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Varias generaciones nos lo hemos pasado en grande con Los payasos de la tele, su saludo "¿Cómo están ustedes?" y sus canciones Don Pepito o La gallina Turuleca. Esta familia de artistas fue creciendo con programas, teatro, musicales, espectáculos o discos. Rita Irasema junto a su padre Emilio Alberto Aragón Bermúdez, Miliki, y su hermano Emilio Aragón, Milikito, consiguieron un éxito espectacular. En Uppers hemos querido saber qué fue de la hija de Miliki y hermana de Emilio Aragón cuando dejó la vida pública y nos hemos encontrado con otra Rita igual de maravillosa. Te vamos a contar quién es Rita Irasema en la actualidad.
El día después de Reyes, Rita Irasema Aragón Álvarez cumplirá 69 años. Nació en La Habana, Cuba, y de pequeña vivió en Chicago, después siguió la estela de la familia. En Madrid estudió Música en el Real Conservatorio y canto lírico para convertirse en cantante, compositora, guionista y presentadora. Antes, su padre y sus tíos se habían dado a conocer en medio mundo cuando llevaron el circo a una televisión en blanco y negro.
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Eran Miliki, Gaby (Gabriel Aragón) y Fofó (Alfonso Aragón). Al grupo se unieron Milikito, Fofito y Rody (Alfonso Aragón y Rodolfo Aragón, hijos de Fofó) al igual que empezaron a colaborar Rita y su hermana María Pilar, además de sus primas Maribel y Mari Carmen, hijas de Gaby. En Venezuela, editaron el disco y presentaron el Show de las 5 que alcanzó tal fama que incluso las niñas venezolanas imitaron los cortes de pelo de ellas.
Una vida artística imparable
Al principio de la década de los setenta, Rita Irasema presentó la sección Amigos y canciones del mundo en el programa infantil Hoy también es fiesta de Televisión Española, participó en episodios del programa Las aventuras de Gaby, Fofó y Miliki y en obras de teatro. También escribió y estrenó la comedia musical Pepín en el viaje a los planetas, que dirigió su hermano Emilio Aragón. Después, con la comedia musical Las cuatro cartas ganó el Premio Daniel Montorio por la mejor música de Teatro del Año.
Ya en los ochenta, Rita Irasema presentó el concurso infantil televisivo Leo contra todos y en la década de los noventa presentó junto a su padre los programas La merienda y La guardería para Antena 3, Superguay para Telecinco y finalmente El gran circo de TVE. Todo ello lo fue compaginando con su producción musical infantil junto a su padre y su familia y espectáculos teatrales como La vuelta al mundo en 30 minutos, El fantasma de la sopera o El flautista de Hamelin. Por último, presentaron el espectáculo teatral El circo del arte, para rehabilitar el espectáculo circense, que se mantuvo hasta 1999.
En 2003 dio un giro hacia el público adulto y grabó el álbum Cómo hemos cambiado, con versiones a ritmo de bolero de Joaquín Sabina, Santiago Auserón, Manolo Tena o Antonio Vega.
Rita abandona el mundo artístico
A partir de ese momento Rita decidió dejar a un lado la vida pública. Más tarde explicó en diversas entrevistas de programas que promueven el cristianismo que había decidido volcarse en la religión tras vivir una crisis existencial. Ya estaba casada con Manuel Feijóo tenía tres hijos, Manuel, Néstor y Emilio. Cuenta que estuvo unos siete años sin rumbo hasta que decidió aceptar la llamada de la Iglesia y gracias a su creencia recuperó esa felicidad que había perdido. Rita subraya que “cada vez soy más feliz. El Señor te quita obstáculos, te da paz, te da seguridad... Tú no puedes con todo esto solo… Pero con el Señor, se puede”.
Rita recuerda que con siete, ocho y nueve años, cuando vivía en Chicago, iba a misa, rezaba y participaba en los actos de la Iglesia, lo que le hacía sentir bien. Ya de joven comenzó a viajar, llegó el éxito, la televisión, su boda y sus hijos. Cuando estaba trabajando junto a su padre, feliz y en lo más alto de su carrera, recuerda que se preguntó “si sería capaz de abandonarlo todo por seguir a Jesús”. Decidió apartar la religión de su vida y seguir adelante “sola” hasta que “me encontré en un desierto espiritual”.
Durante muchos años se había mostrado muy fuerte ante los demás, pero ya no pudo más. Rita cuenta que “no sabía quién era yo”, hasta que decidió volver a apoyase en la oración como cuando era pequeña y en la confesión para desahogarse. Poco a poco volvió a amar la vida y su existencia y fue encontrando la paz. Rita cree que es necesario “no bajarse de la barca de Jesús porque estamos en plena tormenta” y la religión nos puede ayudar y proteger. Rita se retiró del mundo artístico pero sigue volcada en su familia y en una escuela de música, que abrió hace muchos años, con la religión como bandera.