Jesús Vázquez ha demostrado una vez más que la edad no es un impedimento. El presentador acaba de protagonizar la portada de la revista masculina Men’s Health con 57 años, convirtiéndose así en el español de mayor edad en ser el protagonista de la primera página de la publicación. Cierto es que el presentador no se ha tenido que preparar demasiado para sacar músculo. Cualquiera que lo siga mínimamente sabe que lleva una vida sana en la que el deporte es una parte esencial. Una ocasión en la que Vázquez ha aprovechado para hablar del edadismo, cómo lleva el paso de los años o sobre su salud mental.
Vázquez asegura a la publicación que a sus 57 años ya ha “empezado a aceptar el paso de los años, pero me ha costado mucho. He tenido unos 40 muy difíciles y unos 50 complicados, pero ahora que veo los 60 en el horizonte, empiezo a asumirlo mucho mejor, a decir ‘que bien, he llegado a los 57 sin envidiarle nada a esas fotos de hace 10 años’”.
El presentador enseña músculo justo una década después de la portada que hizo en 2013, cuando ya pensaba que “nunca iba a ocuparla con 47, porque siempre veía a esos chicos de la portada… muy jóvenes. Y fíjate, aquí estoy, con 57”.
Aunque se ve perfectamente, Jesús Vázquez no ha querido pasar por algo cómo la sociedad está promoviendo, quizá de forma inconsciente, el edadismo. “Todo el mundo me recuerda constantemente lo bien que estoy para la edad que tengo. Existe una especie de rechazo a la edad, a la gente que va cumpliendo años. No quiero decir que sea una fobia, pero sí que parece que a medida que te vas haciendo mayor empiezas a dejar de ser interesante, de ser visible, de ser atractivo. Esto es un problema, porque a partir de los 50, de los 60 o de los 70 tienes que seguir viviendo”, reivindica.
La salud mental
Jesús Vázquez no ha querido olvidarse de que su yo actual también es el que ha sido en el pasado, por eso ve esencial que se siga hablando de la salud mental. “Ese niño gordo y maricón al que le hacía bullying también está en esta portada, porque nunca se va. Porque en el fondo eres tú. Estoy orgulloso de ese niño, de que fuera gordito, de que fuera maricón. Estoy muy orgulloso de ser maricón. (…) El armario es un lugar terrible. Hay que tener mucho cuidado con los niños”, señala.
Tampoco ha tenido problemas en hablar de uno de sus episodios más complicados a nivel personal, el caso Arny. “Siempre que sale el tema me cuesta. Luego me repongo. Lo que se rompió o lo que me rompieron dentro… Ahí está. Va a estar siempre conmigo”.
Y pese a que no quiere hacer ningún tipo de Me Too, reconoce que se ha encontrado con “mucho bicho. Tiburones muchos. Pulpos la verdad que no tantos. Solo tuve un incidente con un pulpo en un despacho, que no voy a decir su nombre, que además era pulpo, no pulpa. No voy a ponerme a hacer un me too ni a denunciar nada. Pero tuve un par de incidentes en los que sentí que me estaban intentado envolver con los tentáculos y tuve que marcar límites y saber parar la situación a tiempo”.