Malos tiempos para la comedia televisiva americana. Tras la prematura partida de Matthew Perry, este martes fallecía Andre Braugher, uno de los protagonistas de la popular comedia 'Brooklyn Nine-Nine', que alcanzaba en 2021 su octava y última temporada.
El recordado Capitán Holt, interpretado por Braugher, fue uno de los personajes más queridos en la serie protagonizada por Andy Samberg y la crítica no escatimó elogios al fallecido actor, como atestiguan sus dos Premios de la Crítica y sus múltiples nominaciones a los Emmy en la categoría de comedia, galardón que ya había alcanzado en dos ocasiones por sus papeles dramáticos.
Desde los taquillazos ochenteros como 'Superdetective en Hollywood' o 'Loca academia de policía', los cuerpos de policía norteamericanos no habían sido contados con tantas dosis de humor. Menos en el formato serie, un género que siempre ha privilegiado el drama para tratar las vidas de los uniformados. Nada de esto tenía que ver con la serie creada por Dan Goor y Michael Schur en 2013.
Mezcla de acción con personajes disparatados y profundamente inmaduros, la serie tuvo en el personaje del hierático Capitán Raymond Holt su figura tutelar y su faro. "Ha sido un año difícil para ser un hombre negro. Y un capitán de policía. Y un ser humano" decía en la última temporada, cuando su personaje acusaba el peso de llevar una placa en medio de los convulsos momentos del 'Black Lives Matter'. Una muestra de que se puede hacer comedia sensible a los tiempos sin dejar de hacer que te partas la caja. Aquí te damos algunas razones por las que el recordado personaje fue auténticamente revolucionario.
Un capitán de policía negro es habitual en las ficciones americanas. Un capitán de policía negro y gay, no tanto. La historia de Holt y su marido, Kevin, fue una de las grandes subtramas de la serie. Una nada idealizada historia de amor que tuvo sus crisis y sus momentos épicos presentados siempre con enorme naturalidad y respeto.
En mayo de 2020, tras el brutal asesinato de George Floyd, era difícil sostener una serie de humor protagonizada por policías. Durante la preparación de esa sexta temporada, los guionistas tuvieron que tirar a la basura hasta cuatro episodios terminados, para adaptar la serie a la dura realidad que dejaba en evidencia la muerte de Floyd. El personaje de Holt, lejos de eludir la dureza de los hechos, se enfrentó a un líder del sindicato policial y se esforzó por demostrar que los policías buenos también existían.
Holt está casado con un profesor de Literatura Clásica en Columbia y comparte con él su pasión por la cultura: los libros, las películas clásicas, la opera o el buen vino forman parte de sus aficiones. El capitán juega con la figura del personaje sofisticado, nerd, incluso intelectualmente snob, pero no llega nunca a ser clasista ni discriminador.
Dicen que existen dos tipos de comediantes, los que se ríen todo el tiempo y los que no se ríen nunca. Holt es del segundo tipo de personajes, tal vez porque el hecho de ser un oficial de policía negro y gay le han obligado a vivir siempre a la defensiva y a ser más responsable que todos los demás, su actitud es siempre seria e impasible, casi inexpresiva... lo que lo hace muchas veces más desternillante.
La hilarante rivalidad entre el capitán Holt y la comisionada Madeleine Wuntch, llena de una bizarra tensión sexual, es solo una muestra de la amplia relación del personaje con el universo femenino. Holt es el ídolo de subalternas como Amy Santiago, que ven en él no solo a un mentor sino a un hombre deconstruido. El personaje interpretado por Braugher, se muestra respetuoso, sensible, solidario, imparcial y justo (la mayoría de veces) con las policías de la 99. Y eso no es decir poco.