"Dónde estaba yo cuando el hombre pisó la Luna": cuatro uppers comparten sus recuerdos
Gracias a la misión Intutive Machines-1, hemos asistido en directo al primer alunizaje de EEUU después de medio siglo
En julio de 1969, no todos los hogares tenían televisores, pero la hazaña quedó imborrable en nuestra memoria
A nuestros lectores les ha encantado compartir aquellos momentos
El 16 de julio de 1969, a las 13.32 horas despegaba de Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos), el cohete Saturno V con tres astronautas a bordo y un único objetivo: poner un pie en la Luna. Cuatro días después, Armstrong y Aldrin alunizaban a bordo del Módulo Eagle, mientras que Collins se ocupaba de mantener la nave Columbia en órbita. El 24 de julio, ocho días después de su marcha, regresaban a la Tierra y amerizaban en el Océano Pacífico sanos y salvos.
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Jesús Hermida lo contó desde Houston para Televisión Española en una época en la que el número de aparatos de televisión en el país no llegaba a tres millones. No importó. Muchos se fueron a un bar o a las casas de sus vecino y familiares. Cirilo Rodríguez y Agustín Farré fueron los narradores en Radio Nacional.
Aquellas imágenes vuelven hoy a nuestra memoria con la nave privada de Intuitive Machines tras otro alunizaje histórico. Ha aterrizado cerca del polo sur de la Luna tras una semana de su lanzamiento. "Houston, Odysseus ha encontrado su nuevo hogar". Hemos recogido varios testimonios de nuestros lectores. Aunque alguno ni siquiera había nacido, el acontecimiento forma parte de su memoria biográfica, casi igual que si lo hubiesen vivido en directo.
Mila Fernández de la Puente, escritora (Cádiz, 1964)
"Mientras el hombre llegaba a la Luna, mi prima Ana aprendía a andar de mi mano. Fue un gran salto para la humanidad, pero un paso gigante para ella. Estábamos toda la familia en Chiclana, pasando felices el verano. Según me cuenta mi tía Leo, los mayores pusieron la tele, vieron a Jesús Hermida y comieron marisco. En mi familia, todo lo celebramos comiendo marisco. Mi prima no ha llegado a la luna, pero casi. Desde aquel primer paso, ha andado sola, decidida, triunfadora y eficaz. A mí nunca me ha faltado su mano cuando ha hecho falta".
Carlos Martín, director de Be Released y promotor musical y cultural (Soria, 1954)
"Vivo en Madrid desde el año 1977. Ahora tengo 63 años y recuerdo la llegada del hombre a la Luna como algo excepcional. Era a finales de los sesenta y yo volvía del colegio. En esos años vivía en mi pueblo (Soria) Yo tenía 9 años y en mi casa ya había una televisión en blanco y negro (Una Marconi con pantalla plana, una novedad para la época). Recuerdo la cocina de mi casa llena de gente (había pocas televisiones entonces en el pueblo). Y había solo dos canales UHF y VHF y teníamos un transformador para el voltaje. Recuerdo que los allí presentes estaban asombrados como si hubieran visto un fantasma. No paraban de mirar aquella caja mágica. Yo no sabía muy bien lo que pasaba hasta que me explicaron. Mi abuela, la más asombrada les decía: "Callasus, que os están escuchando esos señores de la tele". Hubo carcajadas... Era bastante mayor y la que más alucinaba. Las imágenes no eran de buena calidad y se veían como a cámara lenta. Uno de los astronautas llevaba una bandera de EEUU y la clavó en la superficie lunar. Durante unos cuantos días solo se habló de aquello".
Cristina Bisbal, periodista (Madrid, 1970)
"Cuando el hombre llegó a la Luna yo aún no había nacido, pero sí recuerdo siendo muy pequeña que mis hermanos mayores (cinco, nada menos) lo comentaban como algo extraordinario. La que creo que lo vivió con más emoción, mi hermana Lula, habla de ello con cierta frecuencia. Tenía en ese momento 14 o 15 años y tiene claro el momento de verlo en la televisión, creo que presentado por Jesús Hermida. Para mí, echando la vista atrás, es volver a la España en blanco y negro, donde todo parecía que sucedía más despacio que ahora, lento como los pasos de esos hombres en la luna, a cámara lenta. Pero es un recuerdo que se desdibuja en mi memoria, como todo lo sucedido en la infancia más lejana.
Luz B. Prestel, médico (Madrid, 1955)
Estaba en Cullera veraneando. En casa no teníamos televisión y me tuve que ir a la del vecino, en el sexto, a verlo. De madrugada. Era la emoción de las emociones ver cómo Jesús Hermida nos contaba lo que todos estábamos viendo. Era un hito histórico ver a unos señores que bajaban y que iban como dando saltos por la ingravidez, con esos trajes blancos, esos cascos y esas cosas que te hacían ver que era verdad algo que parecía prácticamente imposible. Aunque mirásemos al cielo, no les veríamos. Era muy emocionante.