Hubo un tiempo en el que en la tele se hacían cosas raras. Como poner a detectives neoyorquinos a compartir piso con una cacatúa, hacer hablar a coches de lujo (y darles más personalidad que a sus conductores) o inventarse personajes capaces de salvar al mundo del desastre con una navaja suiza. En muchas de ellas participó, como director, Bruce Kessler, tristemente fallecido este fin de semana a los 88 años.
Kessler, cuya pasión original era la velocidad -preferencia que pudo extrapolar en algunas de las escenas clásicas de persecuciones en la pantalla-, comenzó a competir en autos a la edad de 17 años. LLegó a ser piloto de Fórmula 1, pero a los 21, corriendo de noche en las llamadas 24 Horas de Le Mans, estrelló su coche de manera tan aparatosa que solo salvó la vida por unos segundos, antes de que el vehículo estallara en llamas. Kessler sin embargo siguió corriendo -y sobrevivió a dos accidentes más- hasta 1962, cuando decidió retirarse. Se perdió a un piloto pero se ganó a un director.
De hecho, su primera película no lo alejó mucho de los circuitos, ya que se trató del corto de Fórmula Uno 'The Sound of Speed', que llegó a representar a Estados Unidos en el Festival de Cannes. Su experiencia técnica, además, lo llevó a ser contratado como asesor técnico en carreras y secuencias de persecución para películas, y trabajó como director de segunda unidad de Howard Hawks en 'Red Line 7000'. En muchas fotos de esa época se le puede ver asesorando a estrellas aficionadas a la velocidad como James Dean o Steve Mcqueen.
De su obra, sin embargo, muchos recordaremos, sobre todo, las series que dirigió en los 70 y 80. Hablamos de algunos productos de culto como 'Baretta' (1975-1978) protagonizada por Robert Blake. De esa época también es la primera versión televisiva de 'Misión imposible' que también tuvo algunos episodios a Kessler como realizador. Aunque su trabajo más representativo llegó con episodios de series tan inmensamente populares como 'El Equipo A' 'MacGyver' o 'El coche fantástico'.
Kessler, que llegó a dirigir en la gran pantalla filmes como 'Los Ángeles del Infierno' -cinta infravalorada pero en realidad un clásico del género de 'moteros'- falleció el 4 de abril en Marina Del Rey, California, después de una breve enfermedad. Tenía 88 años. Su hermano Stephen fue el encargado de confirmar su muerte.