Cada año desde 2011, cuando llegan estas fechas, Campofrío junta a un elenco importante del 'show-business' y nos regala un 'spot' publicitario. Pasa el tiempo y se nos amontonan los recuerdos por la variedad de temáticas que se han tratado: los enfrentamientos de todo tipo, el 'amor-odio', las noticias falsas... El anuncio suele hablar de aquello por lo que cada año será recordado. Ahora, la marca de embutidos acaba de lanzarlo. ¿De qué habla? De la muerte. Pero no como la tenemos entendida.
En un año marcado por el coronavirus y, por tanto, por la cantidad de vidas que se ha cobrado, Campofrío ha querido plantarse frente a ella y darle un enfoque divertido. Ya llevamos demasiados disgustos como para hacer de este año un anuncio lúgubre, como ha sido la pandemia. El anuncio muestra a Enrique San Francisco caracterizado como la parca para un anuncio junto a Silvia Abril. Cuando terminan de rodar, San Francisco sale por la puerta. Entonces, se convierte en la parca de verdad.
Sin embargo, a nadie parece importarle. Todos le ignoran. Quique camina por la calle atónito, esperando que alguien se dé cuenta de que se encuentra allí, junto a ello. "Claro, preferís vivir como si la muerte no existiera", dice con rintintín. Justo después de 'aprobar' con mayoría absoluta el sentimiento que todos tenemos hacia ella (que te den), San Francisco vuelve a reflexionar. "A ver, ¿quién os hace vivir cada día como si fuera el último?", se pregunta el actor. Después, pone el foco en una realidad pandémica: "yo os tuve que encerrar para que os reencontrarais con vuestros hijos. Que ya tocaba". "Y aun así, no os atrevéis ni a nombrarme".
Entonces, saltan a escena Andreu Buenafuente y James Rhodes, utilizando los mil eufemismos que tenemos en España para hablar sobre la muerte. 'Y se quedó tiesa', 'se fue al otro barrio', 'se fue a criar malvas', 'la diñó'. Hasta el momento, nadie ha reparado todavía en el pobre Quique San Francisco, que deambula por las calles sin que le hagan caso. Hasta que aparece en un paraje montañoso y allí, y solo allí, conversa por primera vez con alguien.
Una señora le advierte que puede verle y San Francisco no da crédito. "No me das ningún miedo", le espeta la mujer. "¿Sabes por qué? Porque he vivido siempre como he querido. Lo que más duele es decir adiós. Así que hasta luego", le dice la mujer finalmente. Un aprendizaje vital que viene acompañado, seguidamente, de una reflexión de la parca.
"Soy un tostón, lo sé. No para meteros miedo, sino para que seáis conscientes del milagro tan cojonudo que es estar vivo", subraya Quique San Francisco. Y justo al terminar la frase, recibe una inesperada contestación desde el cielo. Es Michael Robinson, quien en su inconfundible español le sorprende: "Quique, ¡estás vivo!". "Qué manía tenéis todos con que suba", le replica la parca. "¿Qué tal por ahí arriba?, le pregunta Quique. "Por aquí estamos bien. Está Pau Donés con la guitarra, Chiquito con los chistes, y no os queremos ver por mucho tiempo", responde Robinson.
Todo termina con San Francisco, ya liberado de su atuendo de la muerte, sentado en un sofá junto a Silvia Abril, Andreu Buenafuente y James Rhodes. Un texto con un plano que ascende al cielo cierra el anuncio: "dedicado a los que se fueron y a los que siguen intentando cada día disfrutar del regalo de la vida".