José Luis Gil, el actor que interpreta a Enrique Pastor en 'La que se avecina', se recupera en su casa de un ictus isquémico agudo hemisférico izquierdo que sufrió a principios del mes de noviembre y del que su familia ha informado ahora, una vez que ha salido del hospital. En el comunicado, sus allegados indican que "empieza un periodo clave, de trabajo y esfuerzo, en el que la tranquilidad es muy importante". Aunque la recuperación puede ser larga y tediosa, en el caso de los ictus lo más importante es saber identificarlos a tiempo para que las secuelas posteriores sean menores. ¿Qué síntomas previos te avisan de que algo no va bien?
Según la Federación Española del Ictus, estos son "una enfermedad cerebrovascular y se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar".
En nuestro país, se calcula que más del 21% de la población de más de 60 años tiene un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos 10 años, y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad. Por eso, conocer los síntomas es fundamental para identificarlo rápido y pedir auxilio ya que "la identificación inmediata de estos síntomas es crucial en la evolución del enfermo; se ha demostrado que los pacientes tratados desde el primer momento por neurólogos logran una recuperación casi total o con muy pocas secuelas", explican en la FEI.
No se trata del dolor de cabeza que puedas tener en un día cualquiera que hayas dormido mal o hayas tenido una mala posición del cuello, sino un fuerte dolor de cabeza que aparece repentinamente y es más agudo de los "habituales". Puede desaparecer pasados unos minutos, pero conviene avisar al médico si te ha ocurrido para evitar problemas mayores.
Dificultad al articular palabras que, habitualmente, pronuncias bien. Dependiendo del hemisferio cerebral donde esté ocurriendo el ictus esta alteración puede ser mayor o menor pero, en cualquiera de los casos, has de avisar inmediatamente para pedir ayuda.
Se suele acompañar con algunos de los otros síntomas, y es una sensación de desequilibrio en la que sientes que no eres dueño de tus pasos ni de tu estabilidad.
La alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual es un síntoma claro de que algo puede estar fallando en nuestro organismo, por lo que conviene pedir ayuda de manera inmediata.
Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y en las extremidades.
"La gran mayoría de los pacientes que sufren un ictus suelen presentar una combinación de varios de estos síntomas. No obstante, con solo experimentar uno de ellos, ya es motivo de urgencia", señala la Dra. María Alonso de Leciñana, de la Sociedad Española de Neurología. "Una de las claves para el éxito en la atención del ictus es la rapidez con la que se detectan sus síntomas iniciales y se contacta con el sistema de emergencias. La otra, sin duda, es la prevención".