Nacho Guerreros no camina encorvado ni dando saltitos como si tuviese un equino de tobillo (una curiosa anomalía del pie). Es obvio, y más después de ver en Instagram su torso perfectamente esculpido, pero son tantos años en pantalla velando por la portería del Mirador de Montepinar en su genial papel de Coque, que esperamos que enseguida nos suelte eso de "una cosilla que se me viene a la mente". Nacho es mucho más que el entrañable y atolondrado conserje de 'La que se avecina'. Merece la pena conocer y disfrutar de todos los registros de este actor que, recién cumplidos los 51, goza de su madurez y declara vivir su mejor momento vital, a pesar del luto que vive la gran familia de LQSA después de la muerte de Verónica Forqué.
Natural de Calahorra (La Rioja), se trasladó a Madrid para estudiar arte dramático en la RESAD con la confianza absoluta de tener un reservado en la flor y nata de la interpretación. "No tenía más aval que mi firme decisión, vocación y muchas ganas de trabajar, de formarme y de adaptarme a las exigencias. Son valores que aún mantengo intactos", dice. Mientras se abría camino, trabajó como camarero y en todo lo que se terciase, incluido un negocio de decoración en el centro de Madrid.
En 2005, gracias a un premio de lotería que cayó en la familia, se permitió el capricho de comprar los derechos de 'Bent', una obra teatral dirigida por Gina Piccirilli. A este éxito le siguió su fichaje inmediato en televisión, en las series 'Aquí no hay quien vida' y 'La que se avecina'. Después de siete años en la piel de Coque, empezó a simultanear con otros proyectos. Primero vino 'Milagro en casa de los López' y después microteatro con un texto de Carlos Zamarriego y con Ángel Caballero. Luego llegó 'Juguetes rotos' de Carolina Román, con la que lleva varios años. Ahora la simultanea con la obra 'Sobre el caparazón de las tortugas', de Ignasi Vidal, bajo la dirección de Susana Hornos.
Giras, promociones, producciones audiovisuales. Sin duda, es su momento. "No puedo sentirme más agradecido por trabajar, por emprender y por la oportunidad de sentir el cariño de la gente, tanto en España como fuera, sobre todo en América Latina. La cultura es otra forma de llevar la marca España fuera y me enorgullece poderlo hacer con estas obras. A Coque le debo mucho de todo ello y también la posibilidad de otras cosas, como comprar mi casa y montar mi propia productora, Producciones Rokamboleskas", asegura.
Aunque admite que el alcance de la televisión es irrepetible, opina que donde realmente se ha instruido en el oficio de actor es el teatro. "Debería ser -explica- disciplina obligada para quien quiere hacer cine y televisión. El teatro te da tablas, te enseña a pisar tierra firme y a resistir muchos años. Es una profesión muy exigente que requiere mucho estudio y trabajo si la meta es mantenerse más allá de un éxito puntual. Además, el teatro es muy enriquecedor y gratificante por la conexión con el público. Te acerca a la gente, te permite un feed back que difícilmente encuentras en otro medio".
Todas estas reflexiones toman cuerpo en los cursos de interpretación que imparte a jóvenes aspirantes, igual que a él le enseñó el oficio la actriz y maestra de actores Matilde Fluixá (Tránsito, en LQSA). Son pequeñas confidencias que nos acercan aún más a este actor tenaz, incansable y amante de su trabajo. "He tenido que luchar mucho para llegar hasta aquí y quiero disfrutarlo, pero también valorarlo. El trabajo me da libertad, me hace feliz. Por nada del mundo me gustaría jubilarme", advierte.
No deja de sorprendernos. Hace solo un mes sus fans asturianos le descubrían oficiando misa en Langreo. Enseguida se percataron de que se trataba del rodaje de 'Lo siento, Padre', un corto en el que da vida a un cura. Recientemente, se desplazó a Melilla para ser imagen de la ciudad y presentar 'Es violencia', otro cortometraje dirigido por Ceres Machado y protagonizado por Nacho y María Vilches que visibiliza la lacra de la violencia psicológica, más desconocida y difícil de demostrar en los juzgados.
Y quien le siga en redes descubrirá algunos detalles de su vida más personal. Por ejemplo, su modo de cultivar y cuidar su salud física y mental. "Practico ejercicio a diario. El entrenamiento -boxeo, crossfit y otras disciplinas- me mantiene ágil, activo, de buen humor y con la mente despierta. Me levanto temprano y tomo energía para el resto del día. Además, cuido mi alimentación, no fumo y sigo unos hábitos muy saludables y disciplinados". Reivindica igualmente la importancia de atender la salud mental. "El psicoanálisis ha sido decisivo en mi vida y muy importante también para apartar a tantas personas tóxicas y negativas que se han acercado a mí sin más interés que pedir algo o actuar como auténticos vampiros emocionales. Mi salud mental ha ganado mucho.