A finales de los 70, el diseñador Toshiro Nishikado soñó que unos alienígenas atacaban a un grupo de estudiantes en una parada de autobús. Con eso en mente, y la inspiración de juegos anteriores como el Breakout de Atari o el Space Monsters de la propia Taito Co., Nichikado creó Space Invaders hace 45 años. Uno de sus mayores aportes: hacer que los enemigos, los invasores espaciales, se movieran para que el jugador tenga que seguirlos con un cañón. En juegos anteriores, el jugador se enfrentaba a blancos estáticos. Un aporte tan sencillo como ese, en los albores de los juegos de disparos, los clásicos matamarcianos, fue absolutamente determinante y sentaría las bases de casi todo lo que vendría en el rubro.
Al desarrollar el videojuego, en principio Nishikado propuso que el cañón estuviera en una especie de playa, que las naves fueran barcos y los enemigos, marineros invasores. A los jefazos de Taito Co. sin embargo, les pareció inmoral aquello de disparar a personas y propusieron trasladar la aventura a un contexto espacial en el que los enemigos fueran unos pequeños seres casi amorfos. Así nacieron los clásicos invaders que uno podía cargarse ya sin remordimiento alguno. Las naves espaciales fueron inspiradas por la 'Guerra de los mundos', la clásica novela de H.G Wells, y el logo le debe mucho a la recién estrenada Star Wars. Y el resto es historia.
Cuenta la leyenda que tras su lanzamiento, el éxito del videojuego generó tal escasez de monedas que el gobierno japonés tuvo que aumentar la circulación de las de 100 yenes para satisfacer la demanda. En tiempos en los que narrativa de los videojuegos es tan compleja que puede derivar en películas o series, la idea de unos marcianitos movedizos a los que hay que disparar para que no invadan la Tierra, parece una tontería, pero precisamente la sencillez de su plot y la facilidad de su mecánica de juego -podías mover el cañón de izquierda a derecha con una mano y disparar sin parar con la otra- hizo que una industria que era entonces muy localizada, se convirtiera en una industria global, sobre todo cuando en1979 el juego llegó a EE UU gracias a la productora Midway Game, que a la postre desarrollaría otros clásicos como Spy Hunter o Mortal Kombat.
"Riley, esto es lo más bonito que he visto en mi vida". En uno de los capítulos más memorables de The last of us, Ellie contempla extática un paisaje de tintineantes maquinas de videojuegos. Lo mismo que pensabas tú cuando entrabas a uno de esos sitios llenos de aparatosas consolas y felicidad. Si lo piensas, tiene sentido que la serie más popular del momento, basada en un videojuego, rinda homenaje a los precursores de las industria. Y entre ellos uno de los más importantes fue este clásico de clásicos de las "maquinitas". La conclusión es evidente: Space invaders nació contigo, pero seguramente te sobrevivirá. ¿Y a que estás en paz con eso?