Fue uno de los grandes deportistas del mundo y sigue siendo la gran leyenda de la NBA. Kobe Bryant murió hace cuatro años, con solo 41 años, en un trágico accidente de helicóptero en el que también falleció su hija Gianna, de 13 años. Pese a ello, su legado personal y deportivo sigue vivo, al igual que su gran fortuna, llegando a amasar unos 600 millones de dólares, según Forbes, un legado económico que gestiona Vanessa, su viuda. Ahora, el anillo de la NBA que Bryant ganó en el año 2000 sale a subasta, y no está exento de polémica.
Aquel anillo lo ganó con los Lakers, con solo 21 años, una joya que le regaló a su padre, Joe Bryant, mostrando su gran unión y lo importante que era para él su progenitor, que también se había dedicado al baloncesto, pero sin tanto éxito.
Kobe Bryant fue así forjando su leyenda y se casó con Vanessa, con quien tuvo cuatro hijas, a la vez que se separaba poco a poco de sus padres, los cuales intentaron vender ese anillo, pero el propio jugador les impidió hacerlo. Ese mismo anillo lo han sacado ahora a subasta por unos 33.000 dólares, aunque con las primeras pujas ya había superado los 100.000 dólares.
Pese a la gran fortuna del exjugador de baloncesto que gestiona su viuda para sus hijas (Natalia, Bianka y Capri), los padres y las hermanas de Bryant no parecen haber visto ni un centavo de ella, además de no tener ningún tipo de relación con Vanessa, como tampoco la hubo en los últimos años de vida de Kobe.
“Ahora les doy una paga a mis padres”, dijo Bryant cuando solo tenía solo 17 años, y algo así era lo que hacía con el dinero que empezó a ganar en la NBA, pagando a sus progenitores desde sus casas y coches hasta sus caprichos. Pero la llegada de Vanessa a su vida fue lo que provocó que empezase a distanciarse de su familia, que nunca aprobó del todo ese romance.
Se conocieron cuando ella tenía 17 años y él grababa un videoclip tras intentar ser rapero, y en mayo del 2000, cuando Vanessa cumplió los 18, anunciaron su compromiso, casándose en 2001 sin la presencia de Joe y Pam Bryant, sus padres, que no entendían que contrajese matrimonio con una chica latina y no afroamericana.
De esta manera, Vanessa empezó a tener peso en las decisiones laborales, económicas y personales del deportista, con los padres de Bryant cada vez con menos poder. A partir de ahí, comenzaron una serie de desencuentros que evidenciaban que la relación no era todo lo idílica que podía ser.
En 2013 los padres sacaron a subasta varios objetos personales de su hijo, entre ellos, el anillo del 2000 que ahora quieren vender. Kobe Bryant mostró su disconformidad con la decisión de sus progenitores en redes sociales, donde expuso que “cuando das, das y das, y ellos cogen, cogen y cogen… ¿en qué punto marcas una línea sobre la arena?”.
De esta manera, el exjugador demandó a la casa de subastas, que a su vez le denunció porque alegaban que su madre era la dueña de esos objetos, además de que ya le habían entregado 450.000 dólares para una casa que el matrimonio iba a comprarse en Las Vegas. Al final hubo acuerdo, vendiendo solo seis objetos con los que llegaron al millón de dólares.
Ahí fue cuando realmente se rompió su relación, lo que provocó que los Bryant no acudiesen a la retirada de su hijo de las canchas. “Nuestra relación es una mierda”, afirmaba en una entrevista Kobe sobre sus padres. No obstante, también tuvo palabras para sus hermanas: “estoy orgulloso de ellas, han conseguido sus trabajos, sus vidas, han sido capaces de cuidar de ellas mismas. Ahora tienen un sentido más propio de sí mismas, de quiénes son como personas, en vez de estar resentidas porque dependían de mí”.
El anillo de la discordia, tal y como la casa de subastas describe, pesa 60 gramos y está formado por oro de 14 quilates, además de 40 diamantes con las palabras ‘Bryant’, ‘Lakers’ o los números 8 y 2000, todo ello junto a un certificado de autenticidad aportado por Pam Bryant. La subasta se cerrará el 30 de marzo, conociendo así el precio por el que finalmente se venderá esa joya.