Generalmente asociamos el poseer un avión privado al capricho de un millonario. Una extravagancia inaccesible a la mayoría de los mortales. Según un informe de The Jet Traveler, los propietarios de un jet privado en su mayoría son hombres mayores de 60 años, se dedican al mundo de las finanzas y tienen un patrimonio superior a los 500 millones de dólares. Pero lo cierto es que un avión puede ser también una inversión muy útil, para quien pueda permitírselo, claro.
Hay que subrayar que un jet privado permite reducir tiempos, colas, esperas y plazos a la hora de abordar cualquier viaje, sea de negocios o de placer. Si estás pensando que adquirir uno de estos aparatos puede ser una buena oportunidad debes tener en cuenta que el precio del avión es solo una parte del coste total, que puede variar mucho dependiendo del modelo y el uso medio que se haga de él, según informa El Mundo.
La compañía Compare Private Planes elabora presupuestos aproximados teniendo en cuenta equipo de gestión, mantenimiento, almacenamiento, seguro, tripulación, combustible y actualizaciones. Y, ojo, el 85% de las ventas son de aviones usados. Son más rápidos de comprar y entregar, y muy a menudo están en excelente estado.
Por ejemplo, el Dessault Falcon 2000EX, con capacidad para 10 viajeros, puede costar 7,5 millones de euros de segunda mano o seminuevo. Pero a eso hay que añadirle 5.000 euros mensuales por el equipo de gestión para todo tipo de trámites, 44.000 euros anuales por el mantenimiento calculando unas 350 horas de vuelo al año, 50.000 euros anuales por almacenamiento y 40.000 euros anuales en el seguro.
No acaban aquí los gastos, porque a esto habría que añadirle la tripulación (350.000 euros al año), combustible (407.000 euros al año) y las actualizaciones, que se llevan entre 100.000 y 500.000 euros.
En el mercado existen compañías como Global Air, James Edition, Jet Linx, Wheels Up o NetJets que se ofrecen para la venta, el alquiler y la gestión, en algunos casos combinando servicios. De modo que la compra incluye la afiliación a un club que proporciona al cliente todo lo necesario para que le gestionen todos los detalles que conlleva el sector.
Hay otras empresas que explotan el asesoramiento personalizado puesto que adquirir un jet privado es una operación delicada con demasiado dinero en juego. Compare My Jet siempre aconseja pensárselo "dos veces" antes de embarcarse en una empresa como esta. Al fin y al cabo, la compra de una aeronave es como "dirigir un negocio independiente" que demanda todo un equipo de expertos, "desde el piloto y la tripulación de cabina hasta la ayuda técnica, jurídica y financiera".
Este tipo de empresas ayudan a seleccionar el tipo de avión que mejor se adapta a las necesidades del cliente, dependiendo de multitud de variables, como dónde va a volar o cuántas personas despegarán cada vez. Por ejemplo, no tiene mucho sentido comprarse un llamativo Boeing heavy jet si solo viajan 5 o seis personas y a nivel local.
Son tantos los aspectos a valorar que embarcarse en la compra de un jet privado puede ser abrumador. Sin embargo, desde Compare My Jet consideran que el momento es propicio para aventurarse: "desde la Recesión de 2008, con la bajada de precios en 2009, no ha habido mejor momento para comprar un avión privado. La pandemia ha hecho que sean más atractivos y fáciles de conseguir que nunca". En el lado negativo, dos aspectos relacionados con el combustible: el aumento de su precio y sus efectos en el medio ambiente. Quizás el futuro también esté en los aviones eléctricos.