Operación lavadora: ¿cómo y cada cuánto tiempo hay que limpiarla por dentro?
La lavadora es un electrodoméstico que se mantiene húmedo durante largos periodos de tiempo, lo que aumenta el riesgo de que se acumulen gérmenes, moho y bacterias que pueden generar un foco de mal olor e infección que afecte a nuestra ropa.
Para poder alargar su vida útil, evitar malos olores y reducir el riesgo de sufrir algún problema o avería, es imprescindible que limpiemos el interior de la lavadora periódicamente
Para poder acometer la limpieza de la lavadora de la manera más eficiente posible, desde la OCU han compartido una serie de consejos
La lavadora es uno de los electrodomésticos que más usamos en el día a día, aunque no siempre la utilizamos y cuidamos de manera correcta. Hace unos meses, os hablábamos de la importancia de conocer los programas de lavado de este electrodoméstico para poder mantener la calidad de nuestras prendas. A pesar de que la mayoría de personas se limitan a usar uno o dos programas, la lavadora dispone de una amplia variedad de opciones diseñadas para distintos tipos de prendas y tejidos que debemos conocer si queremos evitar que nuestra ropa se destiña, encoja o se arruga en exceso.
Este no es, sin embargo, el único aspecto en el que debemos fijarnos para poder darle un buen uso a nuestra lavadora. Y es que para poder alargar su vida útil, evitar malos olores y reducir el riesgo de sufrir algún problema o avería, es imprescindible que la limpiemos periódicamente.
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¿Cada cuánto hay que limpiar la lavadora?
La lavadora es, por naturaleza, un electrodoméstico que se mantiene húmedo durante largos periodos de tiempo, lo que aumenta el riesgo de que se acumulen gérmenes, moho y bacterias que pueden generar un foco de mal olor e infección que afecte a nuestra ropa.
Aunque muchas veces nos limitamos a limpiar la lavadora por fuera, si queremos evitar todos estos problemas es imprescindible que lavemos también su interior. En concreto, desde la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) recomiendan que lavemos la lavadora por dentro cuatro veces al año, como mínimo, o lo que es lo mismo: una vez cada tres meses.
¿Cómo lavar la lavadora?
Limpiar la lavadora por fuera es bastante sencillo: tan solo necesitamos un paño húmedo y un poco de paciencia. La cosa se complica, sin embargo, cuando hablamos del interior, ya que debemos prestar atención a distintos elementos. Por suerte, desde la OCU han compartido unos consejos para que podamos acometer esta limpieza de la manera más eficiente posible.
Uno de los elementos que más se desgastan con el uso y que debemos asegurarnos de limpiar correctamente es la goma, que sirve para impedir que el agua se filtre durante los lavados y que puede perder eficacia si se ensucia o se llena de moho.
Para limpiar la goma y evitar estas incómodas situaciones, lo primero que debemos hacer es abrir la puerta de la lavadora y tirar de la goma para que los pliegues queden hacia fuera. Eso sí: no la saques del sitio. Tras esto, procederemos a limpiarla con un paño humedecido en agua con vinagre o, si dispones de él, con un producto efectivo para limpiar máquinas. Cuando hayamos terminado de limpiar, tendremos que retirar los restos y secar la goma con un paño limpio.
Para evitar que se acumule suciedad en la goma, además, es recomendable que la dejemos secar después de cada lavado y que dejemos la puerta de la lavadora abierta cuando termine el programa para que pueda secarse por dentro.
Otro aspecto fundamental de las lavadoras son los cajetines en los que colocamos el detergente y el suavizante. En este caso, desde la OCU recomiendan que los retiremos de la lavadora y que los limpiemos bajo el grifo hasta retirar los restos que hayan podido quedar del detergente o el suavizante. Tras esto, lo dejaremos escurrir y lo volveremos a colocar en el electrodoméstico.
Sin embargo, si hablamos de una pieza fundamental de este electrodoméstico debemos hablar del filtro, que es donde termina todo aquello que introduzcamos en la lavadora. Es decir: las pelusas, el polvo, los papelillos, etcétera.
Para evitar que el filtro se sature y empiece a dar problemas, es imprescindible que lo limpiemos correctamente y con cierta regularidad. En este caso, lo primero que debemos hacer será desenchufar la lavadora y colocar en el suelo un recipiente para recoger el agua acumulada.
Tras esto, extraeremos el filtro, que normalmente se encuentra situado en la parte inferior de la lavadora o en el zócalo. Una vez lo tengamos en las manos, tendremos que limpiarlo con agua fría y ayudándonos con un estropajo y un cepillo de dientes para atacar las zonas más difíciles. Cuando hayamos terminado, lo secaremos y volveremos a colocar en su sitio.
Finalmente, para concluir con el mantenimiento de nuestra lavadora tendremos que limpiar el tambor. En este caso, el proceso es bastante sencillo, ya que solo tendremos que programar un ciclo de lavado con el electrodoméstico vacío. Eso sí: debemos asegurarnos de que el programa que hemos elegido pueda llenarlo de bastante agua y evitar utilizar detergente. En su lugar, a cambio, se recomienda usar productos desincrustantes, como pueden ser el vinagre o el ácido cítrico.