Eso de abrir el grifo y dejar correr el agua mientras uno se lava los dientes tiene que pasar a la historia, la costumbre es un derroche sin sentido tanto económico como medioambiental. Además, el precio del agua puede convertirse en un lujo en ciertos lugares dependiendo de dónde venga y del proceso necesario para obtenerla. En Uppers hemos revisado cuáles son las ciudades de España con la factura del agua más cara.
Los datos proceden de un estudio de Facua que analiza las tarifas hasta diciembre de 2022 del suministro domiciliario en 57 ciudades españolas. Se han registrado las cifras de la totalidad de las capitales de provincia y de comunidades autónomas, para incluir a Santiago de Compostela y a Mérida, de las ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla y, por último, se han añadido Gijón, Jerez de la Frontera y Vigo porque su población es superior a las de sus respectivas capitales de provincia.
El trabajo parte de varios modelos de vivienda tomando como referencia una casa con tres habitantes y un consumo mensual de 9 o 13 metros cúbicos, con un contador cuyo calibre es de 13 milímetros o de 15 milímetros. En la recopilación de datos no se han considerado los pagos por el alquiler o el mantenimiento de los contadores ni el IVA.
La principal conclusión del estudio es que el precio de la tarifa del agua en una urbe es un 434,8% superior a otra. La ciudad de la Península con las tarifas más elevadas es Murcia en todos los registros, tanto en el caso de los 9 metros cúbicos mensuales de consumo como de los 13 metros cúbicos, independientemente del calibre del contador (13 y 15 milímetros).
Entrado más en detalle, en el caso de contadores de 13 milímetros para un consumo de 9 metros cúbicos, es la ciudad autónoma de Ceuta la primera en cuanto al precio más caro con 28,78 euros, la segunda es Murcia (26,27 euros), seguida de Cádiz (22,07 euros), Huelva (21,35 euros) y Valencia (21,34 euros). Con ese mismo contador de 13 milímetros para un consumo de 13 metros cúbicos la lista de ciudades con mayor precio del agua empieza en Murcia (34,40 euros), continua en Ceuta (34,07 euros), en Huelva (31,79 euros) y en Cádiz (31,08 euros).
Si se analiza la situación con los contadores de 15 milímetros, Ceuta (33,38 euros), Murcia (26,27 euros), Valencia (23,24 euros) y Cádiz (22,05 euros) vuelven a ser las cuatro ciudades más caras para los 9 metros cúbicos de consumo. Las mismas urbes despuntan con este contador por sus mayores tarifas cuando el consumo es de 13 metros cúbicos, solo que Huelva se coloca en la posición de Valencia en ese tercer lugar. Por ejemplo, en Ceuta el precio es de 38,66 euros, en Murcia es de 34,40 euros, en Huelva es de 31,98 euros y en Cádiz es de 31,08 euros.
De todo ello se desprende que las diferencias entre unas ciudades y otras son abismales. En un hogar con un contador instalado de 13 milímetros y un consumo de 9 metros cúbicos los precios empiezan en los 6,24 euros en los domicilios de Léon y se elevan hasta los 28,79 euros en los de Ceuta. Precisamente, la ciudad de León, donde la gestión es mixta, es la más económica en todas las instalaciones domésticas. La tarifa con un contador de 15 milímetros sigue siendo de 6,24 euros para los 9 metros cúbicos mensuales, que asciende a 8,77 euros cuando el consumo sube a los 13 metros cúbicos sin tener en cuenta el calibre.
A León le siguen Palencia con 7,14 euros, Soria con 7,73 euros, Oviedo con 7,93 euros y Ourense con 8,23 euros mensuales en los consumos de 9 metros cúbicos y tampoco se diferencia entre el calibre del contador. El precio asciende un poco cuando el consumo es de 13 metros cúbicos. Tras León vuelve a estar Palencia con 9,05 euros y Soria con 11,16 euros y el calibre del contador no se considera.
Otro aspecto que destaca el estudio es la modificación de las tarifas en 2022 en 22 de las 57 ciudades analizadas. León las ha subido en un 29,2% para los 9 metros cúbicos y en un 20,3% para 13 metros cúbicos mensuales, sin embargo, sigue siendo la ciudad con tarifas mucho más económicas que el resto. Desde esa organización reclaman que los ayuntamientos cambien la tarificación. Su apuesta se basa en un sistema progresivo donde se penalice el consumo excesivo y se premie el ahorro en función del número de personas que comparten la vivienda.