'El juramento de los curris', a debate: ¿había propaganda capitalista en 'Fraggle Rock'?
En una escena de la serie infantil de 'Los Fragel', tres curris tienen que renovar su cargo como trabajadores incansables para recibir su casco amarillo
Desde distintos programas y en redes sociales se asegura que la canción de la escena y la sociedad de clases inmovilista de 'Fraggle Rock' esconde propaganda capitalista
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El primer capítulo de la serie de animación infantil Fraggle Rock se emitió en Estados Unidos el 10 de enero de 1983 y se mantuvo en antena hasta 1987 con 96 episodios. En España la conocemos como Los Fragel desde que en 1985 empezó a compartir pantalla de televisión con D’ Artacán y los tres mosqueperros, Campeones: Oliver y Benji, David el Gnomo o La vuelta al mundo de Willy Fog. En principio, se trataba de muñecos inocentes que pasaban el rato divirtiéndose en un mundo muy particular. Sin embargo, se está criticando la supuesta propaganda capitalista en Fraggle Rock en algunos programas y en redes sociales.
El responsable de Fraggle Rock fue Jim Henson, director, escritor y productor televisivo estadounidense. Primero creó los famosos Muppets que en nuestro país los recordamos como Los Teleñecos. Sus aventuras formaban parte del mítico programa infantil Barrio Sésamo con el que crecieron varias generaciones en España.
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En 1982 Jim Henson codirigió la película El Cristal Oscuro, donde dos duendes buscan el fragmento perdido de un cristal poderoso que puede salvar su mundo de la maldad. El director se inventó Fraggle Rock uniendo el mundo de los teleñecos y la sociedad de clases donde vivían estos duendes que además estaban sometidos a discriminaciones absurdas.
Jim Henson diseñó a Los Fragel para un público infantil con unos protagonistas que son marionetas. Sin embargo, sus personajes no muestran la típica personalidad básica o simple de los dibujos animados, todos tienen un trasfondo muy bien llevado desde el humor, son más sofisticados y divertidos e incluso persiguen un objetivo formador.
La sociedad de clases de 'Fraggle Rock'
Estas marionetas peludas permanecen en el interior de la tierra, son “pequeñas criaturas humanoides” que miden unos 30 centímetros de alto, divertidas, coloridas y con valores significativos como la amistad o la sinceridad. Los fraggle viven despreocupadamente, sin trabajar o trabajando lo mínimo posible porque ocupan su tiempo en jugar, explorar y disfrutar. Aparentemente se trata de una sociedad feliz perfectamente organizada, no obstante, hay división de clases, grupos establecidos e injusticias.
En su particular mundo subterráneo vive otra especie parecida de color verde y de mucho menor tamaño. Son los curris o “antifraggles”. Dedican su vida al trabajo, a la industria y a la construcción de alimento de pasta de rábanos para que puedan comer los fraggle.
Los curris trabajan sin descanso mientras los privilegiados se comen sus construcciones sin ningún miramiento. Pero en Fraggle Rock el mundo es de colores, entretenido y muy divertido, las marionetas derrochan felicidad y cantan. Ese trasfondo no gusta a algunos críticos que aseguran que en realidad la serie es pura propaganda capitalista ya que inocentemente se narra un mundo donde una clase social domina la otra sin ninguna posibilidad de cambiar la situación.
Propaganda capitalista en 'Fraggle Rock'
Según reza la RAE, el capitalismo es un “sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado”. En una segunda acepción consta que es el “conjunto de capitales y capitalistas, así como su influencia y poder en la sociedad”.
Los críticos destacan que el mundo imaginario de Fraggle Rock “es una alegoría del mundo real y de la sociedad humana, donde siempre han existido clases dominantes y clases sometidas, estando estas últimas resignadas a su papel de clase inferior”.
En uno de los capítulos de la serie, tiene lugar el “juramento de trabajo” en el mundo de los curris. Se trata de una ceremonia en la que estos pequeñitos personajes obtienen su casco amarillo de trabajo tras comprometerse con las reglas de su cometido: construir pequeñas estructuras con pasta de rábano para que se las coman los fraggle, que además ignoran por completo su vida y su presencia.
En la escena el maestro entona una canción delante de tres curris que van a renovar su juramento frente a los testigos y todo su pueblo. El jefe canta: “Cuando vais a trabajar, vais a disfrutar, con esfuerzo y con tesón y sin descansar, seguiréis la tradición en la construcción, cantaréis y construiréis con nuestra canción”. Y los tres curris contestan: “Sí señor, sí señor”. El maestro les pregunta cantando: “¿Pierde el tiempo en trabajar, falla en sumisión, es un curri un holgazán, es un dormilón, pierde el tiempo sin razón o se hace el remolón?”.
Después los tres curris contestan: “No señor, no señor, nunca, nunca, no señor”. Y el jefe continúa: “¿Construiréis de sol a sol, somos todos compañeros, es del curri el porvenir?”. Pero al terminar la ceremonia, una curri del grupo que iba a renovar su cargo dice que no quiere el casco… Se supone que es una jovencita llamada Cotterpin que en la serie y en uno de los libros sobre ella narra que dejó trabajar y de estudiar.
Según afirman los críticos, se retratan las pretensiones de los capitalistas: un “infierno” donde la finalidad es “trabajar sin descanso, hacerlo felices y cantando”.