En casa intentamos hacer la compra de frescos una vez en semana de modo que el resto de las horas libres que deja la jornada laboral podamos dedicarlas a otros menesteres. En la frutería solicitamos que nos elijan las piezas para ir degustándolas en su punto a lo largo de varios días, sin embargo, muchas veces es imposible. En Uppers hemos preguntado a nuestra frutera de confianza cuál es el truco para que la fruta madure antes cuando nos apetece comerla ya pero no hay manera de hincarle el diente.
Antes de que nos desvele el truco para acelerar la maduración de las frutas en casa, nos informa de que existen dos tipos: las frutas climatéricas y las no climatéricas. Las primeras son aquellas que pueden seguir madurando, aunque se hayan arrancado de la mata. Es el caso de manzanas, plátanos, peras, melocotones, aguacates, albaricoques, ciruelas, kiwis, sandías, melones, mangos, chirimoyas…
Las segundas, en cambio, si se recogen verdes lo más probable es que se pudran sin haber llegado a madurar porque necesitan permanecer en la propia planta hasta alcanzar su nivel óptimo. Estas frutas no climatéricas son los cítricos, las cerezas, las fresas, la piña o las uvas. No obstante, independientemente de su grupo, todas las frutas necesitan permanecer en la planta o en el árbol un tiempo mínimo para que en su interior se desplieguen sus azúcares.
Teniendo en cuenta estos tipos de fruta, la no climatérica como las fresas o las uvas, lo ideal es consumirlas en el día de la compra o meterlas en el refrigerador para que aguanten una o dos jornadas más. Por su parte, los cítricos o la piña, gracias al grosor de su piel, aguantan bastante incluso fuera de la nevera.
En cuanto a las frutas climatéricas, por ejemplo, un melocotón, si se prueba cuando está verde resulta muy duro e insípido porque todavía no ha desarrollado su aroma, dulzura o jugosidad características. Con respecto a los plátanos, va en gustos o en necesidades. En su estado duro proporciona más fibra y almidón y es muy saciante. A medida que va madurando genera grandes cantidades de azúcares naturales y dulzura, pero también aporta un mayor número de calorías.
Según los expertos, si no hay prisa por consumir estas frutas, lo ideal es dejarlas en el frutero hasta que maduren por sí solas. Al contrario, si queremos acelerar algunas piezas para ir teniéndolas a punto a lo largo de la semana, el truco consiste en meterlas en bolsas de papel. El propio gas de etileno que desprende la fruta y se concentra dentro del envase acelera su maduración. Es más, el proceso se acelera aún más si se introducen junto a determinados tipos que expulsan grandes cantidades de este gas como es el caso de las manzanas.
Una puntualización importante es que estas bolsas deben ser siempre de papel y nunca de plástico. Cuando se envuelve en plástico, por ejemplo, un melocotón, se pone blando y parece que está listo para comerlo. Sin embargo, desarrolla pocos jugos, adquiere aromas extraños e incluso en boca resulta hasta desagradable. La razón está en que el plástico atrapa todo el gas y en cambio el papel deja transpirar la fruta. Otra opción es envolver las piezas en papel de periódico individualmente.
De esta forma, un kilo de aguacates que llegue a casa muy duro se puede ir madurando poco a poco para el consumo de una unidad diaria haciendo tres grupos: una parte se mete en el cajón de la fruta de la nevera, otra parte se deja a temperatura ambiente (menos de 30º) en el frutero y la tercera parte se introduce dentro de una bolsa de papel.