El menú de Navidad, sin aglomeraciones: de la compra adelantada al establecimiento de proximidad
Las plataformas de distribución alimentaria están preparadas y las recomendaciones anti-Covid, vigentes. ¿Cómo conciliar la cesta de la compra navideña y los protocolos de seguridad? No existen fórmulas mágicas, pero sí hay algo claro: debemos repensar el modelo de consumo.
Ya está aquí. En 2020, el que pasará a la Historia como el año de la pandemia, la Navidad ha llegado antes que nunca, quizás para animar al consumidor, perplejo y asustado por una crisis sanitaria sin precedentes. Las marcas se apresuran a poner en nuestra agenda las compras navideñas y tienen razones para hacerlo. Para el sector juguetero supone el 70% de las ventas del año y para la alimentación la temporada entre octubre y enero es vital. ¿Cómo será la campaña de 2020? ¿Seguiremos aglomerándonos en los 'días grandes' de compra, normalmente las vísperas de las celebraciones, o nos organizaremos de manera diferente?
Según el estudio 'The Road to Recovery: 2020 Shopping Peas Re-Imagined', realizado en 12 países por la agencia de publicidad norteamericana Rakuten Advertising, el 73% de los consumidores afirman que comprarán fundamentalmente online durante las próximas fiestas. El estudio concluye con una buena noticia: a pesar del impacto económico que está dejando la crisis del coronavirus, el 70% de los consumidores no planean gastar menos durante la temporada de navideña y están planificando ya sus compras. La razón, según explica el informe, es que queremos adelantar la Navidad para acelerar el cierre de este 'annus horribilis'.
MÁS
España: el sector de la alimentación está preparado
Durante toda la crisis, y especialmente durante el confinamiento, los supermercados y las grandes cadenas de distribución vieron cómo los españoles nos volcábamos y nos volcamos con la cesta de la compra. No solo estamos comprando los productos de alimentación habituales, sino otros (bebidas alcohólicas, snacks, delikatessen, por ejemplo) que normalmente se consumen en bares y restaurantes. Ante la gran demanda, la mayoría de las cadenas, incluso, han subido los precios de sus productos.
La pandemia, en definitiva, parece estar beneficiando al sector alimentario y la campaña de Navidad debería arrojar un balance positivo, pero el pronóstico no está claro. "Esta Navidad va a ser diferente en casi todos los ámbitos de la vida social", aseguran desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS). "En lo que se refiere al gran consumo, es difícil hacer un pronóstico, ya que dependerá mucho de la situación sanitaria y de las limitaciones que se podrían imponer a las reuniones familiares o si se producen confinamientos", afirman.
Refuerzo de seguridad
La pandemia hace que que tengamos que planificar nuestras compras cuidadosamente para evitar aglomeraciones y cumplir todos los protocolos de seguridad. Desde ASEDAS, creen que este objetivo va a cumplirse plenamente. "Las medidas de control de distanciamiento social y de higiene en los supermercados están muy implantadas al haber sido un sector que no ha parado incluso en los momentos más complicados de la pandemia”. Las medidas de seguridad son visibles en todos los establecimientos e incluyen desde el gel hidroalcohólico a disposición de los clientes hasta la desinfección de carros, cestas y productos.
Pero las medidas no se quedan ahí: "hay personal que se ha especializado en observar el cumplimiento de la seguridad y se encarga de activar las medidas necesarias en cada momento. Cada cadena ha establecido su propio sistema de control como, por ejemplo, avisos por megafonía si se detecta una gran afluencia de público en puntos determinados de la tienda y sistemas automáticos de control de aforo en el interior de las tiendas", señala la Asociación.
Suministro garantizado
Según ASEDAS, el sector agroalimentario reaccionó con rapidez en la primera ola de la pandemia y ahora puede afrontar la campaña navideña con serenidad: "durante los meses de marzo y abril, la distribución con base alimentaria se vio sometida a cambios muy rápidos en el consumo. Gracias a su capacidad logística, se consiguió que no faltara ningún producto de primera necesidad. Ahora, las plataformas logísticas están funcionando con normalidad para que los consumidores encuentren todo lo que necesitan para celebrar las fiestas".
Si bien habrá género suficiente para celebrar la Navidad sin problemas de suministro, como en todo lo relativo al consumo, será el factor emocional, nuestros sentimientos respecto a la evolución de la pandemia, el que incline la balanza hacia una compra más clásica (presencial y en los días previos a los grandes eventos), frente a otras modalidades. Si eres de los que prefieres no contribuir a las aglomeraciones, aquí van algunas recomendaciones.
1. Compra por adelantado
Hay productos no perecederos que puedes comprar desde ahora mismo. Es el caso de los dulces navideños y de las bebidas, tanto alcohólicas como refrescos. También es momento de hacerse con los productos envasados al vacío, como es el caso de algunos embutidos, jamones, paletas y lomos. Patés y salazones son los otros grandes protagonistas de los aperitivos navideños. Comprarlos ya es un buen momento. Adelantar la despensa navideña tiene la ventaja de que puedes hacerte con buen género a mejor precio y, además, repartir el gasto navideño.
2. Fíate del producto congelado
En la industria de los alimentos congelados hay calidades y existen productos realmente exquisitos, sobre todo en pescado y mariscos. En este caso, sí es conveniente que llenes tu congelador ya porque los fans de los congelados suelen adelantar sus compras hasta dos meses antes de las fiestas. En consecuencia, las marcas de más confianza se quedan sin stock en días.
3. Congela tú mismo
Uppers lo cuenta: con la compra adecuada de productos frescos que pueden congelarse y consumirse en perfectas (y sabrosas) condiciones podemos ahorrarnos hasta un 40% en la cesta de la compra navideña. En este caso, es fundamental conocer los tiempos de congelación de cada alimento y adelantarse para asegurarnos el producto que deseamos.
4. Compra online: fíjate en las condiciones de cada establecimiento
Durante el confinamiento, algunos establecimientos no ofrecieron servicio a domicilio por la altísima demanda; otros establecieron horarios por franjas de edad; algunos habilitaron números de teléfono especiales ante el colapso del servicio online… En este tipo de compra fíjate muy bien en las condiciones de cada cadena y ten en cuenta que tendrás que hacer la gestión con días de antelación para que admitan tu pedido.
5. Compra presencial: evita los horarios masivos
Si finalmente optas por la compra presencial y, además, muy pegada a las fechas importantes, evita las horas de mayor afluencia de público. La primera hora de la mañana, entre las 9 y 11.00h, y las primeras de la tarde, a partir de las 16.00h y hasta la salida de los colegios, son las horas 'valle'. Además, siempre que sea posible, no hagas la compra el fin de semana, el momento de mayor densidad de público.
6. Estrénate en establecimientos de proximidad
Puede que esta Navidad sea el momento de consumir en establecimientos de proximidad, aquellos que ofrecen productos que se cultivan o crían en un radio de kilómetros cercano. Son aún centros minoritarios y, por tanto, suelen estar menos concurridos que supermercados y grandes superficies. Como precaución, ten en cuenta que estas tiendas no disponen del mismo género siempre, así que, si van a ser tu opción, conócelas antes e infórmate de sus ofertas, posibilidad de encargos o plazos de entrega.
7. Sé creativo
Quizá es la opción más complicada porque exige repensar todo el modelo. ¿Qué es lo que más te apetece disfrutar en Navidad? ¿Te ves una vez más arrasando, ya sea físicamente o a golpe de ratón, las estanterías de los supermercados? ¿Qué es para ti una celebración de lujo? Puede que haya menús sencillos que simplemente te apetecen o son tus favoritos y que no requieren grandes gastos ni preparaciones. Prueba a deshacerte de los clichés y piensa en la Navidad que quieres para ti y para los tuyos. Esta reflexión, probablemente, simplificará mucho los procesos. Y minimizará los riesgos de contagio.