¿Cómo afectará la crisis de los microchips a las ofertas del Black Friday?
Este viernes 26 de noviembre se celebra el Black Friday, una jornada cargada de descuentos que marca el inicio de la temporada de compras navideñas
El llamado "viernes negro" estará marcado por la crisis de suministros que ha dejado la pandemia del coronavirus y que amenaza con un posible desabastecimiento
Los costes del transporte marítimo y la escasez de microchips podrían complicar las compras navideñas
El próximo 26 de noviembre tendrá lugar uno de los acontecimientos más esperados del año: el Black Friday, una cita en la que los consumidores pueden beneficiarse de suculentos descuentos para adquirir sus productos favoritos a un precio mucho más económico y que, dada su cercanía, sirve para inaugurar la temporada de compras navideñas.
Esta tradición heredada de Estados Unidos, donde se celebra cada viernes después de Acción de Gracias, llegó a nuestro país en 2012 de la mano de Mediamarkt, pero su enorme éxito ha provocado que se haya expandido a todos los grandes establecimientos físicos. De hecho, y a pesar de que la fecha propia del Black Friday es el último viernes de cada mes de noviembre, hoy en día son muchas las tiendas que deciden prolongar sus ofertas antes y después de la fecha señalada para aprovechar al máximo el tirón.
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Este año, según los datos del 'Informe Black Friday 2021' elaborado por Webloyalty, el gasto medio de los españoles crecerá un 20% hasta alcanzar los 180 euros. Como ya viene a ser habitual, entre los productos más demandados se encontrarán los relacionados con la tecnología, como los móviles, las tablets, los ordenadores y los electrodomésticos, seguidos por los del sector de belleza o cosmética y por los relacionados con el mundo de la moda, donde los descuentos podrían superar el 20% e incluso alcanzar el 50% en algunos comercios.
Sin embargo, y a pesar de las perspectivas, es probable que las compras de los consumidores se vean afectadas por varias crisis que amenazan con dejar a las grandes superficies sin stock suficiente para responder a la demanda.
Los efectos del coronavirus siguen notándose en la economía
A pesar de que los momentos más duros de la pandemia de la Covid-19 ya han pasado y de que la economía mundial ha empezado a recuperarse, los efectos de la crisis sanitaria siguen siendo patentes en la cadena de suministro, donde todavía hay problemas de logística y suministro.
Estos problemas se aprecian de forma clara en el transporte marítimo, donde los costes han aumentado desde la llegada del coronavirus. Actualmente, se calcula que el precio de enviar un contenedor con mercancía en barco desde Asia, continente del que proceden la gran mayoría de productos que se venden en las tierras europeas, a Europa asciende a 10.000 euros, mientras que en 2020 esta misma operación podía realizarse por unos 2.000 euros.
Este aumento de los costes no es el único gran inconveniente al que deben enfrentarse las empresas. Y es que el crecimiento de la demanda unido a la escasez de barcos y a las limitaciones de personal en países como China ha afectado también a la puntualidad del sector, que ha pasado de ser de un 80% a un 30%. Dicho de otro modo: no hay barcos suficientes para responder a la demanda de los consumidores, y esto se traduce en un retraso en las entregas. Así, por mucho que las compañías paguen los elevados costes del transporte, nada les asegura que la mercancía vaya a llegar en los tiempos estimados, con todos los inconvenientes que esto puede acarrear, especialmente ahora que comienza el periodo navideño.
La crisis de los microchips
Además de los inconvenientes relacionados con el transporte marítimo, otro de los grandes obstáculos a los que deben enfrentarse las compañías en este 2021 es la crisis de microchips derivada del vertiginoso aumento de la demanda de los productos electrónicos y la recuperación del consumo mundial, que ha provocado una preocupante escasez de estos chips.
Los microchips son circuitos integrados de tamaño muy reducido que almacenan información. Estos pequeños chips son imprescindibles para poder desarrollar todo tipo de dispositivos electrónicos, como móviles, consolas o una amplia variedad de juguetes, y se producen generalmente a partir de silicio siguiendo un proceso muy complejo en el que deben intervenir equipos robóticos extremadamente preciosos.
Según el último “Informe trimestral de la economía española” publicado por el Banco de España, la escasez de este tipo de microchips ha provocado que un 20% de las manufactureras nacionales hayan tenido que reducir su oferta. Al igual que ocurre con el transporte marítimo, seguimos dependiendo de Asia para poder abastecernos de estos chips, ya que las principales fábricas de estos chips se concentran en Corea del Sur y Taiwán, aunque Estados Unidos, a través de la compañía Intel, también los produce.
La carencia de estos microchips ha perjudicado, especialmente, al mercado automovilístico, que ya se encontraba en una situación delicada por los meses de confinamiento, pero este no es el único que se está viendo afectado. Al igual que el sector del motor, el electrónico también está sufriendo los efectos de este “desabastecimiento”. Compañías de videojuegos como PlayStation, Nintendo o X-Box y marcas telefónicas como Apple o Samsung han experimentado problemas en la producción de sus productos, mientras que los fabricantes de electrodomésticos han tenido que reducir el ritmo, lo que ha provocado tanto un incremento de los precios como un aumento de las listas de espera.
De cara al inminente Black Friday y a las vacaciones navideñas, el sector de los juguetes puede verse especialmente damnificado, dada la gran cantidad de productos que necesitan estos microchips. Además, también tendrán que enfrentarse al aumento de los precios de materias primas como el acero, el plástico o la madera, que han subido sus costes entre un 40% y un 90%.
Por el momento, se desconoce cuándo terminará la crisis de los microchips, aunque hay expertos que auguran que este problema se extenderá hasta 2023, año en el que se empezará a volver a la normalidad. Tampoco se sabe a ciencia cierta si la crisis afectará a los precios finales de los productos ni al stock, aunque son muchas las compañías que han empezado a prepararse para poder hacer frente a la demanda el próximo viernes 26 de noviembre. ¿Significa esto que debemos ir adelantando las compras navideñas en este Black Friday? Ante el desconocimiento, tal vez lo más sensato sea comprar ahora los productos que queremos regalar, sobre todo si son muy específicos.