Cada vez es más evidente que la guerra en Ucrania va a pasar una elevada factura económica a España, a pesar de ser una de las economías europeas con menos exposición directa al conflicto. Su efecto ya se nota en los precios de la gasolina, la luz, el gas, materias primas y la cesta de la compra, alcanzando picos históricos. Según el Consenso Económico que elabora PwC cada trimestre basándose en la opinión de más de 400 expertos, directivos y empresarios españoles, la economía española ha entrado en una "fase complicada" en la que tampoco ayudan la prolongación de la pandemia y los problemas de suministro en el comercio mundial.
El Consenso de PwC recorta casi un punto su previsión de crecimiento anterior. Así, estima que España crecerá este año un 4,3%, frente al 7% vaticinado por Moncloa y en 2023 se impulsará un 3,9%, medio punto menos que el Gobierno. La previsión está en consonancia con la del panel de Funcas, que resta un punto al crecimiento del PIB español frente a lo que se estimaba para 2022 y lo deja en el 4,6%. Otros organismos como BBVA Research o CaixaBank Research lo sitúan en el 5,5%, aunque con datos recogidos cuando aún no habían pasado dos semanas del inicio de la invasión.
En cualquier caso, todavía se trata de un aumento del PIB sólido en términos históricos, aunque hay que tener en cuenta que venimos de una caída muy profunda de la actividad en 2020 y que la expectativa era que en el ejercicio actual se completara la recuperación iniciada en 2021, cuando el PIB aumentó un 5%.
La inflación es el otro foco de preocupación en los resultados de la encuesta de PwC. Si en el anterior informe los encuestados situaban la tasa de aumento de los precios en el 3,4% para junio y el 2,5% para final de año, ahora se dispara hasta el 6,6% para 2022 y del 4,7% para 2023. Según el Consenso, esas estimaciones son "congruentes" con la progresiva escalada de los precios en los últimos meses. "Las movilizaciones de los sectores más críticamente castigados por la subida de los precios demuestran que el impacto será notorio", han advertido los expertos.
Sin embargo, los panelistas no parecen excesivamente preocupados por los efectos de segunda ronda de la inflación en los salarios. Preguntados por si creen que el BCE será capaz de conseguir situar la tasa de inflación en torno al 2% a mediados de 2023, sólo el 13% de los encuestados considera que no lo logrará por la presión al alza de los salarios. El 61,9% de expertos señalan que la política de las empresas ante este tirón de la inflación será subir los precios.
En la evaluación global de la coyuntura económica española del Consenso, sube muy claramente el porcentaje de los que consideran que la situación es mala o muy mala -del 28% desde el 8% de la anterior encuesta- y baja en parecida proporción el de los que piensan que es excelente o buena -del 41% al 18%-, si bien más de la mitad la califican de regular.
Y la situación no tiene visos de mejorar en el futuro próximo, según el 46,5% de los encuestados, frente al 10% que se muestra más optimista. Las perspectivas sí son algo más positivas de cara a 2023, con un 40,5% de respuestas que confían en una mejora y pese a que todavía un 30% se muestra pesimista.
Todo este contexto tendrá también su impacto en el empleo, ya que ahora se ha rebajado en medio punto la previsión media de creación de empleo de Funcas para este año, hasta el 3,5%. Además, la tasa de paro este año bajaría (en media anual) hasta el 13,9% en 2022, son tres décimas menos de lo que se esperaba hasta ahora.
Sin embargo, el Consenso de PwC cree que el mercado laboral y el sector turístico se salvarán del impacto de la invasión rusa. Solo el 14% estima que el empleo (en teoría directamente vinculado al crecimiento económico) vaya a resultar afectado. El impacto en las exportaciones de las empresas españolas y las operaciones de compraventa de empresas será igualmente muy débil y solo el 8% de los consultados da crédito a esta posibilidad.
El déficit público también cerrará peor de lo esperado. Los panelistas de Funcas que incorporan ya la guerra a sus previsiones lo sitúan ya en el 5,7%, frente al 5,4% esperado. Todos vaticinan una subida de tipos de interés más rápida de lo estimado antes, lo que encarecerá el coste del servicio de la deuda pública.