El cambio de hora de octubre del 2021 se acerca. Este año se producirá el último día del mes, en la madrugada del domingo 31, cuando los relojes deberán atrasarse una hora para entrar en el horario de invierno.
Cuando las agujas del reloj marquen las tres de la madrugada, se tendrán que retrasar a las dos. La modificación horaria de otoño se aplica en todos los países de la Unión Europea (UE), a fin de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. A partir del domingo 31 de octubre amanecerá y anochecerá más pronto, hasta que el próximo marzo se realice el cambio horario de la primavera del 2022.
Ahora bien, más allá de debates sobre si se produce con el cambio un ahorro de energía, este cambio horario puede tener alguna repercusión sobre nuestra salud que conviene tener en cuenta. Ahora bien, siempre teniendo en cuenta que se tratará de alteraciones a corto plazo por lo general leves, no tan drásticas como en el cambio al horario de verano, en el que se pierde una hora de sueño y se sufre una mayor exposición solar, con implicaciones en la secreción de determinadas hormonas.
En cambio, a medio plazo sí podemos notar cambios en nuestro ánimo o nuestra salud, debido a que la reducción de horas de sol del horario de invierno incrementa los niveles melatonina en sangre, una hormona que interviene en la regulación del sueño y posee efectos hipnóticos y relajantes. También porque reduce a su vez la de serotonina, con efectos euforizantes, de bienestar y de control del hambre.
En febrero de 2018, a propuesta de Finlandia, la Eurocámara votó sobre la posibilidad de terminar con el cambio de hora. A pesar de recibir 384 votos en contra y tan solo 153 a favor, el Parlamento Europeo se comprometió a estudiar la viabilidad del cambio de hora y abrió una consulta pública, en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron, se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora.
Aunque la Comisión Europea aprobó la eliminación del cambio de horario, en marzo de este año la comisión de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo apostó por retrasar hasta el año 2021 la eliminación del cambio de hora bianual propuesto por la Comisión Europea para abril de este año, de forma que las capitales tuvieran más tiempo para decidir si el país se queda con el horario de verano o el de invierno.
En España, el Ejecutivo creó una comisión de 14 'sabios' para determinar la conveniencia o no de eliminar el cambio de hora estacional y, en caso de decisión afirmativa, decidir qué horario era más adecuado, el de verano o el de invierno.
En marzo del año pasado, esta comisión presentó un informe en el que no llegó a ninguna «resolución concluyente», habida cuenta de la "gran cantidad de repercusiones de impacto" que tiene esta medida en campos como el económico o el cultural.
España geográficamente está ubicada en el uso GMT+1 coincidiendo con la mayor parte de Europa, excepto Reino Unido, Irlanda y Portugal, que se mantienen en el UTC/GMT+0. Esta adscripción de huso es la que marca desde 1940 la hora oficial española, adelantada en 60 minutos a la hora universal.
En la latitud de España las horas de sol son las mismas, aproximadamente diez en invierno y unas 14 en verano, pero no amanece o anochece a la misma hora en el este que en el oeste, pudiendo haber más de una hora de diferencia de un extremo al otro