Cortar, peinar y desinfectar: así se preparan las peluquerías para después del coronavirus
'Uppers' ofrece el protocolo creado por la Plataforma de Peluqueros Unidos de España y habla con cuatro profesionales del sector sobre cómo afectará a la marcha de sus negocios
El gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que los usuarios podrán ir a la peluquería con cita previa desde la fase 0 de la 'desescalada', que comenzará el 4 de mayo
En la fase 1 de la 'desescalada', a partir del 11 de mayo, podremos acudir sin cita previa
Olvida la peluquería que conociste. La que tenía revistas, la que era un punto de encuentro con otros clientes o con los propios peluqueros, la que estaba abierta para todos. La vida post Covid 19 va a suponer un antes y un después para los establecimientos de peluquería y estética.
En España hay 50.000 peluquerías, según la Asociación Nacional de Empresas del Sector Profesional de Peluquería y Estética, más del doble de la media europea, casi un salón de belleza por casi 900 habitantes. ¿Cuántas de ellas podrán reincorporarse a su actividad después del confinamiento? El ministerio de Sanidad acaba de otorgar el permiso de apertura para estos establecimientos desde la fase 0 que comienza el 4 de mayo con una condición: la cita previa por teléfono. En la fase 1, a partir del 11 de mayo, podremos acudir sin cita previa. En todos los casos, se exigirán las medidas de higiene y distanciamiento social que nos esperan en la 'Nueva Normalidad'.
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Los requisitos del gobierno no han pillado por sorpresa al sector, organizado desde hace tiempo. Entidades como la Plataforma de Peluqueros Unidos de España ha creado una guía de pautas siguiendo las recomendaciones de higiene y seguridad habituales:
- Cita previa por teléfono.
- Toma de temperatura en el establecimiento.
- Higiene extrema en las superficies de contacto y entre los empleados.
- Distancia de seguridad, batas y toallas desechables
- Desinfección entre la entrada y salida de clientes.
Ir a la peluquería para renovar el color o el corte, de pronto, va a parecerse más a ir al dentista. ‘Uppers’ ha hablado con algunos profesionales sobre los aspectos que más pueden afectar a sus negocios.
Dispuestos para un escenario incierto
"Estamos pendientes de que aprueben las medidas oficiales. A falta de ellas, nos estamos organizando por nuestra cuenta. El distanciamiento de metro y medio no podemos hacerlo, pero ya estamos preparándonos para el futuro: vamos a recibir a nuestros clientes como enfermeras: con guantes, mascarillas y prendas desechables confeccionadas en el mismo material que los EPIs", explica María Baras, directora creativa de Salón Cheska, un conocido establecimiento ubicado en pleno barrio de Salamanca, en Madrid.
De manera muy parecida se expresa desde Malasaña, también en Madrid, Jaume Martí, director de Barber’s Crew, centro especializado en el cuidado de barbas: "somos conscientes de que las medidas básicas como el uso de mascarilla y guantes y el distanciamiento social vamos a tener que cumplirlas. Estas medidas son necesarias. Todos hemos hecho un esfuerzo muy grande en estos dos meses de confinamiento, tanto las personas que han tenido que ir a trabajar, como los sanitarios, como los que nos hemos tenido que quedar en casa".
Isabel Salomón, directora del Salón de peluquería y belleza Stylo, en Majadahonda (Madrid), va aún más allá. "Estos días hemos realizado una formación online con nuestra Mutua laboral y sabemos perfectamente lo que hay que hacer. Cuando entramos a trabajar, tenemos que desinfectarnos las manos, tomarnos la temperatura, usar mascarilla, pantalla y guantes, calzas para los zapatos, llevar el pelo recogido y no usar joyas. Por su parte, los clientes tendrán que desinfectarse las manos, venir con mascarilla y guantes y usar las calzas. Además, tendremos que tomarles la temperatura. Van a estar un rato largo con nosotros y tenemos que prevenir los riesgos".
Tejidos sanitarios también para las peluquerías
El uso de mascarillas, guantes, capas y material desechable suponen un cambio y requieren una inversión importante respecto al modelo anterior. "Precisamente estoy evaluando todos esos cambios con mi equipo. Muchos de estos productos, como las capas, tienen que estar hechos con material quirúrgico y son muy caros. Tendremos que recibir ayudas para poder mantener estas condiciones", señala María Baras.
Las capas de peluquería tienen que estar hechas con tejido quirúrgico y eso incrementa su coste
Isabel Salomón incide en el mismo asunto: "Los productos que nos van a exigir están agotados o van a tardar tiempo en servirse, pero tenemos que hacer lo posible para tenerlos para el momento en el que podamos abrir. También son productos caros. Después de estar un tiempo cerrados, sin ingresos, es difícil poder comprarlos". Si ofrecer las condiciones mínimas de higiene y seguridad es complejo, ¿cómo van a adaptarse a la demanda post-pandemia?
¿Más horas, menos servicios, más flexibilidad?
Cada uno de estos profesionales valora de manera distinta cómo será el futuro profesional. Pero todos tienen una idea común: adaptación. Así lo expresa María Baras: "nosotros, por ejemplo, siempre hemos recibido con cita previa, pero ahora vamos a ampliar el horario, de nueve de la mañana a nueve de la noche, para asegurar un salón más tranquilo y poder reforzar la higiene y la esterilización del material para que sea de un solo uso para cada cliente. Queremos clientes seguros y equipos seguros. Nos adaptaremos y los asumiremos como rutina".
Ampliar horarios parece una estrategia probable para garantizar mayor rotación de clientes en unas condiciones de distanciamiento social. ¿Y los servicios? ¿Seguirán siendo los mismos? "Como peluquería y estética vamos a hacer todos los servicios, aunque creemos que nos van a pedir servicios más esenciales, como teñirse las canas, cortar el pelo, tratamientos para el cabello, depilación, manicuras y pedicuras", explica Isabel Salomón, cuya peluquería también tiene clientela masculina. "Lo que no vamos a hacer es el cuidado de barbas. Es el momento donde más nos acercamos al cliente y aunque nosotros tengamos protección, el cliente podría no tenerla", advierte.
Al principio se pedirán únicamente servicios esenciales, como teñidos, cortes o depilación
La barba es precisamente la especialidad de Barber’s Crew. ¿Cómo puede afectarle las medidas de distanciamiento? "No hay mucha alternativa, un corte de pelo, un arreglo de barba o un tinte no se pueden aplicar a un metro de distancia. Habrá que ser más meticulosos en otro tipo de medidas como la limpieza del local, la desinfección del material y el uso de material desechable", señala Jaume Martí, que también incide en la necesidad de aumentar el tiempo de cada servicio por las tareas de desinfección.
Un sector ¿obligado a reinventarse?
El sector de la peluquería y estética se enfrenta a un escenario de incertidumbre. ¿Cómo será la demanda después de dos o tres meses de confinamiento? Es posible que no sintamos la misma necesidad de acudir al peluquero o que la prevención nos haga romper con algunas actividades de la vida anterior. La menor afluencia de clientes presenciales está en el aire. Por eso muchas peluquerías ya están ofreciendo en sus webs, por ejemplo, ventas de productos exclusivos u otros servicios. "Obviamente habrá que ser más creativos y estar más activos en cuanto al marketing empresarial", explica Isabel Moya, propietaria del salón Isabella en la localidad madrileña de Arganda del Rey. "Este sector es muy dinámico y hay que estar al día de todos los avances y novedades. Con motivo del Covid 19 estoy segura de que surgirán nuevos tratamientos y protocolos que ofrecer a nuestros clientes", argumenta.
La posible falta de clientes tampoco preocupa a Jaume Martí: "No creo que tengamos menos afluencia de clientes presenciales, puede que al principio, pero tendremos que aprender a convivir con este virus igual que se ha hecho siempre". Sobre el incremento de servicios a domicilio, una posibilidad que va adquiriendo más presencia a medida que avanza el confinamiento, tampoco hay unanimidad. María Baras, de Salón Cheska, está valorando implementarlo o no entre sus servicios, mientras que Martí lo considera contraproducente. "Es preferible y tiene un riesgo menor que el cliente acuda a la barbería, donde cumplimos estrictamente con los protocolos de higiene y desinfección".
Una vuelta a la actividad con garantías
Unos y otros profesionales tienen claro que la vuelta a la actividad va a realizarse con nuevas reglas del juego en las que ya no contarán solo la calidad de los tratamientos o el estilo del peinado. "El cliente será más exigente y puede equiparar la valoración de las medidas de higiene con la de los tratamientos realizados”, advierte Isabel Moya.
La implementación de estas medidas va a suponer la diferencia entre poder o no subsistir. "Creo que se van a distanciar más todavía las peluquerías y barberías low cost de las tradicionales", señala Jaume Martí. "Las medidas de prevención implican un incremento del gasto considerable y un cambio en el modelo de negocio que no todos los negocios pueden o están dispuestos a asumir. Será ya criterio del cliente si quiere arriesgarse y consumir un tipo de barbería donde no se están cumpliendo las medidas necesarias".
Además de la salud de los clientes, también está en juego la salud de los profesionales. "Estamos preparados, nos adaptaremos y daremos lo mejor de nosotros mismos. Pero agradeceríamos que hubiera pautas oficiales y facilidades para poder cumplir con todo. Los tests son muy importantes para poder trabajar con cierta tranquilidad. Tenemos que saber quiénes de nuestros equipos podrían estar infectados", explica María Baras, una profesional acostumbrada en su larga carrera a los vaivenes económicos y los caprichos de la demanda. Lo que tenga que venir "lo asumiremos con deportividad”, concluye la estilista.