Ir al cine es una de las pasiones de muchas personas. Ese olor a palomitas según entras, la ilusión y nervios que se respira en la sala antes de la proyección de la película… No hay sensación igual. Pero el coronavirus nos lo ha quitado y, aunque poco a poco las salas están volviendo a abrir, lo hacen con aforo limitado y con una cartelera de estrenos más reducida. Por eso no hay nada como montarte el cine en casa para disfrutar durante todo el verano de tus películas favoritas, incluso puede que termines viendo el vídeo de tu boda. ¿Cómo? Solo tienes que hacerte con un buen proyector y tener una pared blanca.
Lo de sofá y peli (con un buen bol de palomitas) parece que se va a convertir en un buen plan para las tardes de los próximos meses. El problema a veces viene con que la tele de casa no es muy grande y la sensación de cine es menor, por eso los proyectores son una gran opción para que parezca que pasas una tarde en la sala de tu cine favorito, aunque realmente estés en casa. Ahora bien, ¿cómo se elige? ¿De qué manera funciona?
Elegir un proyector no es fácil y hay ciertas características que hay que analizar para saber cuál te conviene más para tu casa. Una de las principales es la tecnología de proyección que se utiliza. Por lo general vamos a encontrar dos tipos en el mercado: los LCD y los DLP. Los LCD suelen ser sencillos pero crean colores vivos y naturales que son perfectos para ver cualquier tipo de película. Mientras tanto, los DLP tiene un sistema algo más complejo a través de espejos que puede resultar muy práctico para utilizarlo en lugares pequeños.
La resolución del vídeo también es importante para tener una buena visualización y un cine de calidad en casa, y esa calidad se consigue cuando se proyecta la imagen con la misma resolución que tiene el vídeo. Por eso mismo, lo mejor es hacerse con un proyector Full HD o 4K, que te permitirán ver imágenes perfectamente. Presta atención a la cantidad de luz que emite para saber si va a ser eficaz en donde lo vas a colocar, por lo general si la luz ambiental no interfiere es suficiente con 2.000 lúmenes.
La conectividad es importante para la reproducción de los vídeos. A día de hoy la gran mayoría cuenta con conexiones digitales como USB o HDMI, pero también con conexiones analógicas, lector de tarjetas e incluso con WiFi para hacerlo aún más cómodo.
Ahora viene la gran pregunta, porque no nos vamos a engañar, un proyector no es precisamente barato, pero si le sacas provecho puede ser una gran inversión a largo plazo que termine bien amortizada. Todo va a depender de las especificaciones técnicas con las que cada proyector cuente, pero habrá opciones para todos los presupuestos.
Algunos de los más sencillos pueden salir por menos de 400€, cuentan con una muy buena resolución y para casa o para tenerlo en la oficina para presentaciones de proyectos no está nada mal. Luego los hay que rondan entre los 500€ y los 1.000€, con mayor calidad pero porque también cuentan con implementaciones más avanzadas, como más tipos de conectividad, una mayor autonomía para que no te deje la película a medias o con altavoces integrados que te ofrecen una experiencia de auténtico cine en el salón de casa.
Pero los hay que superan los 1.000€ e incluso muy por encima de los 2.000€. En ellos ya no solo se valora la tecnología punta con la que cuentan, también es la gran resolución de imagen y los contrastes entre los colores que hacen que la experiencia sea igual que la de un cine profesional con una calidad de imagen impecable.
Si puedes permitirte uno de los de mayor calidad, adelante, pero los estándar no están nada mal para el interior de casa. Ten en cuenta que la habitación donde vas a crear tu cine debe ser espaciosa para que la proyección sea la adecuada y que tienes que instalarlo anclado al techo o sobre una mesa. Lo único que te falta es una pared blanca y no tener obstáculos para disfrutar de un verdadero cine en tu propia casa.