Con el aumento imparable de la inflación nos encontramos con que tenemos de menos capacidad de compra con la misma disponibilidad económica que antes. Además, corremos el riesgo de que se vean mermados nuestros ahorros con todo el esfuerzo que hemos hecho para guardar un dinero cada mes. En Uppers hemos consultado cómo proteger de la inflación a tus ahorros del banco a un experto en economía y finanzas.
En nuestro país, el índice de precios al consumo (IPC) de enero a julio de este año fue del 10,8% y hasta agosto pasado bajó un poco para quedarse en el 10,4%. Sigue siendo altísimo en comparación con el mismo periodo de 2021.
La guerra entre Rusia y Ucrania afecta al mercado mundial del petróleo y el gas natural con un incremento en más de un 40% de los combustibles al igual que al sector de la alimentación. Ucrania es proveedora de gran parte del grano, principalmente maíz y trigo, que se consume en todo el mundo y Rusia intenta bloquear su exportación. Como sucede en otros sectores, se ha reducido la oferta de materias primas, la demanda sube porque hay escasez y los precios aumentan.
A la inflación de las materias primas se añade que las divisas están más caras con la debilidad del euro frente al dólar; a primeros de septiembre ambas monedas estaban a la par. Ahora 1.000 euros son 1.000 dólares cuando hace unos años cada euro valía 1,4 dólares. Esto significa que comprar una mercancía de 1.000 dólares a un europeo antes le costaba unos 714 euros pero ahora paga mil euros.
Una vez sobre la mesa cómo está la situación, lo importante es saber proteger los ahorros del banco de la inflación, ya que actualmente el dinero vale alrededor de un 10% menos que el año pasado. De este modo, hay que prestar atención a cómo está invertido el patrimonio para que el rendimiento que genere pueda compensar la pérdida de poder adquisitivo.
Los expertos en la materia enumeran varias posibilidades para repartir los ahorros: el oro, las materias primas, los inmuebles comerciales e industriales, los fondos indexados y los bitcoins, estos últimos con muchas reservas ya que los especialistas se preguntan si esta criptomoneda sigue siendo fiable como para confiarla los ahorros.
El oro es el “refugio clásico” para protegerse de la incertidumbre porque ha permanecido mientras muchas otras monedas se han ido depreciando hasta desaparecer. Es una forma de ahorro peculiar porque hay que poseerlo físicamente y depositarlo en un lugar seguro. Además, no genera rendimiento. Depende de su revalorización frente a las divisas. Como ejemplo, en cinco años la onza troy ha subido en precio de 1.200 dólares a unos 1.706,45 a 1 de septiembre de 2022.
Invertir el ahorro en materias primas supone apostar por los cereales, los metales preciosos, el petróleo, el gas natural, la carne o las frutas. El IPC se fija en la evolución de sus precios porque permite conocer la inflación. Todas estas materias primas siempre son necesarias y aunque los productores incrementen su precio de venta los consumidores las seguirán comprando. A pesar de que se trata de activos muy volátiles por depender de la oferta y la demanda, al igual que de las tensiones geopolíticas, las compañías dedicadas a su comercialización son mucho más resistentes a la inflación que el resto de sectores.
El ahorro también se puede dedicar a la inversión en inmuebles industriales y locales comerciales donde cabe la posibilidad de repercutir el IPC y adecuar el ingreso por sus rentas a la inflación.
Los fondos indexados son “un instrumento de inversión colectiva que imita los índices más importantes del mercado”. El índice es un “catálogo de empresas cotizadas en la bolsa de valores cuyo rendimiento depende del rendimiento individual de las distintas acciones que conforman dicho catálogo”. Así, los fondos indexados “toman el capital de un conjunto de inversores y lo utilizan para adquirir títulos que sean similares a los de este índice, para reproducir su rendimiento de manera fiel”. Además, ofrecen la posibilidad de invertir en productos simples, pero diversificados, reduciendo el riesgo de cada título sobre el total de la inversión.
Los que defienden esta criptodivisa aseguran que también “es un refugio contra la inflación porque hay una cantidad limitada de ellos”. Explican que se ha “reducido progresivamente el número de Bitcoins existentes, lo que en teoría hace que cada unidad sea más valiosa”. Aunque su volatilidad en los últimos tiempos ha sido extrema. A día de hoy un bitcoin vale 20.148,20 dólares, pero, por ejemplo, el 21 de octubre de 2021 alcanzó los 66.000 dólares. Por este motivo, los expertos aconsejan que esta criptomoneda sea “tomada con mucho cuidado y análisis”.