La lavadora es uno de los electrodomésticos que más utilizamos en nuestro día a día, aunque no siempre de la manera más eficiente. Utilizar un programa inadecuado, llenar el cubo más de lo recomendado, excederse con el detergente o el suavizante o introducir prendas que no son aptas para este electrodoméstico son algunos de los problemas en los que muchos siguen cayendo a la hora de hacer la colada, por no hablar de las dudas que existen en cuanto a su mantenimiento.
Hacer un mal uso de la lavadora puede hacer que nuestra ropa no se limpie de manera correcta y que incluso pueda llegar a romperse y deteriorarse mucho antes de lo previsto. Para evitar estas situaciones y ahorrarnos unos cuantos euros en renovar el armario, es importante que aprendamos a elegir los programas más adecuados para nuestras prendas, que controlemos la temperatura a la que accionamos el electrodoméstico y que separemos nuestra ropa por colores: por un lado, las prendas blancas; por otro, las que tienen color. Pero además, también es importante que a la hora de introducir nuestra ropa le demos la vuelta, es decir, que lavemos todas nuestras prendas con las costuras hacia afuera
Según la marca de electrodomésticos Whirlpool, lavar la ropa del revés puede ayudar a aumentar la vida de nuestras prendas. A pesar de que hay muchas personas que creen que lavar la ropa del derecho facilita su lavado y la eliminación de posibles manchas, haciendo que queden mucho más limpias, la realidad es que al darles la vuelta no se empeora el rendimiento del lavado, ni muchísimo menos.
Al lavar la ropa con la costuras hacia afuera, lo que hacemos es evitar que el roce entre las prendas dañe los tejidos, algo especialmente recomendable en el caso de las prendas delicadas. Además, también se reduce el riesgo de que el color de la ropa se dañe o llegue a desteñirse y se previene la formación de bolas de pelusa en las prendas de algodón.
Un gesto tan sencillo como darle la vuelta a la ropa puede hacer que nuestras prendas resistan mejor los lavados y tengan una vida útil más duradera. Sin embargo, para mantener el buen estado de nuestras prendas es imprescindible que hagamos un buen uso de la lavadora y que la mantengamos correctamente limpia.
En este sentido, los expertos recomiendan lavar el interior de la lavadora cuatro veces al año, como mínimo, o lo que es lo mismo: una vez cada tres meses. Con este gesto, no solo evitaremos que nuestras prendas cojan malos olores o se desgasten, sino que reduciremos el riesgo de que la lavadora sufra algún problema o avería.