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A la hora de elegir gasolinera cada conductor tiene su chascarrillo. Los métodos del mejor amigo de su cuñado para ahorrar en gasolina quizás no sean los más fiables. No consiste en poner 20 euros cada vez que pare a repostar. ¿Cuáles son las gasolineras más baratas? ¿Dónde están? ¿Afecta esa gasolina low cost al funcionamiento del coche?
Los precios del combustible, al igual que sucede con la luz y el gas, están ahora mismo al alza. Una tendencia que se repite día tras día desde hace seis meses, un periodo de tiempo en el que los precios del petróleo no han parado de subir. Y, aunque cuando baja el precio del barril de petróleo no siempre se traduce en un menor importe por el combustible, cuando está algo se traduce siempre en una misma situación: la subida del precio del diésel y la gasolina.
Así lo demuestra la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha realizado un nuevo estudio con el que demuestra que elegir gasolineras de las consideradas baratas puede suponer un ahorro de aproximadamente 250 euros al año. Una cifra similar a la que estiman que tendrán que hacer frente los usuarios durante este 2021 debido al incremento del precio de los carburantes, que supondrá un sobrecoste anual de 250 euros en el caso del diésel y de 300 en el de la gasolina.
Las cadenas Bonarea, GM OIL, Gas Expres, Petroprix y E. Leclerc son las más baratas. Por el contrario, Cepsa, Repsol, BP e IDS son las más caras. La OCU destacó que son precisamente las cadenas con mayor implantación y las que tienen una mayor red a nivel nacional las que tienen un nivel de precios más elevado. Además, las diferencias entre ellas son mínimas.
Las diferencias de precios entre las cadenas más baratas y las más caras son notables. En el caso del diésel, hasta ahora el combustible de mayor consumo en nuestro país, la diferencia entre Bonarea, la cadena más barata y la cadena más cara, IDS, es de media 21,5 céntimos por litro. En el caso de la gasolina de 95, la diferencia es de 20,2 céntimos.
Estas diferencias suponen para un vehículo con un uso y consumo estándar, una diferencia de más de 250 euros para ambos combustibles, por el menor consumo del diésel y el mayor precio de la gasolina. Las cadenas más baratas son las que pertenecen a cadenas de distribución que buscan mediante precios bajos atraer clientes a sus establecimientos. También figuran entre las más baratas las cadenas de bajo coste con un modelo de autoservicio o directamente automáticas.
En este nuevo estudio de la OCU también reflejan los lugares en los que resulta más caro y más barato llenar los vehículos de diésel o gasolina. Para comenzar, debido a su menor carga fiscal, señalan a Canarias, Ceuta y Melilla como las más baratas de todas. Mientras que en el resto de España destacan también destacan por un combustible barato Almería, Lérida, Valencia, Murcia, Teruel, Huesca, Zaragoza, Soria y Navarra, que son las provincias más baratas.
En el lado opuesto de la lista, Baleares es el lugar en el que más dinero cuesta llenar el depósito. Mientras que Madrid y las provincias vascas, con Guipúzcoa en cabeza, destacan también por sus altos precios para repostar. Otros lugares que también destacan por sus altos precios, sobre todo ante la falta de gasolineras baratas, son Lugo, Orense y Asturias.
Para los consumidores resulta difícil localizar las gasolineras baratas, puesto que solo una de cada seis tiene unos niveles de precios bajos. En algunas ciudades pequeñas como Pontevedra, Huelva, Teruel, Orense y Oviedo las diferencias son mínimas. En Gran Canaria, Valencia y Madrid, el porcentaje de gasolineras con precios bajos es el menor y resulta más difícil encontrarlas. En este sentido, si se quiere ahorrar, OCU aconseja utilizar aplicaciones que permitan comparar precios y localizar las estaciones de servicio más baratas, y pone a disposición de los usuarios su propio comparador.
Por otra parte, la organización de consumidores advierte sobre la importante concentración del mercado de distribución de carburantes español, al que califica de oligopolio y del que asegura que está dominado por las tres grandes empresas con precios más altos.
La falta de competencia permite situaciones como la ocurrida en la pandemia, en la que las gasolineras no trasladaban la acusada bajada del precio del petróleo durante el confinamiento y, por el contrario, desde noviembre lo hacen a gran velocidad, lo que que va a provocar un sobrecoste anual de 250 euros en el caso del diésel y de 300 euros en de las gasolinas. Para evitar estos incrementos de precios, OCU recomienda elegir y repostar siempre en las gasolineras más baratas.