¿Pensando un plan para jubilarte antes de tiempo? Los errores más comunes
Tres de cada cuatro españoles no ahorra para complementar su pensión, y quien sí lo hace comete fallos que se podrían evitar
Retrasar el ahorro, no calcular cuánto se necesitará y optar por inversiones conservadoras, errores recurrentes
Cómo saber cuándo me puedo jubilar y de cuánto será mi pensión
Planificar tu jubilación con antelación es una de las mejores decisiones financieras que puedes tomar. Asegurarse un buen colchón es algo básico para vivir tranquilos esos años. Sin embargo, tres de cada cuatro españoles no ahorra para complementar su pensión, y una parte de los que sí lo hacen cometen fallos que se podrían evitar a la hora de planificar ese ahorro. Te contamos cuáles son los errores más frecuentes antes de la jubilación y la forma de subsanarlos.
Creer que bastará con la pensión pública
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Muchos trabajadores caen en el error de pensar que la pensión que recibirán al jubilarse será suficiente para afrontar los gastos que tengan en su etapa de retiro. Esto se debe a que España está entre los países con pensiones más altas, pero a medio y largo plazo la sostenibilidad del sistema va a menguar, por lo que fiar el bienestar en la etapa de retiro a las pensiones es un riesgo que no se debería asumir.
Es necesario buscar un complemento para la pensión pública que sirva de colchón de seguridad. Y empezar a ahorrar lo antes posible. Cuanto antes se empiece, menos esfuerzo costará. Con apartar una pequeña cantidad de forma temprana y constante, podremos acumular un ahorro digno para cubrir las necesidades futuras.
No calcular el dinero que necesitarás durante la jubilación
Otro error común al planificar la jubilación es no tener claro cuánto dinero se necesita ahorrar para tener un retiro tranquilo. Se suele creer que los gastos serán similares a los de la etapa laboral o menores. Pero no contamos con que nuestro estilo de vida y salud no serán los mismos. A más tiempo libre, más viajes y ocio, lo que supone más gasto.
También hay que tener en cuenta la esperanza de vida una vez jubilado y los gastos que ello le va a suponer. Por ejemplo, retirarse a los 65 años y permanecer con salud hasta los 85 ya suponen 20 años dependiendo de una pensión. Y padecer ciertas enfermedades no sólo empeora tu salud, sino que además te obliga a hacer diferentes gastos para mantener calidad de vida.
Pensar mucho en la jubilación anticipada
El objetivo de muchos trabajadores es el de jubilarse lo antes posible. Se trata de un pensamiento comprensible, pero que puede ser erróneo. Si te jubilas antes de tiempo tu pensión será más pequeña. Esto se debe a que la Seguridad Social utiliza un mecanismo llamado coeficientes reductores con el que penaliza a aquellos que se retiran antes. Además, si retrasas la jubilación dos meses después de lo que te corresponde disfrutarás de incentivos para tener una pensión más elevada.
Carecer de formación financiera
Los productos financieros por excelencia de los españoles siguen siendo los depósitos. Es decir, pensamos más a corto plazo a la hora de ahorrar para el retiro, cuando se trata de un objetivo a largo plazo. El resultado de este error son inversiones demasiado conservadoras, cuando a largo plazo el foco de la inversión debería ser obtener rentabilidad. De hecho, una de las ventajas de invertir para un objetivo lejano es el tiempo, que permite asumir más riesgo y reducir los efectos de la volatilidad del mercado a corto plazo.
Invertir solo lo que te sobra
Muchos trabajadores no llevan a cabo un ahorro sistemático para su jubilación. Simplemente invierten lo que les queda a final de mes, en vez de pensar en lo que aportan para la jubilación como un recibo o una factura más. Con frecuencia, es más importante ser constantes con cantidades pequeñas, que realizar solo aportaciones esporádicas, aunque más elevadas.
Ojo con los planes de pensiones
Mucha gente recurre a los planes de pensiones porque además sirven para ahorrar en la declaración de la renta. Esta deducción puede ser suculenta, pero hay que tener en cuenta que hay que hacer frente a un importante pago de impuestos cuando se rescate ese dinero acumulado. Y también hacer frente a intereses por lo que ese dinero haya rentado.
Otro error es dejar las aportaciones a los planes de pensiones para final de año pensando en esa deducción fiscal porque perjudica la rentabilidad del plan. Aportar periódicamente es beneficioso porque se entra en el mercado a mejores precios, es decir, se captura la rentabilidad global que da el mercado, evitando entrar en un único momento a peor precio.
Rescatar el plan de pensiones en el momento de la jubilación es otro error muy común. Si no se necesita ese dinero es mejor no hacerlo. Liquidar el plan en forma de renta periódica diluye el impacto fiscal en varios ejercicios y ahorra impuestos. Además, cada vez vamos a tener jubilaciones más largas en las que vamos a llegar más activos que antes, por lo que seguir gestionando e invirtiendo nuestro patrimonio durante esa etapa será fundamental.