La generación que sustentó el Estado de Bienestar cuestionada: ¿tenemos derecho a cobrar lo que nos corresponde?
El 80% de los boomers piensan que sus pensiones serán más bajas
Catorce millones de personas se jubilarán en los próximos 15 años
La media de cotización de los uppers es de 40 años
Durante 20 años, de 1957 a 1977, nacieron en España cerca de 14 millones de niños, la generación más numerosa de la historia de este país. Una masa laboral formidable, que contribuyeron con sus cotizaciones a construir los sistemas de protección social que hoy disfrutamos. Ahora se acercan a la jubilación, y hay quien cuestiona si las generaciones posteriores, mucho menos numerosas, deben asumir el gasto que supone para el sistema mantener las mismas prestaciones que existen hoy.
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Los que más han contribuido
Durante más de 40 años los boomers han sustentado el Estado de Bienestar. Como con las cotizaciones había de sobra para pagar las pensiones de entonces, los excedentes de la Seguridad Social se utilizaban para casi cualquier cosa. Con sus cotizaciones se financiaron en los 90 gran parte del sistema de Salud, que muchos veteranos todavía hoy llaman la Seguridad Social. Muchos hospitales se sufragaron con las cuotas de los trabajadores, y hoy esos hospitales los gestionan las CCAA, sin contraprestación. También se pagaron durante décadas gastos destinados a políticas de empleo, como prestaciones, formación, reducción de cuotas...
En los años 80 y 90 los impuestos fueron bajos porque el trabajo de los boomers generaba recursos que aprovechaba el Estado. El IVA, que fue introducido en el año 1986 con la entrada de España en la UE, era del 12%, apenas la mitad del actual. En cuanto al IRPF, el tipo mínimo se situaba en el 8%, muy por debajo del 20% medio actual. La presión fiscal media de España durante los ochenta fue del 26% del PIB, seis puntos por debajo del nivel actual, mientras que el gasto público se disparaba hasta el 40%, niveles similares a los de hoy. En 2018 el Tribunal de Cuentas hizo una estimación de la deuda histórica del Estado con la Seguridad Social que cuantificó en casi 200.000 millones de euros a precios actuales.
Vacas flacas
Pero han cambiado las tornas, y ahora los boomers se jubilan. Hoy hay casi 3 trabajadores por jubilado, pero en 2050 se prevé que habrá solo un trabajador por jubilado. ¿Cómo se pagarán entonces las pensiones? Algunos no esperan a 2050, y ya quieren que el aumento de gasto que provoca el envejecimiento no lo paguen solo los jóvenes. Para Ignacio Conde-Ruiz, economista de Fedea, "España tiene un déficit estructural superior al 4% del PIB y un nivel de deuda pública del 115%. El déficit son gastos de hoy, que se transfieren al futuro para que sean pagados entonces (por los que hoy son jóvenes). La mayor longevidad supone además mayor gasto en sanidad y dependencia. Aumentar los impuestos para blindar las pensiones, sin considerar que la longevidad ha aumentado, implica que no van a quedar recursos para otros programas que benefician a los jóvenes, y al crecimiento a largo plazo, como son la educación, la vivienda, el apoyo a la familia, la I+D o las medidas para frenar el cambio climático", escribe en un artículo para El País.
Economistas frente al Gobierno
Otros economistas y entidades, Fedea, BBVA Reseach, Funcas, e incluso el Banco de España, lanzan mensajes en la misma línea, cuestionado la viabilidad del sistema de pensiones y abonando el campo para recortes en las prestaciones de los próximos jubilados.
También Ciudadanos se ha posicionado claramente avivando el discurso del conflicto intergeneracional buscando votos entre los más jóvenes.
Pero el ministro Jose Luis Escrivá tiene otra visión. Su reforma plantea mantener prestaciones sin recortes, y Bruselas le ha dado el visto bueno, por ahora.
Escrivá escapa del debate sobre el coste que supone mantener el Estado de bienestar de los boomers. "Esas pensiones son el resultado de una carrera larguísima de cotizaciones. En España el periodo medio de cotización es de 40,5 años en el caso de los hombres y en las mujeres se está convergiendo hacia esas cifras muy rápidamente. A mí me parece que esto no debería ponerse en cuestión. Cuestionarlo o proponer recortes porque haya problemas en el mercado laboral de los jóvenes me parece que es una forma extraordinariamente simplista, incluso injusta, de plantear las cosas. Son instrumentos distintos. ¿Cómo conseguimos mejorar los salarios y la empleabilidad de los jóvenes? Lo hacemos con la reforma laboral, que no tiene coste fiscal, sino que simplemente trata de abordar problemas endémicos de nuestro mercado de trabajo, como es el de la precariedad laboral", ha manifestado el ministro.
La generación sandwich
El mensaje pesimista sobre el futuro de las pensiones parece que hace mella. Según una encuesta del Instituto BBVA Pensiones, el 81% de los boomers piensan que van a tardar más años en jubilarse, el 68% creen que van a cobrar pensiones más bajas, y un 70% considera que la jubilación de su generación será peor, comparada con la vida de los actuales jubilados.
Por otra parte, no es que hoy vivan precisamente "la vie en rose". La mitad no tienen ahorros para la jubilación, y solo el 16% tiene plan de pensiones. Además, sus responsabilidades no les dejan mucho margen de maniobra, porque la mayoría debe atender a los cuidados de unos padres que necesitan cada vez más cuidados, y de unos hijos que tardan en independizarse.
Y mirando hacia adelante es difícil pensar en que los hijos de los boomers puedan hacerse cargo del cuidado de éstos cuando lo precisen. Necesitarán recursos para pagarse la atención, porque el colchón familiar de los cuidados está desapareciendo. La generación que ha creado el Estado de Bienestar se enfrenta a un futuro incierto y a un presente difícil.
Un problema acotado
En 1995, se creó el Pacto de Toledo para afrontar este problema que ya se veía venir. Y se sabía que era un problema acotado en el tiempo. Las cuentas públicas estarán sometidas a tensión durante 30 años, porque a partir de 2050, el gasto en pensiones empezará a disminuir. El asunto es qué hacemos en estos 30 años. Llevamos 30 años pensándolo.