El Gobierno ha planteado a los agentes sociales una reforma de la jubilación activa, modalidad de retiro que permite compatibilizar la pensión con cualquier trabajo, que modificará la cuantía a percibir por el trabajador. De entrada, el plan ya ha soliviantado a los autónomos, que son el 80% de quienes se acogen a esta modalidad, ya que lo consideran un "recorte de derechos". Veamos en qué consiste la jubilación activa y cómo la afectaría la medida que propone el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que dirige Elma Saiz.
Este tipo de jubilación, aprobada en el Real Decreto-ley 5/2013, permite desempeñar un trabajo, ya sea como empleado o como autónomo, y pudiendo ser a tiempo completo o parcial, mientras se percibe un porcentaje de la pensión de jubilación. Este porcentaje está concretamente fijado en un 50%, salvo en el caso de los autónomos, que sí pueden beneficiarse del 100% de su pensión si tienen como mínimo una persona contratada a su cargo.
Para optar a la jubilación activa se debe haber cumplido un año de la edad oficial de jubilación pertinente. Asimismo, se deben acreditar 36 años de cotización y ser personal privado, ya que esta modalidad está prohibida en las empresas públicas. Con esta modalidad se favorecía la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y se promovía el envejecimiento activo.
Los grandes perjudicados por la reforma planteada por el Ejecutivo en el diálogo social serían los trabajadores por cuenta propia. La oferta fija un nuevo escenario de cinco años para cobrar el 100% de la pensión, es decir, habrá que esperar al menos hasta los 70, con una minoración de la cuantía los primeros dos años, que es cuando esta fórmula es más utilizada, según apunta 'ABC'. El recorte se produce en los dos primeros años de compatibilización, pues se percibiría el 30% de la pensión de jubilación tras el primer año de demora y el 40% en el segundo.
La propuesta de Saiz sí mejora los supuestos en los que el trabajador se mantenga en esta situación de combinación del trabajo y la jubilación. El porcentaje de prestación igualaría el punto de partida actual, el 50% de la cuantía a percibir, a partir del tercer año de compatibilización para escalar a un 75% en el cuarto año y hasta un 100% en el quinto año y en adelante.
A cambio, se elimina el requisito de tener contratado un empleado para cobrar el 100% y tampoco se exigirá una carrera completa de cotización. Recordemos que durante este ejercicio hay que acreditar 36 años y seis meses de cotizaciones a la Seguridad Social -38 años para los casos de jubilación con 65 años-. Asimismo, podrán acceder a los complementos que se paga por cada año que se posponga la jubilación, que puede ascender al pago de hasta 12.000 euros en efectivo o un incremento del 4% de su pensión.
Tanto sindicatos como patronal han cargado contra esta reforma que empeora mucho la jubilación activa de los autónomos. Si saliera adelante la propuesta, estos trabajadores por cuenta propia sólo percibirían en 2025 el 30% de la pensión, y tendrían que esperar a 2030 -con 71 o 72 años- para poder cobrar la pensión completa mientras mantienen el negocio. Incluso, aunque sean empleadores.
El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha expresado así su oposición a la medida: “Que ahora haya que esperar, prácticamente, a que el autónomo tenga 71 años o 72 años para cobrar el 100% de la pensión de jubilación activa, es un recorte de derechos impropio de un Gobierno que se quiere llamar progresista”.
“Ahora se puede cobrar la pensión completa al año siguiente de cumplir la edad legal de jubilación. Suprimir el plus adicional que tenían los autónomos que mantenían el criterio para llegar al 100% es una barbaridad”, añade Amor.