Vivir de la pensión: el pueblo que tiene 125 jubilados y solo 18 trabajadores

Vivir de las pensiones es una realidad en cientos de municipios de la geografía española, principalmente en el norte del país. El envejecimiento de la población y su escasa densidad provoca que en muchos pueblos la principal fuente de ingresos sean las pensiones en vez de las rentas laborales.

Según datos del Atlas de distribución de la renta publicado por el INE, los ciudadanos de 377 pueblos se mantuvieron principalmente por las pensiones en 2022. La mayoría se encuentran en León (57), Zamora (55), Salamanca (45), Ourense (39) o Cáceres (39). En gran parte de ellos las pensiones aportan más de la mitad de la renta bruta media (antes de impuestos) por persona.

Los casos más extremos son los pueblos de Arrabalde (Zamora), Valdemanco del Esteras (Ciudad Real) y Mieza (Salamanca), en los que la participación de las pensiones sobre la renta media supera el 54%. El primer caso, un municipio de 218 habitantes, tiene una renta media bruta por persona de 12.904 euros, de los cuales 7.112 proceden de las pensiones.

En Arrabalde el 59% de la población -125 habitantes- tiene 65 años o más, mientras que solo una media de 18,25 habitantes están dados de alta en la Seguridad Social como trabajadores, según datos de 2022. A esto hay que sumar una media de 13,1 parados, mientras que el resto es población inactiva.

En Valdemanco del Esteras son 85 personas de 65 o más años de un total de 164 habitantes y solo 19,2 trabajadores; y en Mieza cuentan con 166 mayores y una media de 24 trabajadores. 

En realidad la cifra de 377 municipios sostenidos por las pensiones es inferior a la de los años anteriores debido al crecimiento del empleo. La ratio de 2022 asciende al 4,6% del total y es el menor número de municipios en los últimos años, ya que fueron 433 en 2021, 503 en 2019 y 908 en 2015. Este descenso se debe sobre todo al número de trabajadores por pensionista, que mejora progresivamente, a pesar de que las pensiones se han revalorizado anualmente y han crecido porcentualmente más que los salarios.

Sin embargo, esta mejora en términos demográficos no es suficiente para que las pensiones se sostengan solo con los ingresos derivados de los salarios.  Según las cifras de distribución de ingresos y gastos de la Seguridad Social, ninguna región puede cubrir el pago de las pensiones contributivas (de jubilación, invalidez y fallecimiento) con los ingresos por cotizaciones sociales.