Juntos hasta el final: amigos de toda la vida se construyen un pueblo a la medida para disfrutar de su jubilación
Después de 30 años de amistad, cuatro matrimonios de Austin, en Texas, han creado un pequeño pueblo de jubilados a semejanza de los que ya existen en Vermont, California o Colorado
Como explica Jodi Zipp, una de las propietarias, "Estos proyectos pueden ser una experiencia asombrosa y la manera perfecta de seguir conectados, pero hay que saber muy bien con quién estamos navegando"
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¿Cómo será nuestra vida cuando nos jubilemos? Un grupo de amigos texanos se hicieron la misma pregunta y llegaron a la conclusión de que pasar juntos parte de ese tiempo sería una buena decisión. Después de 30 años de amistad, de valores y recuerdos compartidos, imposible no seguir cultivando la relación. Pero lo harían de manera mucho más organizada: un pequeño terreno a las afueras de Austin, una de las ciudades más importantes del estado, sería el mejor emplazamiento. Fue así cómo construyeron la comunidad hoy conocida como Llano Exit Strategy (algo así como 'Estrategia de Salida Llano'), consistente en cuatro pequeñas construcciones frente al río Llano.
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Cómo surgió todo
El pueblo de los jubilados, como empieza a conocérsele, surgió a iniciativa de Jodi Zipp y su marido. A diferencia de otras comunidades de cohousing, el objetivo no es mudarse de manera permanente, sino tener un lugar de recreo, agradable y cómodo, donde poder compartir con los amigos de toda la vida lo que siempre han disfrutado: largas conversaciones con buena comida, buen vino y buena música en un paraje natural privilegiado.
Tres de estas cuatro parejas residen en Austin, así que era importante que las viviendas estuvieran, como máximo, a hora y media de la ciudad para que desplazarse no fuera un inconveniente. Además de las cuestiones prácticas, el proyecto supuso un reto para la propia relación. “Hay que ser honesto con los amigos y darse cuenta de qué probablidades de éxito real hay. Este tipo de proyectos pueden ser una experiencia asombrosa y la manera perfecta de seguir conectados, pero hay que saber muy bien con quién estamos navegando", explica Zipp.
Esta texana se muestra sorprendida por la acogida del proyecto: "Nos hemos dado cuenta de cuánto interés suscita el tema de la jubilación y vimos que a la gente le gusta la idea de disponer de un espacio donde poder pasar tiempo con los amigos de verdad cuando vas envejeciendo".
Aspecto industrial
Después de varias propuestas arquitectónicas, los amigos se decidieron por una construcción de fácil mantenimiento: prácticamente un hangar de menos de 90 metros cuadrados, con un par de dormitorios y otro par de baños. Un pequeño porche rodeado de terreno para que cada propietario lo cultive a su manera completa el proyecto, que comenzó a gestarse en marzo de 2011, cuando este grupo de amigos compró un terreno de cuatro hectáreas en esa zona del río Llano.
Visto así, la jubilación de Zipp y su grupo de amigos empezó 13 años antes de hacerse realidad. "El consejo que le daría a la gente joven es que piensen bien en ese momento, que ahorren dinero, busquen diferentes opciones y tengan claro cuál es modo de vida ideal y el precio que pueden permitirse", afirma. Las casas del río Llano cuestan unos 40.000 dólares (unos 38.000 euros) y son eco-sostenibles, teniendo en cuenta las condiciones del clima texano, con paredes que reflejan el intenso calor del verano, ventanas aislantes y tejados capaces de recoger el agua de la lluvia. Lo mejor, según sus propietarios, es que tienen un mantenimiento muy cómodo para que el traslado desde el domicilio habitual sea fácil.
Un movimiento en ascenso
En los ultimos años, el movimiento de los pequeños pueblos de jubilados está tomando fuerza. Las casas en miniatura, algunas de apenas 50 metros cuadrados, empezaron a hacerse populares en las redes en estados como Vermont, California y Colorado.
La llegada a la jubilación de los boomers y la recesión de 2008 facilitaron la expansión de la tendencia. Pero, además, un nuevo marco mental está haciendo posible la llegado de estos nuevos pueblos. El 'menos es más' en la arquitectura comienza a imponerse entre los mayores. Ya no se ve como prioritario tener muchos metros, con el coste de mantenimiento y energía que ello supone. La idea es disponer del espacio justo y, si es posible, con el menor consumo posible. Con una esperanza de vida en torno a los 85 años, y, en principio, con menos ingresos, el aspecto financiero es importante. Para Zipp, su marido y el resto de los propietarios, su 'pequeño pueblo de jubilados' es también una fuente de financiación. De hecho, las casas de los Llanos están ya disponibles en Airbnb cuando los propietarios no las están disfrutando.