La reforma de las pensiones ha activado la cuenta atrás de dos medidas explosivas que van a bajar las prestaciones en los próximos años: una es la ampliación de los años cotizados que se tienen en cuenta para calcular la pensión; la segunda es el Mecanismo de Equidad Intergeneracional.
La ampliación del periodo de cálculo -de los 25 años actuales a 35, o a toda la vida laboral- es una piedra en el zapato del ministro Escrivá, que tendrá que sacarse este año a riesgo de quedarse cojo de los sindicatos en la mesa de diálogo social.
La segunda espoleta está en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, MEI, que detonará a partir de 2024 y que también rebajará nuestras pensiones. Poner en marcha ambas medidas es un compromiso expreso de España con la Comisión Europea y está dentro del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia, la hoja de ruta a seguir para que Europa riegue de millones el país. Ambas medidas rebajarán nuestras pensiones futuras.
La ampliación del periodo de cálculo de la pensión de los 25 años actuales a 35 años, supondría una rebaja de la mayoría de las pensiones de entre un 5 y un 6%, según las previsiones del propio Gobierno, aunque un estudio del Grupo Investigación en Pensiones y Protección Social de la Universidad de Valencia sitúa la rebaja entre un 8 y un 10%. El Gobierno presentó la propuesta a patronal y sindicatos, pero los sindicatos amenazaron con romper la baraja, y la medida quedó en suspenso. No obstante el compromiso con Bruselas sigue ahí, y Escrivá deberá presentar una nueva propuesta al respecto este año.
El que sí se ha presentado a bombo y platillo es el MEI, una inspiración de última hora que ha permitido al Gobierno derogar el Factor de Sostenibilidad, dar por finiquitada la reforma del 2013 y ganar tiempo.
El Mecanismo de Equidad Intergeneracional consiste en un incremento de las cotizaciones sociales de un 0,6%, (el 0,5% correrá a cargo del empresario y el 0,1% de los trabajadores). Se aplicará desde 2023 a 2032 y todo lo recaudado se destinará exclusivamente a incrementar el Fondo de Reserva (la hucha de las pensiones).
El Gobierno estima que en esos 10 años se podrán ahorrar unos 42.000 millones de euros, que se destinarán a pagar las pensiones, si el gasto crece por encima de las previsiones
En 2032 pueden pasar tres cosas. Primero, que el nivel de gasto no supere las previsiones. Entonces habrá que negociar qué se hace con los ahorros generados, desde bajar las cotizaciones, a subir las pensiones.
Segundo, que el nivel de gasto supere las previsiones. Entonces se utilizará el Fondo de Reserva para financiar el gasto en pensiones contributivas, con un límite de disposición anual del 0,2% del PIB. Recordemos que una nómina de pensiones contributivas hoy está ya por encima de los 10.000 millones de euros, y en 2032 será mucho mayor, por lo que en ese año habría en la hucha para pagar poco más de tres meses de pensiones.
El tercer mecanismo del MEI es el más peligroso, ya que si el rescate de la hucha no fuera suficiente para cubrir la desviación del gasto, o se bajan las pensiones o se suben las cotizaciones, o se buscan nuevos ingresos al sistema o todo a la vez. No se especifica lo que se va a hacer, pero no se descarta nada y se dejan las medidas a adoptar a una negociación en el marco del Pacto de Toledo.
Las previsiones, ese es el quid de la cuestión. ¿Cuáles son las previsiones de gasto que se tendrán en cuenta para tomar las decisiones oportunas? Las que determine el Ageing Report. El Ageing Report de la Comisión Europea es un informe, elaborado con datos proporcionados por los Estados miembro, que presenta proyecciones de gasto en pensiones y otros gastos asociados al envejecimiento de la población. Estos informes se revisan cada tres años y se va viendo cómo funcionan las medidas adoptadas para corregir desequilibrios.
Si existen incrementos notables del gasto previsto, la Comisión pide que los Gobiernos establezcan nuevas medidas. El último Ageing Report es de 2021, y en él España presentaba unas cuentas que incluían el Factor de Sostenibilidad (vincular las pensiones a la esperanza de vida) y el Índice de Revalorización de Pensiones (subida del 0,25% de por vida), medidas ambas que reducían notablemente el incremento de gasto previsto. Ahora ambas medidas se han derogado, al cambiar el Factor de Sostenibilidad por el MEI, y el IRP por la subida conforme al IPC.
La subida de seis décimas de las cotizaciones sociales del MEI generará previsiblemente unos ingresos anuales en torno al 0,2% del PIB, sin embargo, el Ministerio de Economía estima que la supresión del factor de sostenibilidad y la vuelta a la indexación al IPC subirán el gasto en pensiones 3,5 puntos de PIB en 2050. La AIReF sitúa ese aumento en 3,2 puntos de PIB, y algunos economistas lo sitúan entre el 3,8 y 4,7 puntos del PIB, dependiendo de las previsiones de inmigración utilizadas. "Estaríamos hablando de un incremento medio del gasto anual en pensiones de entre 1,60 y 2,35 puntos de PIB durante los próximos treinta años, entre 8 y 12 veces más de lo que se recaudará anualmente con la subida de cotizaciones que incluye el MEI, que además sólo se aplicaría durante 10 años", explica Fedea en un informe.
Las cuentas no cuadran, y la tercera espoleta del MEI se activará, y se tendrán que aumentar los ingresos o reducir los gastos. Hasta ahora todos los esfuerzos para equilibrar el sistema recaen en los trabajadores: trabajar más años, cotizar más, pagar más impuestos para cubrir las transferencias de gastos de la Seguridad Social a los Presupuestos, subidas de cotizaciones de autónomos...
Exigir nuevos esfuerzos solo a los trabajadores con más cotizaciones e impuestos, y no a los pensionistas, generará tensiones indeseables socialmente, además de suponer un contrasentido en un mecanismo que busca la equidad entre generaciones, por lo que una rebaja de las pensiones es más que probable. Pero ¿cuándo?
El Ageing Report 2024, servirá para fijar la referencia de gasto en pensiones previsto en 2050. Mientras los sucesivos informes no superen este umbral, el fondo no se activará. Si un nuevo informe contuviera una previsión de gasto para 2050 superior a la del Ageing Report de 2024, entonces el fondo comenzaría a utilizarse para ayudar a pagar las pensiones, con el tope de dos décimas de PIB ya mencionado. Y si no fuera suficiente, habría que tomar nuevas medidas.
Con los boomers a las puertas de la jubilación es poco probable que en 2032 se hayan reequilibrado las cuentas, y todos los organismos económicos nacionales e internacionales (OCDE, Banco de España, Fedea, Airef) ya han advertido que las reformas aprobadas no serán suficientes y serán necesarias nuevas medidas.
El MEI ha permitido ganar tiempo, por ahora, y hasta 2032 es poco probable que se toquen las pensiones, la línea roja que Escrivá no quiere traspasar mientras se pueda. Si te quedan menos de 10 años para jubilarte lo más probable es que recibas una pensión similar a las actuales, aunque no es descartable que puedan retocarse. Pero si te vas a jubilar más allá de 2032, hay muchas probabilidades que las nuevas medidas recaigan en los pensionistas, y que las pensiones sean menores.
No obstante, hacer predicciones económicas a diez años vista es arriesgado, incluso para los organismos más experimentados. De 134 crisis y recesiones en el mundo en desarrollo entre 1991 y 2021, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo predijo 15.