La edad de jubilación es una de esas fechas marcadas a fuego en nuestra vida, como el día de la boda, o el nacimiento de los hijos... por eso esperábamos con expectación qué decidía el Pacto de Toledo al respecto, para saber si nos tendremos que jubilar con más de 67 años. Pero la comisión parlamentaria no lo ha especificado, y deja la cuestión en el aire. Será el gobierno quien tenga que bajarlo a tierra con leyes en los próximos meses. Eso sí, los expertos saben por dónde van a ir los tiros.
En Uppers hemos querido analizar esta y otras de las recomendaciones más importantes del Pacto de Toledo con ayuda de siete de los mayores expertos en pensiones del país. Puedes leerlo aquí: ¿Cuánto tiempo tendremos que cotizar? ¿Cuánto subirá la pensión cada año? ¿Podré trabajar y cobrar la pensión a la vez? ¿Será obligatorio ahorrar para la jubilación? Las respuestas a estas cuestiones van a influir de manera decisiva en nuestro futuro y en el de nuestros hijos.
Y la edad de jubilación es precisamente uno de los puntos que más preocupan a todos. Tanto a los que tienen 60 como a los que ven que la jubilación se va acercando y leer rumores sobre que deberán trabajar más años. Empecemos aclarando por el principio:
La reforma de las pensiones de 2011 amplió la edad de jubilación de 65 a 67 años, pero en vez de hacerlo de golpe, estableció un periodo transitorio hasta 2027. Cada año aumenta dos meses la edad requerida. En 2020 es de 65 años y 10 meses, en 2021 será de 66 años, y así hasta que en 2027 la edad ordinaria de jubilación llegue a los 67 años.
También se amplió el número de años necesarios para jubilarte con el 100% de la pensión, y se estableció un periodo transitorio hasta 2027. En 2020 puedes jubilarte a los 65, si tienes 37 años cotizados; en 2021, se pedirán 37 años y tres meses; en 2022, 37 años y 6 meses; y así sucesivamente hasta 2027, cuando podrás jubilarte con 65 años siempre que hayas cotizado más de 38 años y 6 meses.
En los años 60 del siglo pasado, cuando nace nuestro sistema de Seguridad Social, la esperanza de vida en España era de 70 años, hoy supera los 80 y subiendo. Nuestro sistema estaba pensado para pagar pensiones durante 10 años, y hoy se pagan durante más de 20.
En 1970 en España vivían poco más de 3.000.000 de mayores de 65 años, hoy viven más de 9.260.000, y otros 9.500.000, las generaciones del baby boom, tienen entre 50 y 64 años. En 1970 había cerca de cuatro trabajadores por cada jubilado, ahora apenas hay dos.
Un informe sobre pensiones del Foro Económico Mundial alertaba de que esta tendencia global, más acusada en España que en otros países, "hace que la economía simplemente no puede soportar esta carga. Inevitablemente, la edad de jubilación aumentará, pero en qué medida y a qué ritmo es un asunto que demanda de urgente consideración por parte de los Gobiernos”, concluye el informe.
Si hay algo seguro es que vamos a tener que trabajar más años para tener una pensión similar a la actual. La recomendación número 12 del Pacto de Toledo deja claras las intenciones al considerar "la prolongación de la vida laboral de los ciudadanos como un objetivo necesario y deseable, estimando que es amplio el conjunto de medidas que se podrían adoptar para incrementar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones".
La Comisión no ha especificado medida alguna, le corresponde al Gobierno "bajar de las musas al teatro", pero el caso es que nos estamos jubilando antes de tiempo, de media con 64 años y 6 meses, cuando, recordemos, la edad legal está en los 65 años y 10 meses. El ministro de la Seguridad Social, Jose Luis Escrivá, ha anunciado en varias ocasiones que su intención es que la edad real de la jubilación se aproxime a la ordinaria, y para ello va a poner en marcha medidas para que permanezcamos más tiempo trabajando.
Las tres medidas que se van a poner en marcha con certeza son la penalización de las jubilaciones anticipadas, sobre todo las voluntarias y de rentas más altas. En la actualidad se accede a la jubilación anticipada desde los 61 años con penalizaciones de entre el 6,5% y el 8% por cada año que te jubiles antes de tiempo.
También se va a incentivar que sigamos trabajando más allá de la edad legal ordinaria. Actualmente se incrementa la pensión entre un 2% y un 4% por cada año que trabajes más allá de la edad ordinaria.
Y se va a permitir compatibilizar trabajo y cobro de pensión con menos penalizaciones. Hoy pierdes el 50% de la pensión si consigues trabajo después de la edad de jubilación.
Los tiempos no están definidos, pero una vez alcanzado el acuerdo político, el Gobierno tendrá menos dificultades, a priori, para hacer las leyes. La reforma no estará lista probablemente hasta la segunda mitad del año 2021. Primero debe pasar por la mesa de diálogo social, y después se debatirá en el Parlamento. Algunas medidas ya se pueden poner en marcha, como el aumento de las pensiones conforme al IPC, o el desarrollo de nuevos sistemas de ahorro colectivos. Pero otras, como tocar la edad de jubilación o aumentar los años de cotización, deberán esperar. Recordemos que para hacer efectivo el paso de los 65 a los 67 años, y de los 15 a los 25 años cotizados establecidos en la reforma de 2011, se fijó un periodo de transición de 15 años, que acaba en 2027. Por lo tanto, los cambios más "traumáticos" que pueda traer la nueva reforma afectarán a los que ahora ronden los 50 años.
Pero la madre del cordero a la que se refería el Foro Económico Mundial, la decisión de retrasar más allá de los 67 años la edad de jubilación, sigue estando en el aire. ¿Debería la nueva reforma de las pensiones modificar ese límite? Los expertos tienen opiniones encontradas.
Carlos Bravo, secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, que ha trabajado intensamente los últimos años en la mesa del diálogo social transmitiendo propuestas la Comisión es contrario a esta medida. "Las actuaciones generalizadas e indiscriminadas sobre la edad de jubilación contienen elementos de inequidad importantes, ignoran las diferencias en esperanza de vida y tan solo se centran en reducir gasto, olvidando el papel de renta de sustitución del sistema de pensiones. Un sistema de jubilación gradual y flexible basado en ofrecer fórmulas de jubilación anticipada, ordinaria y demorada aborda mejor esas cuestiones".
La idea de fijar una edad igual para todos está en cuestión. No hay dos personas iguales, y todos llegaremos a los 67 con trayectorias vitales y profesionales diferentes, pero se entiende la complejidad de elaborar una Ley que se adapte a cada caso.
El catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra Sergi Jiménez cree que "lo que hay que hacer es flexibilizar las barreras entre edad de trabajo y jubilación, para permitir el ajuste a las condiciones propias de cada persona".
En la misma línea se pronuncia el profesor del IESE Javier Díaz Jiménez, para quien "la edad de jubilación debería ser voluntaria y la pensión debería calcularse teniendo en cuenta la esperanza de vida al jubilarse".
Por su parte José Luis Tortuero, catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid, cree que "la cuestión no es prolongar más la edad de jubilación, sino elevar la tasa de actividad de los trabajadores de más edad, de tal manera que la edad formal de jubilación se aproxime hasta identificarse con la edad real de jubilación".
Los analistas introducen un elemento interesante y poco debatido. Como cambiar un mercado laboral muy reticente a recuperar a los parados mayores de 50. A este respecto el Pacto de Toledo ha pasado como de puntillas, sin sugerir medidas para avanzar en cuanto a reciclaje, formación continua y gestión de la edad en las empresas. Nuestro país es uno de los últimos de Europa en tasas de actividad de mayores de 50.
El presidente del Instituto BBVA Pensiones, Jose Antonio Herce está favor de que la legislación obligue a trabajar más allá de los 67. "Alcanzada la edad de 67 en 2027, convendría seguir con el retraso paulatino de la edad de jubilación y el esquema de figuras asociadas (jubilación anticipada, parcial, flexible y activa).
Por su parte, Santos Ruesga, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid, también encuentra adecuado "ir alargando la edad de jubilación que podría ir acompasando al aumento de la esperanza de vida, para lo cual podría utilizarse el índice de Sostenibilidad creado en la reforma de 2013, modificado, de modo que en vez de afectar a la cuantía de la pensión inicial, el aumento en la esperanza de vida se aplicara a la edad de jubilación".
Por último, Enrique Devesa, doctor en Economía por la Universidad de Valencia, es contundente al respecto. "Probablemente no haya más remedio que utilizar este cambio paramétrico, sobre todo si se deroga el Factor de Sostenibilidad, que se definió para que actuara sobre la pensión inicial y no sobre la edad ordinaria de jubilación".
Si tienes 60 años o más, y sigues trabajando, este debate no te afecta demasiado. Aunque el Gobierno retrase la edad de jubilación ordinaria más allá de los 67 años, lo haría de forma gradual, con lo que alcanzarás la jubilación antes de que se apliquen los hipotéticos cambios. Si tienes 50 o menos, es prácticamente seguro que la edad se retrase más allá de los 67, con lo que tendrás que jubilarte más tarde.
Parece lógico que si vivimos más años tengamos que trabajar más años para mantener las pensiones. Hay razones demográficas y económicas incontestables. Pero retrasar la edad de jubilación tiene repercusiones políticas de gran calado. Es una decisión impopular que afecta al grupo de edad que va a decidir las elecciones en las próximas décadas, los mayores de 50. Por ello la Comisión no se ha pronunciado expresamente sobre aumentar la edad ordinaria más allá de los 67.
La diferencia de trabajos y de vidas laborales tampoco facilita la cuestión. Un médico de cabecera puede estar más capacitado para ejercer su profesión a los 75 que a los 30. Y las especiales características de nuestro mercado laboral no ayudan. La temporalidad y discontinuidad de las carreras de cotización pintan un oscuro panorama para los menores de 30, con niveles de paro cercanos al 40%, que se preguntan cómo van a cotizar casi 40 años. Tampoco se ofrecen alternativas a los mayores de 50 expulsados del mercado laboral prematuramente y con difíciles opciones de readmisión.
La pelota está en el tejado del Gobierno, que tendrá que legislar atendiendo a la ambigua recomendación de la Comisión, a los intereses de los ciudadanos, y a que cuadren las cuentas. Un difícil malabar.
Para la elaboración de esta serie hemos contado con la participación de expertos de distintas tendencias. Tres de ellos, Enrique Devesa, Santos Ruesga y Jose Luis Tortuero, participaron en la elaboración de la última reforma del año 2013. Otros tres, Jose Antonio Herce, Sergi Jiménez y Carlos Bravo, forman parte de los expertos que están siendo consultados por el Gobierno para realizar la próxima, y Javier Díaz-Giménez es un experto independiente, que por su conocimiento en la materia y sus aportaciones novedosas hemos creído conveniente incorporar.
Jose Enrique Devesa. Doctor en Economía por la Universidad de Valencia y actuario por la Universidad Complutense de Madrid. Es uno de los miembros del comité de expertos que participó en la reforma de las pensiones del 2013 y uno de los artífices del factor de sostenibilidad.
Jose Antonio Herce. Profesor de Economía en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 30 años, ha dirigido la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) y ha sido socio director del área de economía aplicada de Analistas Financieros Internacionales (Afi). Preside el Consejo de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones. Es uno de los 100 expertos que han elaborado el documento “España 2050” iniciativa de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de Presidencia de Gobierno para sentar las bases de una estrategia nacional en diferentes materias, en su caso, en pensiones.
Sergi Jiménez-Martín. Catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, actualmente es director de la cátedra FEDEA-La Caixa Economía de la Salud y Hábitos de Vida. También es Editor Asociado de Empirical Economics. Es uno de los 100 expertos que han elaborado el documento “España 2050” en el grupo de pensiones.
Carlos Bravo. Secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO. Es el representante del sindicato CCOO en las negociaciones del Pacto de Toledo.
Jose Luis Tortuero. Catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid. Experto en Seguridad Social de amplia trayectoria fue miembro del comité de expertos que diseñó la reforma de las pensiones de 2013, a propuesta del PSOE, donde votó en contra del factor de sostenibilidad.
Santos Ruesga. Catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid, ha impartido docencia en numerosas universidades y centros académicos españoles y extranjeros. También formó parte del comité de expertos que diseño la última reforma de las pensiones vinculado a la UGT.
Javier Díaz-Giménez. Profesor de Economía en el IESE. Ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a investigar y enseñar en el campo de la macroeconomía. Su trabajo más reciente analiza las consecuencias macroeconómicas de las reformas de la política fiscal y el sistema de pensiones. Ha publicado los resultados de su investigación en algunas de las principales revistas profesionales como Journal of Political Economy y Journal of Monetary Economics