Planes de pensiones privados, ¿qué ventajas tienen y qué riesgos asumimos al contratarlos?
Aunque estos planes no pueden asegurar por ley una determinada rentabilidad a su vencimiento, presentan otra serie de ventajas
Un plan de pensiones privado puede ser un interesante complemento para tu futura pensión pública de jubilación. Y, además, esta forma de ahorro para el futuro no solo te generará intereses, sino que también te servirá para desgravarte una cantidad de dinero todos los años en la declaración de la renta.
Las ventajas de este tipo de productos, sin embargo, van de la mano de ciertos aspectos que debes considerar antes de firmar tu plan. No dejes pasar por alto cuestiones tan relevantes como tu perfil de riesgo o tu capacidad de ahorro, ya que solo en función de estos aspectos encontrarás un producto con el que podrás sentirte cómodo.
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Tipos de planes de pensiones
Existen tres tipos de planes de pensiones que se diferencian en función de quien los promueve: individuales, asociados y de empleo.
- Los planes individuales son aquellos que cada particular contrata con una entidad financiera por iniciativa propia.
- Un plan asociado es aquel que suele venir promovido por agrupaciones, gremios u otras asociaciones, y que por tanto existe en vinculación directa a un colectivo.
- Un plan de empleo es el que te promueve una empresa para sus empleados.
En cualquiera de los tres casos, el objetivo de un plan de pensiones privado será ahorrar un dinero para el día de mañana. El capital finalmente resultante dependerá de las aportaciones que hayas realizado y del resultado de la gestión del plan o planes a lo largo de los años.
Riesgos de los planes de pensiones
Existen diferentes planes de pensiones según el riesgo que asume la persona o el colectivo que piense contratarlo. El riesgo que asume el usuario está directamente relacionado con el tiempo restante hasta la jubilación.
Hay tres perfiles de riesgo fácilmente reconocibles: conservador, moderado y un perfil más decidido y amante de los riesgos.
- Los inversores con un perfil conservador evitan correr riesgos porque están cerca de la jubilación y su prioridad es preservar el capital acumulado a lo largo de los años. Un producto «conservador» tiene como objetivo generar retornos muy moderados basados en evitar riesgos o incurrir en riesgos muy reducidos. Se da prioridad a los activos conservadores de renta fija, como depósitos bancarios, bonos, letras del tesoro, papeles comerciales, etc., y solo una parte muy pequeña (a veces inexistente) se dedica a los activos de capital.
- El perfil moderado es para los ahorradores que, aunque pueden asumir ciertos riesgos, no pueden poner todo en activos altamente volátiles. En términos de ahorro para la jubilación, estas personas tienden a ser ahorradores de mediana edad con aproximadamente 15 años hasta la jubilación. En los planes de pensiones mixtas, la combinación de renta fija y renta variable es más equilibrada, siendo esta última la que tiene más peso.
- El tercer perfil es el del inversor más arriesgado que, debido al plazo hasta el objetivo de ahorro, puede correr riesgos en busca de mayores rendimientos. En términos de ahorro para la jubilación, se trata de personas que se han incorporado recientemente al mercado laboral y tienen varias décadas por delante antes de retirarse. La renta variable, las divisas y la renta fija emergente predominan en este tipo de inversión. Los riesgos asumidos con este tipo de plan dependen de la evolución de los mercados, el posible cambio en los tipos de cambio en las inversiones en monedas internacionales e incluso el posible deterioro de la calidad crediticia de los activos invertidos. Sin embargo, la rentabilidad de estos productos alcanza niveles que no se obtienen con planes de pensiones moderados o conservadores.
Ventajas de un plan de pensiones
Aunque estos planes no pueden asegurar por ley una determinada rentabilidad a su vencimiento; presentan otra serie de ventajas. Estos son 5 beneficios garantizados de los planes de pensiones que debes tener en cuenta.
- Los planes de pensiones son un instrumento de ahorro muy flexible: podrás realizar las aportaciones que quieras al año, con las limitaciones legales previstas, y en el momento en el que desees, en función de tus necesidades, tus posibilidades económicas y tu situación fiscal.
- Hay productos específicos para los inversores de perfil más conservador, como los planes de pensiones que invierten únicamente en renta fija.
- Con los planes se puede encontrar una mayor rentabilidad sin perder la seguridad, con productos que invierten a largo plazo en activos de renta privada de elevada solvencia. Su horizonte es el medio-largo plazo.
- Hay planes que ofrecen una muy alta rentabilidad, mediante la inversión en renta variable. Estos planes están recomendados para inversores jóvenes, que buscan la rentabilidad de su inversión a medio o largo plazo y no les importa que el riesgo sea algo más elevado. Cabe recordar que se recomienda suscribir este tipo de productos a partir de los 40 años, o incluso antes.
- El último de los 5 beneficios garantizados de los planes de pensiones hace referencia a las deducciones fiscales que estos planes presentan para el asegurado. Se pueden deducir en el IRPF las aportaciones que se realicen al plan de pensiones, como sucede con el resto de aportes efectuados en los distintos sistemas de previsión social, con unos límites absolutos y en función del volumen de sus rendimientos (de trabajo y/o actividades económicas). ciento a partir de 50 años cumplidos) de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas.