{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Las estaciones de esquí son una de las atracciones más populares de los meses de invierno. Solo en España, donde contamos con cerca de 700 kilómetros esquiables, se calcula que estas instalaciones reciben anualmente en torno a más de cuatro millones de aficionados, según los datos de ATUDEM (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña), y que generan más de 122 millones de ingresos.
La irrupción de la pandemia del coronavirus, como es natural, ha afectado a las estadísticas. Según los datos de ATUDEM, en la temporada de 2020-2021 las estaciones de esquí españolas tan solo recibieron 1,5 millones de visitantes y percibieron una facturación acumulada de 37,2 millones de euros, un 68% menos que en la temporada anterior.
A pesar de que los efectos de la pandemia se han notado notoriamente en el sector, el esquí sigue siendo una de las grandes atracciones del invierno, y son muchos quienes deciden cogerse cada año un par de días de vacaciones en diciembre o enero para desplazarse para disfrutar de esa sensación de adrenalina que se siente al deslizarse por la nieve a grandes velocidades.
Para poder disfrutar de la temporada de esquí, es necesario que contemos con un forfait. Este documento, cuyo nombre procede del francés y puede traducirse al español como “abono”, es un pase por el que se paga anticipadamente y que nos concede acceso a las instalaciones de esquí durante un tiempo limitado para disfrutar del uso conjunto de sus instalaciones y/o servicios. Dicho de otro modo: se trata de un documento imprescindible para acceder a las estaciones de esquí y utilizar sus remontes, telecabinas, perchas, arrastres, telesillas y cintas transportadoras.
El precio de estos forfait varía dependiendo de la estación de esquí a la que queramos acudir, el periodo de tiempo que lo queramos utilizar y su duración, es decir, si queremos esquiar solo durante medio día o si, por el contrario, preferimos aprovechar el día al máximo en la pista. Estos documentos son personales e intransferibles, por lo que es recomendable que, además de llevarlo siempre encima, contemos con otro documento que pueda verificar nuestra identidad para que, en caso de que los operarios de la estación nos pidan que demostremos que, efectivamente, nos pertenece, podamos aprobar pruebas.
Para satisfacer la demanda de los esquiadores, en los últimos años han comenzado a aplicarse una tarificación dinámica en los forfait de algunas de las estaciones de esquí europeas. Esta fórmula, que es habitual tanto en el sector de las aerolíneas como el hotelero, empezó a verse por primera vez en las instalaciones de esquí de Estados Unidos y llegó a las Europa hace menos de diez años, utilizándose por primera vez en Suiza. Básicamente, consiste en aplicar un precio flexible y adaptado a la situación de mercado a los forfait, que pueden salir más o menos caros en función de la época del año, el día de la semana o la previsión a la hora de hacer la reserva.
El objetivo de esta medida, con la que se premia tanto a aquellos que adquieren su pase por adelantado como a quienes deciden ir a esquiar en días de temporada baja o con unas condiciones inferiores, es controlar la venta de productos y servicios de la estación y adaptar la oferta a la demanda.
Según una encuesta elaborada en 2020 por Demoscope para el portal francés Ticketcorner, en la que se encuestaron a 1.000 personas suizas, un 63% de los esquiadores encuestados estaría a favor de aplicar esta medida en los forfait. Recientemente, el complejo de estaciones invernales de Grandvalira en Andorra, en el que se incluye Ordino Arcalís, ha empezado a aplicar estos precios dinámicos en su temporada de 2021-2022, lo que lo convierte en el primer dominio esquiable de la Península Ibérica en implantar este sistema.