Sepelios: ¿Qué opciones tengo y qué gastos conlleva un entierro?
Contratar un seguro de decesos libera a tus familiares de la carga económica y administrativa de tu funeral
Puede sonar frívolo pero, ¿quién no se ha imaginado cómo será su funeral? Seguramente más de una vez te habrán hecho la famosa pregunta de “¿qué canción quieres que suene en tu funeral?” o “¿quieres que te entierren o te incineren?”. Pues aunque sea un tema que por lo general no es agradable de tratar y que a muchos no gusta, no estaría mal tenerlo en cuenta. Así que mejor no esperar y decidir, ahora que puedes, como será tu despedida.
El seguro de decesos
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Por lo general, es el propio fallecido quien ha decido cómo será su sepelio. Por eso cada vez más se contratan los llamados seguros de decesos. ¿En qué consiste? Este tipo de seguro es una póliza que cada persona contrata para que un futuro, cuando fallezca, ni sus familiares ni sus amigos tengan que correr con los gastos del funeral. Teniendo en cuenta que los gastos de un sepelio pueden superar ampliamente los 4.000€, es normal que se decida optar por esta opción.
Además de los gastos funerarios, cuando se contrata este seguro se suele disponer de otros servicios, como el transporte, o en casos en los que haga falta, la repatriación. Para aquellos que deseen ser incinerados, también suele cubrirlo. Otros trámites bastante incómodos o complicados tras un fallecimiento, como los administrativos, son cubiertos por este tipo de pólizas.
Tipos de funerales
Ahora bien, ¿qué tipo de funerales existen? El más tradicional en España es el sepelio religioso. Con el se dispone del velatorio tras el fallecimiento y una breve misa por el difunto antes de su traslado en féretro al cementerio, que se hará en un coche fúnebre normal.
También está el funeral civil, que es prácticamente lo mismo, pero se sustituyen las palabras del sacerdote por un pequeño homenaje por parte de algún familiar o amigo del difunto.
Aunque la gran mayoría decide hacer un velatorio para sentirse arropado por familiares y amigos, también existe el entierro directo. Esta ceremonia es mucho más breve, se encarga para pasar el mal trago lo más rápidamente posible y se realiza el entierro poco tiempo después del fallecimiento.
La incineración
Cada vez más, las personas prefieren ser incineradas antes que enterradas. Cada uno guarda sus preferencias. Pero suele surgir siempre una duda: si me incineran, ¿también tendré un velatorio? Lo cierto es que sí, es más, lo normal sigue siendo que tras el fallecimiento, se realice el velatorio en el que se dé la última despedida al difunto.
Tras la misa o el homenaje, en vez de acudir al cementerio a realizar el entierro tradicional, se traslada el cuerpo al horno crematorio. Allí mismo suelen acudir los familiares más directos y los más amigos más cercanos, por lo que tienen una nueva oportunidad de despedirse. Como imaginarás, el proceso de cremación es bastante sencillo. Se traslada el ataúd a la sala del horno crematorio y allí, con la ayuda de una máquina elevadora, se introduce en el horno, que durante la incineración alcanza temperaturas de más de 800 grados.
Una vez terminado, se dejan enfriar las cenizas y se pasan a un recipiente en donde se desmigajan para que queden homogéneas. Tras ello, se vierten en la urna elegida por el difunto cuando vivía o por los familiares. Esa urna puede permanecer en la familia, pero si lo deciden, también se puede introducir dentro del nicho familiar en el cementerio.
Como ves, los entierros en España siguen siendo bastante tradicionales, aunque es cada vez más frecuente que cada uno en vida deje constancia de qué canción quiere que suene en su funeral o qué tipo de flores desea que pongan en su honor. Por eso, lo más cómodo es contratar el seguro de decesos, dejarás todo organizado con tu toque personal y tus familiares no tendrán que hacer gestiones en un momento tan incómodo para ellos.