Socorrista a los 70 años: una mujer vuelve a su trabajo de la adolescencia por falta de personal
Una mujer de 70 años que fue socorrista en su adolescencia ha vuelto a serlo, ya que no hay socorristas en su ciudad
Ha tenido que volver a ponerse a prueba para sacarse la certificación y algunas compañeras la llaman la "abuela socorrista"
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Con la pandemia muchos uppers decidieron abandonar su condición de jubilados para volver a la que fue su profesión y ser un apoyo durante los momentos más duros de la covid-19 en el ámbito sanitario. Aunque no es el mismo caso, una mujer de 70 años ha vuelto a trabajar, no en un hospital, pero sí en una profesión de gran importancia, lo vimos con el rescate de la entrenadora Andrea Fuentes, especialmente ahora que llega el verano, la de socorrista. Robin Borlandone trabajó velando por la seguridad de los bañistas en las piscinas de su ciudad en 1968, cuando solo tenía 16 años, y ahora ha vuelto esa profesión porque "no hay socorristas" en la ciudad.
"La situación en la que nos encontramos aquí en Filadelfia es terrible, no hay socorristas, y yo solo quería hacer algo para ayudar de alguna manera para ayudar a los niños", contó la mujer al diario Inquirer, que luego pasó su vida trabajando como gerente de oficina en un hospital a la vez que crio a sus tres hijas. No obstante, dado el paso de los años, ha tenido que volver a sacarse la certificación, refrescando muchas cosas que hay que tener en cuenta y que muchos bañistas, especialmente niños, no conocen.
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Volver a salvar vidas
Debido a la falta de socorristas, las autoridades de Filadelfia se plantean un cambio en la forma de obtener la certificación. La propia Robin ha sido testigo de como ha cambiado el proceso, que ha estado entrenando para obtener la certificación. "Cuando empecé solo podía dar tres vueltas y tenía que parar seis veces", comentó durante sus entrenamientos en la piscina, en los que ha coincidido con una joven de 17 años que la define como la "abuela socorrista".
No solo vela por la seguridad de los bañistas, también enseña a nadar. Todo ello, explica "con los ojos de una madre y una abuela que saben leer sentimientos, reacciones y emociones de una manera que no podía cuando era más joven".
Aunque fue socorrista durante años, no tuvo que hacer grandes rescates, pero recuerda el de una niña de 7 años que se estaba ahogando y a la que tuvo que socorrer que, pese al peligro, fue una experiencia que le gustó por poder salvarle la vida a alguien. Por eso mismo ha vuelto al socorrismo para que la ciudad pueda abrir todas sus piscinas durante este verano ante la falta de socorristas.