Éxito tardío y pletórico: diez personajes que triunfaron después de los 50
María Galiana fue profesora de Instituto hasta los 65 años
John Pemberton inventó la Coca-Cola a los 57 años
Toyo Shibata escribió su primer libro de poemas a los 99 años
Si has pasado los 50 y no acabas de encontrarte, no te preocupes, hay muchos ejemplos de personas que se han encontrado su camino en madurez. ¿Tarde? No. A tiempo. Porque el éxito es un término relativo, y el tiempo no digamos. Repasamos algunos casos que dieron en la diana cuando les llegó su momento.
Richard Adams
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(Berkshire, Inglaterra, 1920 - 2016) Nunca pensó que llegaría a ser un escritor de éxito, pero acabó cumpliendo su sueño. Era funcionario del ministerio de Agricultura Inglés... hasta los 52 años. Entonces publicó Watership Down, un clásico de la literatura infantil que ha vendido millones de ejemplares en varios países y del que se han realizado varias películas y series de televisión. "Si hubiera sabido lo terriblemente bien que podría escribir, habría comenzado antes", comentó Adams en una entrevista a la BBC.
John Pemberton y la fórmula mágica
(Georgia, 1831 - 1888) Era un médico y farmacéutico norteamericano al que le gustaba experimentar con las plantas y sus compuestos químicos. En la Guerra de Secesión luchó con los Confederados hasta que en 1865 un sablazo yanqui le cruzó el pecho y el abdomen. Para evitar los dolores usaba morfina, pero notaba que se estaba enganchando demasiado, por lo que trató de crear algún brebaje sustitutivo que le aliviara de los dolores. Tras varios intentonas, y casi por casualidad, descubrió la fórmula de la Coca Cola en 1886. Tenía 55 años.
Desgraciadamente, la adición a la morfina no desapareció, y en 1888, vendió la fórmula a Asa Griggs Candler, un magnate y político estadounidense, que fundó The Coca-Cola Company, y se forró. Pemberton moriría a causa de un cáncer de estómago el 16 de agosto de 1888 en la más absoluta pobreza. Tenía 57 años, pero ya había cambiado el mundo.
Pierre Lemaitre, llegar y besar el santo
Antes de la gloria (París, 1951), el dinero y la buena vida trabajó durante años trabajó como profesor para adultos, concretamente enseñando comunicación, cultura general y literatura. A los 56 años se pone a escribir y crea a Camille Verhoeven, un policía hipotrófico, mide 1,45 metros, discreto y meticuloso que protagoniza su primera novela policiaca, Irene (2006), de la que vendió cientos de miles de ejemplares.
Desde entonces se dedica enteramente a la literatura, que le ha hecho rico y ha permitido que millones de lectores disfruten de su maestría en novelas como Nos vemos allá arriba, Alex o Vestido de novia. No solo empezó tarde a escribir. No se casó hasta los 50 años, y hasta los 60, no tuvo su primer hijo.
Frank McCourt y las cenizas
(Nueva York, 1930 - 2009) Escribió Las Cenizas de Ángela, la novela autobiográfica que le cambió la vida, cuando tenía 66 años. Hasta entonces ejercía de profesor de literatura y no tuvo tiempo. "En 1970 llegué a escribir hasta 150 páginas de una novela, fue un verano, y luego llegó el curso y tuve que apartarlo.
Cada noche intentaba ponerme de nuevo, la miraba; pero si uno tiene que dar clases todo el día durante cinco días a la semana, es imposible", confesaba en una entrevista a El Mundo. Durante sus más de 30 años de profesor dio clases a unos 10.000 alumnos. Sus novelas han llegado a más de 20 millones de lectores en todo el mundo.
Paul Cézanne y su primera expo a los 56
No solo en la literatura se dan genios que tardan más en madurar. El pintor Paul Cézanne (Aix-en-Provence Francia, 1939 - 1906) también fue tardío. Aunque pintaba desde joven, hasta los 50 años fue un desconocido que exponía solo de forma ocasional y fue ignorado por el público y la crítica casi hasta el final de su vida.
Tuvo que esperar a los 56 años para realizar su primera exposición individual, y solo pasados los 60 obtuvo el reconocimiento y la fama. La muerte le encontró trabajando, ya que cogió una neumonía tras una tormenta en el campo donde estaba pintando.
María Galiana, una maestra sobre las tablas
También hay sitio para españoles en esta lista. María Galiana (Sevilla, 1935), la abuela Herminia de Cuéntame, ha sido profesora de instituto casi toda su vida. Su salto al cine le llegó pasados los 50, cuando colaboró sin cobrar en Madre in Japan. El destino quiso que Juan Diego y José Luis García Sánchez vieran la película, y encontraron en María la actriz que buscaban para interpretar el papel de madre andaluza en Pasodoble. Desde ahí hizo todos los papeles que le caían entre manos, pero no dejó el instituto hasta que se jubiló a los 65.
"Para mí, hacer una sola sesión de trabajo era muy importante, para que me conocieran los directores famosos. De hecho, me pagan poquísimo, ya ni me acuerdo. Yo les solucionaba un papelito de nada por poco dinero", explicaba Galiana en una entrevista a El País. El 1999 recibe el Goya a la mejor actriz protagonista por Solas, de Benito Zambrano, que dedicó "a todas las actrices maduritas, como ella, que todavía no habían tenido su oportunidad". En 2001 comienza Cuéntame, la serie que la hizo popular y en la que lleva más de 20 años. A sus 87 años sigue realizando sus giras de teatro y no piensa en retirarse.
Tim y Nina Zagat, la cocina al poder
Tim y Nina Zagat (Nueva York, 1946 y 1948) trabajaban en un bufete de abogados de Manhattan donde les encantaba descubrir nuevos restaurantes. Los críticos gastronómicos no comulgaban con sus gustos, así es que en 1979 decidieron hacer su propia guía de restaurantes encuestando a 200 amigos, colegas y conocidos, y distribuyendo entre ellos las opiniones que daba cada uno. Ese fue el primer paso de Zagat, un imperio editorial de la restauración que les hizo multimillonarios, y que ahora es propiedad de Google.
La cosa no fue fácil. Al principio, la pareja tuvo que ir de puerta en puerta, instando a las librerías a que vendieran la guía hasta que finalmente, en el 2000, cuando rondaban los 60 años, encontraron grandes inversores para respaldar los esfuerzos de su guía tanto a nivel nacional como internacional. Tim explicó la clave de su éxito en la revista Time: "Tienes que levantarte por la mañana y disfrutar lo que haces".
Carol Gardner y su perro
A Carol Gardner (Estados Unidos, 1952), la vida le cambió a los 52. A esa edad su marido la abandonó, se quedó sin trabajo y con una deuda inmensa. Le sacó del pozo un consejo de su abogado: "consigue un terapeuta; o un perro". Eligió el perro, una entrañable bulldog inglesa llamada Zelda.
Y para ganarse la vida puso en venta tarjetas de felicitación con su perra disfrazada de Papá Noel y esta frase: "Por Navidad, cambié a mi marido por un perro. ¿Buen intercambio, no?". Se ganó a la gente, y ese fue el origen de una línea de productos de todo tipo, tablas de cortar a botes de galletas, manteles, vajillas... que le ha hecho millonaria.
Julia Child, el libro de las recetas
Durante la II Guerra Mundial, Julia Child (California, 1912 - 2004) fue destinada a Francia por el Servicio de Información norteamericano. Allí conoció la cocina francesa y se enamoró. Su pasión por la cocina se mantuvo oculta durante más de 20 años en los que trabajó en una agencia de publicidad.
Pero en 1962, cuando tenía 50 años, publicó un libro de recetas francesas del que vendió miles de ejemplares. De ahí saltó a la televisión, y se convirtió durante otros 20 años en una de las divulgadoras gastronómicas más importantes del mundo.
Toyo Shibata, a los 99 años
Y para los que lo dejan todo para el final, también hay ejemplos edificantes, como el de Toyo Shibata (Japón 1911 - 2013). El título de su primera obra es toda una declaración de intenciones Kujikenaide (‘No te desanimes’). Fue publicada en 2009 cuando Shibata tenía 99 años, y vendió más de millón y medio de ejemplares. Pero lo disfrutó poco, ya que murió cuatro años después, en 2013. Es lo que tiene esperar hasta el último minuto.