Por discriminación laboral se entiende una situación en la que un trabajador se ve perjudicado respecto a sus compañeros por motivos que no están relacionados con su desempeño laboral. Se trata de un problema tan antiguo como el propio trabajo que cada vez afecta más a los empleados más maduros. Ya no es el género, ni la raza, ni la orientación sexual ni las ideas políticas el principal motivo de discriminación en el trabajo, sino la fecha de nacimiento.
Cada vez son más los organismos y estudios que corroboran esta nueva realidad. La edad es la forma de discriminación en el ámbito laboral más frecuente con la que se encuentran los directores de recursos humanos, con un 25% de los casos, por delante del estado de salud (19%), el género (18%) y la apariencia física (16%), tal y como indica un informe de la consultora Cegos.
Por su parte, un estudio de PwC señala que el 40% de los trabajadores españoles, y el 50% de los europeos, declara haber sentido discriminación, lo que les ha llevado a perder oportunidades de desarrollo o de formación en su carrera profesional. La edad es el el primer factor de discriminación también en su análisis, por encima del género, la raza o la clase social. De hecho, el 22% ha sufrido discriminación por su edad, mientras que la cuestión de género ha sido motivo de discriminación para un 14%.
Más evidencias: el informe ‘La discriminación de las personas mayores en el ámbito laboral’, de HelpAge International España, concluye que las personas mayores de 55 años sufren una mayor inseguridad laboral, mayor nivel de desempleo y precariedad.
Las personas mayores de 55 años tienen más probabilidades de estar desempleadas durante 12 meses o más que los profesionales más jóvenes, según concluye el informe Hays Helps, ‘Centrándonos en la inequidad en el empleo: cómo podemos ayudar’. "La discriminación por edad en el trabajo ignora en gran medida los muchos atributos positivos que los profesionales de edad madura pueden aportar. El conocimiento, la experiencia y la lealtad son solo algunas de estas cualidades que las empresas se están perdiendo al seguir teniendo prejuicios contra los candidatos más mayores”, considera el CEO de Hays, Alistair Cox.
El último informe publicado por la organización 55/Redefined sobre la discriminación por edad en el trabajo señala que el 68% de este segmento de la población siente que el mercado laboral está cerrado para ellos a partir de los 55 años. Además, el 24% se siente obligado a jubilarse antes por este motivo y el 33% asegura haber perdido interés en su trabajo debido a la falta de oportunidades de desarrollo.
Se da la paradoja de que al tiempo que las organizaciones discriminan a los trabajadores sénior y los expulsan del mercado, la legislación alarga la edad de jubilación e incentiva alargar las carreras profesionales. Sin embargo, los mayores de 55 años se encuentran con que su edad es una barrera infranqueable para reengancharse en el mercado laboral. Barreras que tienen su origen en prejuicios y estereotipos sociales como que sus competencias estarán obsoletas, que serán menos flexibles o que tendrán una menor capacidad de aprendizaje.
Entre las posibles soluciones a este problema, el estudio de HelpAge apunta a potenciar la jubilación parcial, fomentar la contratación de trabajadores mayores a través de subvenciones salariales y/o reducciones de las cotizaciones sociales, actuar sobre las condiciones laborales para que los trabajadores seniors mejoren su situación laboral y apostar por la formación continua de estos trabajadores sobre todo en competencias digitales.
Además, es preciso introducir incentivos fiscales y financieros adecuados y endurecer las condiciones para despedir a trabajadores mayores.