Una de las metas más perseguidas en la sociedad actual es ser más productivos, aunque a veces tendemos a confundir productividad con mantenernos ocupados todo el tiempo. En realidad, tiene más que ver con cumplir objetivos, personales y profesionales, en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo. Es decir, se trata de trabajar de forma más inteligente, no de trabajar más.
Ser productivo significa aprender a tomar decisiones acertadas, aprovechar el tiempo e identificar qué cosas son prioritarias y cuáles no. Para ello es necesario empezar la jornada con la mentalidad adecuada. En ese sentido, la Universidad de Harvard apunta que los líderes más exitosos comienzan con una buena rutina por la mañana en la que se incluyen elementos destinados a aumentar la productividad a lo largo del día, según recoge GQ.
Para funcionar a pleno rendimiento, todos necesitamos tiempos de descanso, de no pensar en mucho y de no trabajar. De no ser así, nuestra capacidad de atención y motivación se verán afectadas negativamente. Es importante esquivar comportamientos o hábitos que son enemigos de la productividad y que nos pueden conducir al 'burnout', la fatiga o el vivir permanentemente estresado. Harvard sostiene que empezar el día con el pie derecho nos permitirá tener un buen nivel de energía y la actitud correcta para ser más productivos.
Es importante levantarse temprano y no quedarse remoloneando en la cama. Tampoco es necesario madrugar en exceso, pero sí debes tener en cuenta la hora en la que entras a trabajar y considerar en qué momento del día eres más productivo (generalmente es por las mañanas) y poner la alarma a una hora en la que te dé tiempo a hacer todo lo que necesitas (vestirte, desayunar, hacer ejercicio, pasear al perro, etc), sin tener que ir apurado. Se trata de que llegues al trabajo relajado, con tiempo y despejado para afrontar lo que venga.
Hacer ejercicio es bueno para la salud bajo cualquier circunstancia, pero especialmente cuando envejecemos es importante no solo para ganar músculo, fuerza o resistencia, sino también en el aspecto mental. Al incorporar una actividad física a tu rutina consigues tener una mejor actitud (por la liberación de endorfinas) y más energía durante el día. Además, le permites a tu cerebro sentirse más relajado. Hacer ejercicio al aire libre es incluso mejor, ya que exponerse a la luz del sol hace que te sientas más despierta.
Harvard recuerda que algunos de los hombres y mujeres más exitosos, como Bill Gates, siempre le dedican un poco de tiempo por la mañana a nutrir sus cerebros, ya sea leyendo un libro, consultando las noticias o escribiendo un diario con sus reflexiones sobre lo que quieren lograr. Esto ayuda al cerebro a mantenerse alerta y activo, además de que es una buena forma de establecer prioridades.