En las sociedades de consumo el valor de un grupo social se mide, desgraciadamente, por la atención que le prestan las empresas. Tanto gastas, tanto vales, y ahí los mayores de 50 ganan por goleada. No solo somos más, sino que ganamos más, gastamos más y tenemos más peso electoral que cualquier otro grupo de edad. Hay quien lo llama la dictadura de las canas, pero serán los mayores de 55 quienes decidan qué tipo de liderazgo quieren asumir y en qué mundo quieren vivir.
El Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE ha analizado cómo las empresas están apostando con fuerza por los mayores de 55, y hasta qué punto, sus decisiones de negocio les tienen en cuenta, a través de una encuesta a 33 de las empresas más importantes del país.
Es una cuestión de número. Los mayores de 55 años somos ahora casi 17 millones de personas, en 10 años superaremos los 20 millones y seremos en 43% de la población en España. Además, estamos mejor formados, y tenemos un nivel adquisitivo y unas inquietudes distintas a generaciones anteriores.
Los mayores de 55 también son el colectivo con renta más alta. La renta neta media por persona entre los que tienen entre 45 y 65 años es de 13.400 euros, y sube hasta los 14.500 para los mayores de 65 años, mientras que la de los que tienen entre 16 y 44 años no llega a los 11.000 euros.
Y también los uppers somos los que más gastamos. El gasto medio por hogar donde el sustentador principal tienen entre 45 y 65 años alcanza los 31.400 euros, mientras que para los de 16 a 44 años no llega a los 25.000 euros.
Para completar el panorama, casi el 90% de los mayores de 65 años tiene vivienda en propiedad, y cerca del 80% de los que van de 45 a 65 años, también. Entre los más jóvenes el porcentaje de los que tienen casa en propiedad, aunque estén pagando hipoteca, es menor del 40%.
Vistos estos datos no es de extrañar que las empresas tengan en su punto de vista a los sénior como objetivo prioritario. Según el estudio de Ageinenomics, el 60% de las compañías disponen de alguna estrategia productiva o comercial orientada al colectivo sénior, aunque únicamente el 35% tiene una estrategia exclusiva para ellos. En los próximos 5 años esta tendencia irá en aumento, ya que las compañías encuestadas han manifestado su intención de ampliar su atención a este grupo que consideran estratégico.
la tecnología entrará con fuerza en el mercado en los próximos años. Son muchos los proyectos en marcha, en materia de atención y cuidados, teleasistencia y medicina en remoto, robótica de acompañamiento, monitorización de hogares... pero también en el aprendizaje de conocimientos y en el campo del ocio y el turismo. El 18% de las empresas dispone de algún proyecto I+D orientado hacia el colectivo sénior.
Y la oferta se está diversificando. Hace unos años, las empresas pensaban en los mayores como receptores de políticas de responsabilidad social corporativa. Ahora la mitad de las empresas vincula a su estrategia de negocio a productos o servicios orientados al segmento silver (52%) frente al 30% que lo vincula a la responsabilidad social corporativa. Más del 40% de la facturación proviene de los séniores para el 60% de las empresas consultadas en el estudio.
Así pues los mayores de 55 somos objetivo estratégico de las empresas, y lo seremos más en los próximos años, pero el informe desvela un dato interesante, pese al interés de las compañías por los consumidores sénior, no cuidan mucho a los trabajadores de más edad de sus plantillas, precisamente aquellos que podrían identificarse mejor con las necesidades de los clientes a quienes quieren dirigir sus productos o servicios. El peso de los trabajadores mayores de 55 años en la estructura de personal de su empresa no llega al 17%. Y solo el 30% tienen planes o medidas concretas encaminadas a la incorporación, retención o gestión del talento sénior en su plantilla.
También se detectan otras carencias en este camino de las empresas por acercarse a los consumidores uppers. Tan solo el 30% han realizado análisis o estudios de mercado para la detección y definición de necesidades o demandas específicas del colectivo, aunque casi el 40% reconoce que prevén desarrollar planes o líneas de actividad específicas en los próximos 5 años.