La reinvención de Julio, de sueldazo en Abengoa a creador de salsas picantes: "Lo del emprendimiento es muy 'flower power"
Tras 27 años en la empresa, un ERE le obligó a reinventarse (aunque no le apeteciese)
Ha montado una empresa de salsas picantes mediterráneas
No tenía ni idea de montar una empresa ni de cómo funciona el sector alimentario
Julio Estalella era muy feliz en su trabajo. Dirigía la Universidad Corporativa de Abengoa y se dedicaba a organizar cursos de formación para directivos viajando por todo el mundo, Yorktown, Ciudad del Cabo, México, Bombai... Pero en 2019 cambiaron las tornas, la empresa hace un ERE que se lleva por delante casi 30 años de carrera, a los 54 se queda fuera. ¿Y ahora qué?
Julio cree en el trabajo. No para de pedalear. Nos atiende mientras monta cajas para un nuevo pedido. A través de la Cámara de Comercio de Sevilla ha conseguido unas ayudas para comercializar sus Salsas Quietud en Estados Unidos y se marcha a Miami, Tenessi, Washington, Nueva York... Ha encontrado un nuevo camino (buen viaje).
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¿Cómo te coge el ERE?
Me coge con dos hijos en colegios privados, otros dos en la universidad, una de ellas privada, una hipoteca y con poco dinero ahorrado.
Cómo se supera un golpe así
Mi epifanía vino de youtube. Yo había visto hace años un documental de cómo se hacía la salsa de tabasco y me vino a la cabeza que con vinagre de Jerez tenía que estar más buena. Como si de una señal divina se tratase, poco después de salir de Abengoa me apareció otro video sobre cómo hacer salsa de tabasco. Me puse a hacer salsa primero como afición, y en una barbacoa les di a probar a unos amigos, les gustó y pensamos ¿porqué no nos lanzamos?
Esto fue en febrero de 2020. Cuando íbamos a constituir la empresa empezó el encierro y ese tiempo lo dedicamos a preparar el diseño, el concepto, los envases, etcétera. Así nació salsas Quietud. No me dio tiempo a agobiarme con qué sería de mi vida después de salir de la empresa. Me puse a pedalear rápido para no caerme de la bicicleta.
La empresa facturó 100.000 euros durante el año pasado y para este ejercicio prevén alcanzar los 140.000. ¿Qué conocimientos tenías de montar una empresa y del sector de la alimentación?
Yo tenía un máster en administración de empresas, pero era todo teoría, del ponerse manos a la obra no tenía ni idea, ni de cocina, ni de cocina industrial, ni de distribución ni de creación de empresa, todo lo he aprendido ahora. Como se dice, con paciencia y una caña aquí todos pescadores. El acceso a la información ahora es sencillo, y luego, pues echando más horas que un tonto. Trabajo todos los días de la semana y me levanto a las siete menos cinco. Eso sí, me pego mis siestas todos los días.
Qué riesgos decidiste asumir
Tenía claro que no quería jugarme el poco patrimonio que tengo. No he recurrido a financiación bancaria. Me financio en base a socios. Yo me voy diluyendo en la compañía según van entrando socios que creen en el proyecto. No tengo fábrica y controlo mucho el riesgo. Arrancamos con 6.000 euros, aunque luego hemos ampliado capital dos veces.
¿Emprender con más de 50 es una ventaja o un inconveniente?
El único inconveniente que veo es el cansancio al final del día. El cuerpo no me aguanta. Hoy estoy haciendo cajas, mañana estoy repartiendo con la Vespa por Sevilla, luego hago la contabilidad... son muchas horas a lo largo del día. Pero todo lo vivido ayuda. En casa mi padre me enseñó a ser curioso, y mi madre a hacer las cosas bien. La carrera de ingeniero me hizo ser metódico y riguroso, y 27 años en Abengoa dan para aprender mucho, gestión de tesorería, de los riesgos, gestión estratégica...
¿Qué hace falta para tener éxito en los negocios?
Yo no he tenido éxito todavía, estoy intentándolo. Llevo casi tres años casi y aún no hemos alcanzado el equilibrio. Hay que tener trabajo, perseverancia, fuerza, ganas, ilusión y no darse por vencido. Rendirse no es una opción.
¿Todo el mundo sirve para emprender?
No. Hay mucha gente que vive alrededor del "startapeo". Muchas entidades y personas que dan expectativas que son difíciles de cumplir. Si tienes una idea brillante, tienes capacidad de ejecución y eres capaz de levantar financiación, a lo mejor vas bien o a lo mejor no, pero lo que no puedes es ir de fracaso en fracaso hasta la derrota final. Lo del emprendimiento es muy "flower power" a veces. Sobre todo en los más jóvenes. Los séniors solemos tener más de una muesca en la culata.
¿Si ahora te proponen volver al puesto que tenías en Abengoa, abandonarías este proyecto y volverías?
Yo era tan feliz con la universidad corporativa que me haces dudar, porque era un trabajo apasionante, pero como veo improbable que ocurra, te diré que no. Yo a Abengoa le sigo teniendo un cariño enorme, pero no sé si volvería a ser feliz de la misma manera, por lo cual prefiero seguir con lo que me da la felicidad ahora.
¿Todo este esfuerzo te está haciendo feliz?
Me está haciendo muy feliz. A veces me planteo porqué no habré empezado antes en esto de las salsas, pero el hombre propone y Dios dispone. Yo creo en la providencia divina, no creo en las casualidades.