En España hay discriminación por la edad en el trabajo. Un experimento de la Fundación Iseak ha demostrado que en la búsqueda de empleo, con currículums iguales, los de mayores de 45 reciben la mitad de llamadas que los de 35 años. Pero también hay discriminación dentro del mercado laboral, a la hora de promocionar, a la hora de formarse, a la hora de optar a nuevos proyectos...
La Fundación Help Age acaba de publicar su último informe sobre discriminación en el trabajo, y nos da las pautas para saber si estamos siendo discriminados, y cómo actuar si tenemos la desgracia de quedarnos fuera.
"Es un círculo vicioso. Las empresas reclaman talento y experiencia, pero no aceptan la edad. En general, creo que en España a la gente mayor se le aparca en el trabajo y no se valora su experiencia en lo que debería ser". Este testimonio que recoge el último informe sobre discriminación laboral elaborado por Help Age España refleja muy bien una situación que muchos trabajadores han vivido.
La discriminación por edad en el trabajo existe, pero a veces es complicado determinar si te tratan de manera desigual por tu edad o por tus competencias. Para Sacramento Pinazo, profesora de Psicología Social de la Universidad de Valencia y una de las autoras del estudio, "hay algunas pistas que pueden indicarte si en tu empresa hay discriminación por edad, por ejemplo, si un trabajador veterano es rechazado para un ascenso mientras uno más joven o una persona menos cualificada es promovida al puesto; si eres el primero de la lista en una reducción de plantilla y los demás son más jóvenes que tú; si se contratan trabajadores más jóvenes pero nunca maduros; cuando te marcan objetivos más difíciles de alcanzar de los que tienen personas más jóvenes en el mismo puesto; o si te dificultan el acceso a algunos planes de formación" explica la doctora.
Quienes lo han vivido saben que la discriminación duele, y tiene serias consecuencias físicas y mentales. "Diversos estudios han encontrado relación entre discriminación laboral por edad y aumento del cortisol, la hormona del estrés, en sangre", explica una de las autoras del estudio. "A mayor nivel de cortisol, mayor presión arterial, lo que provoca enfermedades crónicas del corazón, infartos y problemas cardio y cerebro vasculares. Se digiere peor y se absorben mal los alimentos, lo que puede derivar en úlceras, colon irritable, colitis,… Es difícil conciliar el sueño y se crea un ciclo vicioso que deriva en un deterioro de las funciones cognitivas, falta de memoria y de concentración. El estrés es una de las causas del sobrepeso. Los altos niveles de cortisol en sangre ocasionan retención de líquido y grasa, sobre todo en el área del abdomen. Las personas sienten más necesidad de comer alimentos altos en azúcar, grasas y carbohidratos, y ese desequilibrio de azúcar en la sangre puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2. Las defensas bajan, lo que puede derivar en enfermedades respiratorias, alergias, y enfermedades autoinmunes".
En Estados Unidos, siempre tan dados a cuantificarlo todo, han estimado que el impacto del edadismo genera anualmente costes adicionales en problemas de salud por valor de 63.000 millones de dólares.
El edadismo laboral se traduce en desempleo. Según datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), en España hay 930.000 personas mayores de 50 años en situación de desempleo, el 30% del total de parados son mayores de 50. Las consecuencias familiares y personales son desastrosas en gran parte de los casos, y las estrategias desarrolladas hasta ahora no han dado resultado. Qué podemos hacer si perdemos el trabajo a los 50. En el informe de Help Age se proponen algunas herramientas que pueden ayudar a solucionar los problemas detectados.
Al final son las empresas quienes contratan, y deben ser ellas quienes sean conscientes que una buena gestión de la edad en sus plantillas las hace más rentables y competitivas. El informe aporta algunas recomendaciones al respecto: