Por qué no es bueno hacer amigos en el trabajo, según los psicólogos
Un buen clima en el trabajo mejora la productividad y el compromiso de los trabajadores pero estrechar lazos de amistad puede ser contraproducente
El psicólogo especializado en creatividad Nir Bashan considera perjudicial dejarse llevar por los cotilleos y los dramas de oficina
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Cuando llegamos a un nuevo puesto de trabajo una de nuestras principales preocupaciones es encajar bien en el entorno en el que nos tocará interactuar. Si pasamos ocho horas diarias en la oficina lo ideal es que el ambiente laboral sea bueno y agradable. De hecho, un buen clima en el trabajo mejora la productividad y el compromiso en los trabajadores, según certifica un estudio de Adecco. Al compartir tanto tiempo con los compañeros resulta natural terminar creando lazos de amistad con algunos de ellos. Sin embargo el psicólogo especializado en creatividad Nir Bashan considera en un artículo de 'Psychology Today' que hacer amigos en el trabajo tal vez no sea buena idea.
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Según el experto, puede que merezca la pena centrarse en tomar las mejores decisiones laborales en lugar de dejarse llevar por los cotilleos y las trampas de la oficina. En es ese sentido apunta a que las relaciones meramente profesionales en el trabajo no solo pueden conducir a una mayor sensación de bienestar, sino que también puede hacerte más feliz. Bashan ofrece tres claves para reforzar la idea de que no siempre es beneficioso hacer amigos en el trabajo.
No te dejes atrapar por el drama
Muchas amistades nacidas en entornos laborales lo hacen porque se sirven de la fuerza grupal para defenderse o atacar a otras personas. A partir de ahí surgen las envidias, las comparaciones, las camarillas y los intentos de alianzas. El psicólogo explica que, a la larga, lo que acaba ocurriendo es que la gente se ve atrapada en esa espiral conspiratoria y acaba odiando su trabajo. Se agotan y terminan decepcionándose cuando sus supuestos amigos no los defienden o los respaldan.
Según Bashan, debemos evitar estos líos, a menudo tentadores, que no nos aportan nada. En su lugar, debemos centrarnos en nuestro trabajo. "Este es el método infalible para salir adelante. Puede llevar un tiempo, pero a largo plazo es la única opción viable para un crecimiento sostenible a largo plazo", explica.
Mantén claros los límites
Es importante establecer límites claros para no involucrarte excesivamente en el plano emocional. Los verdaderos amigos son personas con las que puedes ser tú mismo y con las que puedes mostrarte tal y como eres. Son con quienes has desarrollado una relación profunda a lo largo del tiempo y que fluye en los dos sentidos. Es fácil caer en la trampa de confundir las relaciones del trabajo con estas.
El contexto condiciona demasiado estas relaciones, que no son totalmente libres. ¿Es un amigo de verdad o quiere algo de mí que le beneficie? ¿Mi jefe es realmente mi amigo o solo intenta que trabaje más duro, más tiempo o más rápido? Si mantenemos unos límites claros en el trabajo, no nos expondremos a tener que preocuparnos de en quién confiar y quién tiene en cuenta nuestros mejores intereses. Además, nos ayudará a centrarnos en lo que realmente importa: el trabajo.
Alberga diferentes expectativas
La principal diferencia entre una relación en el trabajo y una amistad personal son nuestras expectativas. Solemos esperar muchísimo de nuestros amigos, pero nuestras relaciones profesionales se deben regir por unas expectativas muy diferentes, mucho más moderadas y limitadas. Lo que debe primar es el respeto mutuo, menos pesimismo y voluntad de colaborar de forma efectiva para sacar adelante los proyectos. Deben quedar fuera de la ecuación la expectativa de compartir sueños y aspiraciones o planear conocer al amor de tu vida.