De los directos gratis al negocio 'online': así se han reinventado profesionalmente tres uppers en tiempos convulsos
Conversión a marcha forzada: ¿cómo se las han apañado para sacar a flote sus negocios profesionales que, antes de la pandemia, dependían de lo presencial?
Cambiar la forma de ganarse la vida porque las circunstancias mandan. La crisis por coronavirus ha puesto patas arriba el escenario laboral. Desde que empezó la crisis se han eliminado cerca de 950.000 puestos de trabajo, los afectados por ERTE ascienden a 3.386.785, el teletrabajo se ha implantado a marcha forzada y las dificultades a las que muchos autónomos y negocios se enfrentan son múltiples. Si en los primeros días de encierro asistimos a infinidad de cursos, talleres y clases online que muchos profesionales ofrecían en directo y de manera gratuita para mantenerse activos y en contacto, el devenir de la situación ha dado pie a que muchas de esas iniciativas se transformen en nuevos modelos de negocio.
Salas de yoga que se trasladan al entorno virtual, encuentros y conferencias sobre fotografía pantalla mediante o plataformas digitales que se transforman para satisfacer esas necesidades derivadas de la nueva y presente realidad. Tres profesionales nos cuentan cómo se están reinventando estos meses.
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Pepe Castro, fotógrafo
"Soy fotógrafo, especializado en retratos. Dirijo una revista de fotografía y escribo para otras. Aquí en Uppers tengo mi canal de entrevistas Rebelados.Rebelados Antes de que estallara todo esto, además de mis sesiones de estudio, gran parte de mi trabajo estaba enfocada a hacer talleres presenciales, charlas y conferencias (esta semana tendría que haber estado en Colombia y la anterior en Barcelona). Todo esto lo hacía hasta ahora de manera presencial, así que cuando nos hemos tenido que quedar en casa se me ha anulado todo lo que tenía programado de aquí a final de año, me he quedado a cero ingresos. Para no desconectar de mi entorno y que la gente me siguiera viendo, empecé con los directos de Instagram. Allí al principio entrevistaba a fotógrafos y luego amplié a personas del mundo del arte y la solidaridad, con el que estoy muy en contacto por mi labor en la Fundación Cultura es Paz.
Aunque soy bastante positivo, he pasado mucho susto. No sabía cómo atajar un cambio tan brusco. Ya me habían dicho previamente a esto que me lanzara al online pero no veía la manera. Fue gracias a otro compañero que hace fotografía submarina y que estaba haciendo sus talleres virtuales como vi la luz. He adaptado los diferentes talleres que tenía (de retrato, marca personal, tutoría artística…) al formato onliney los tengo disponibles en mi web dese hace unos días. Hay algunas limitaciones propias de lo presencial pero he encontrado recursos sorprendentemente efectivos a través de herramientas digitales. Y las entrevistas que estaba haciendo en redes a través de directos las he convertido en un podcast, Ciudadano Quién, que aunque de momento me sirve para promocionarme yo y mi trabajo, quién sabe si más adelante puede conseguir algún patrocinio.
Ha sido un trabajo de adaptación que en otras circunstancias me habría llevado un par de años, sacando tiempo a ratitos para montarlo, y he conseguido ponerlo en marcha en cuestión de dos meses. He hecho un curso acelerado yo también y he aprendido un montón.
Esto del trabajo online ha llegado para quedarse. En mi caso me gustaría que fuera un complemento al trabajo que ya hacía. No sé cómo funcionará pero estoy ilusionado. He pasado de no ver futuro a ver uno nuevo que estaba ahí, en lo virtual, y que tenía que descubrir".
Belén González, estudio Yume Yoga
"Soy instructora de yoga y antes del confinamiento daba clases en dos centros diferentes de la provincia de Málaga, con varias clases diarias. Ahora he reorganizado mis grupos y doy mis clases diarias online desde casa. Empecé a darlas como consecuencia de la realidad que se me planteaba cuando se declaró el estado de alarma: había alumnas que me habían pagado su mensualidad completa y no iban a poder disfrutar de sus clases presenciales, así que pensé en ofrecérselas online.
Primero surgieron miedos: a caer enferma debido a la exposición que había tenido en las salas y por lo cual tendría que parar de trabajar, y a quedarme sin ingresos. Pero cuando acabó marzo, seguí con las clases virtuales. Me he tenido que adaptar a un medio completamente diferente y a las cuestiones tecnológicas que requería. Ahora tengo una nueva rutina. Las clases online las hago en directo a través de Zoom, las cuales grabo y luego subo en formato oculto a mi canal de YouTube para que las alumnas y alumnos puedan hacerlas también cuando quieran.
Las ventajas que encuentro en este nuevo modelo son la flexibilidad horaria para el alumnado, que ahora tienen acceso a mucha más cantidad de contenido y que permite enseñar en una misma sesión a personas que ni siquiera viven en la misma ciudad. Yo he ganado en calidad de vida, doy menos clases semanales y no tengo que desplazarme para ello. Y a consecuencia de esto, estoy poniendo clases extraordinarias (meditación, crecimiento personal, pranayama, yoga nidra, yoga facial…), a las que antes no asignaba en un día de la semana por falta de horas libres y por cansancio. Ahora estoy más descansada y hago mi trabajo con más energía.
Lo más complejo de este modelo es no poder hacer ajustes a las alumnas, a las cuales corrijo a través de la imagen de Zoom o cuando me escriben de forma personal para preguntarme alguna cuestión. Y lo peor, sin duda, la falta de contacto humano".
Diego Ballesteros, Bewe software
"Soy fundador y director de la startup tecnológica Bewe, un software que permite a los centros y negocios en torno al mundo del wellness y la belleza centralizar el control en una misma plataforma (gestión de agenda, pagos, reservas…). Funcionamos en España y en Latinoamérica y cuando aquí entramos en estado de alarma tuvimos que iniciar un proceso de adaptación muy rápido porque esos centros a los que habitualmente asistimos, cerraban.
En ese sentido, estábamos preparados porque el mundo digital es tan cambiante y rápido que entrena. Eso y que la necesidad agudiza el ingenio. Nos pusimos a trabajar tratando de verle el lado positivo y entre el equipo de tecnología y de marketing evaluaron la posibilidad de crear Bewe Home, que asiste de igual manera para facilitar herramientas específicas adaptadas al formato de clase online (creación de eventos virtuales masivos, facilitar la tienda online, estructurar talleres y sistemas de evaluaciones…).
Lo más complicado ha sido vencer el miedo entre los empresarios más reacios al cambio tecnológico, pero ahora más que nunca ha hecho falta el esfuerzo porque no queda otra. Esto va a formar parte del día a día de los negocios ahora, ha llegado para quedarse y cuando la situación se vaya normalizando convivirá en un mix con lo anterior. Creo que muchos centros y profesionales no van a dejar las clases online ya nunca, es un modelo que les ha encantado, al que se han adaptado bien y que les permite llegar a clientes de otras ciudades y países. Pienso que a raíz de esto va a nacer una nueva línea de profesionales que, creando su imagen y presencia digital, trabajen desde casa".